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¿Tu empresa sufre de presentismo? Cómo medir y motivar a tu plantilla

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La lucha contra el presentismo es una de los grandes batallas en el camino de mejora de la productividad en la empresa. Y es que no es lo mismo estar disponible que figurar en un mero registro como asistente al trabajo. La atención que se presta al trabajo es uno de los factores de los que depende su buen desarrollo.

¿Por qué es tan importante la lucha contra el presentismo?

El presentismo genera diversos problemas en la empresa. Los siguiente son algunos de los más importantes.

El presentismo como señal de falta de motivación

Hay una diferencia importante entre estar en el trabajo y desarrollar las labores que corresponde al puesto que se desarrolla. Pero, incluso cuando se ejecutan las tareas pertinentes, no es lo mismo cumplir arrastrado por la obligación que hacerlo con buen ánimo, predisposición e interés.

El trabajador quemado busca con frecuencia estrategias para cubrir sus obligaciones con la mera presencia física, esperando que se muevan las manecillas del reloj. El empleado motivado, por el contrario, trabaja con iniciativa, atención, esmero, paciencia, dando al tiempo su valor y a cada tarea la atención que merece.

El presentismo muestra un fallo en el sistema de incentivos

Todo sistema de incentivos debe promover el esfuerzo personal de los empleados al servicio de los intereses de la empresa. Para lograrlo, emplea diversas herramientas que procuran beneficios al empleado si lucha por contribuir a la mejor situación para la empresa.

El presentismo muestra una falta de reacción del empleado ante los estímulos que le propone la empresa. Solamente le importa cumplir las responsabilidades más esenciales derivadas de su contrato de trabajo.

El presentismo puede convertirse en un enemigo de la conectividad

El presentismo se basa en estar, no solamente en un momento, sino también en un lugar. Ese lugar puede ser fijo, pero nada impide que sea móvil. Por ejemplo, ese es el caso de quien va a un viaje de trabajo exclusivamente para cubrir una obligación, pero no porque considere que es esencial para su trabajo. Igualmente, se puede producir presentismo digital, cuando el trabajador permanece durante mucho tiempo atendiendo un canal digital, pero sin más intención que la de dejar pasar el tiempo.

Por el contrario, una de las ventajas de la conectividad es que podemos dirigir nuestros esfuerzos hacia varios lugares al mismo tiempo. Los trabajadores más productivos saben dirigir su atención hacia el punto más adecuado en cada momento.

El presentismo supone una renuncia a la buena organización

El tiempo es uno de los recursos más valiosos. Debe ser gestionado de manera que atendamos a la tarea más adecuada en cada momento. Organizarse bien exige, con mucha habitualidad, desarrollar varias simultáneamente.

En definitiva, la lucha contra el presentismo busca frecuentemente mover a los empleados de las rutinas perniciosas. A menudo, implica realizar cambios en la forma de trabajar. En una organización dinámica y en permanente mejora es difícil que el empleado opte por actitudes presentistas, ya que queda más en evidencia.