Euro digital: ¿Cómo afectará a la economía y a las empresas?
Descubre qué es el euro digital y cómo se prepara el Banco Central Europeo para crear su propia moneda digital.
El Banco Central Europeo estudia seriamente la creación de una moneda digital propia: el euro digital, que complemente las formas de pago existentes.
- Un grupo de expertos estudia ya sus implicaciones y su puesta en marcha. El dictamen será emitido en 2023.
- Uno de sus desafíos será asegurar la privacidad y la seguridad de la utilización de este tipo de monedas.
El euro digital podría estar cada vez más cerca. El Banco Central Europeo (BCE) ya baraja la opción de contrarrestar la adopción de las criptomonedas con una moneda digital propia: el euro digital.
¡TUITÉALO! ¿Cuáles son las principales ventajas y desafíos del euro digital?
Será un comité de expertos en la industria de los pagos electrónicos, el Market Advisory Group, el que determine la viabilidad de sacar al mercado un euro digital. De momento, se han dado de plazo hasta octubre del año 2023 para estudiar esta opción y emitir un dictamen.
¿Qué es el euro digital?
Hablar de una moneda digital a nivel europeo lleva a preguntarse qué es el euro digital. Es una moneda virtual asociada al principal medio de pago en la Unión Europea: el euro.
Se trataría de una forma de dinero electrónico, que estaría emitido por el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales de la zona euro. Además, sería accesible a todos los ciudadanos y empresas.
Desde el BCE advierten de que el euro digital no sustituiría al efectivo, sino que lo complementaría. En este sentido, esta forma de pago daría a los ciudadanos una opción adicional sobre cómo pagar y facilitaría su uso, contribuyendo a la accesibilidad e inclusión.
Desafíos del euro digital para la economía y las empresas
Usos del euro digital
Sin duda, uno de los principales desafíos de la moneda digital de la zona euro será identificar los casos de uso relevantes. De esa manera, se podrán alcanzar los objetivos planteados. Hasta la fecha, es probable que la atención se centre en un posible diseño funcional basado en las necesidades de los usuarios, que pueden variar de un país a otro.
Dado que se está introduciendo en diferentes países, también existe una gran diversidad de culturas y costumbres a la hora de pagar. Por ejemplo, en los Países Bajos la gente utiliza la «solicitud de pago» para pedir a otros que les reembolsen un gasto compartido que han cubierto. Esta práctica no es habitual en otros países. En otras zonas, puede ser al revés, y la gente puede reembolsar a alguien por iniciativa propia, si así lo desea. Esto significa que se necesitan diferentes soluciones de pago para los distintos países de Europa.
Nivel tecnológico
Países como Suecia, los Países Bajos y España ya están muy avanzados en cuanto a la digitalización de los pagos. Muchos de ellos ya se realizan electrónicamente. En otros países, la situación es diferente. Esto significa que hay diferentes necesidades que satisfacer en los distintos países. Por lo tanto, se deberá estudiar cómo introducir el mejor euro digital posible para todos.
Privacidad y seguridad
Existen diferentes tecnologías, tanto centralizadas como descentralizadas, que pueden utilizarse a la hora de desarrollar un euro digital. Para ello, se ha preguntado a los usuarios europeos qué creen que debería contener el euro digital. Entre las prioridades que indican figuran la privacidad y la seguridad. Un reto en este sentido es que el control de las transacciones es necesario, entre otras cosas, para luchar contra el blanqueo de dinero. Por supuesto, este seguimiento tiene que cumplir todas las normas para que la privacidad no se vea comprometida.
¿Cuál será el impacto del euro digital?
La introducción de un nuevo tipo de moneda digital tendrá un impacto a nivel social y económico. El sector financiero, los consumidores y las empresas deberán afrontar los cambios que supondrá adoptar una nueva moneda digital.
Lo que es seguro es que el euro digital no sustituirá a ningún otro método de pago actual. En realidad, se va a configurar como un complemento de los métodos de pago tradicionales.
Con ello se espera tener una nueva forma digital de moneda del banco central, además de las monedas y los billetes, sin restar importancia a las iniciativas que ya están en marcha. Será una fuente de innovación para la eurozona.
Hasta la fecha, los expertos ven con buenos ojos que el Banco Central Europeo emita una moneda digital, como ya han hecho otros países. Esto situaría a Europa a la vanguardia financiera y, a diferencia de las criptomonedas, se conseguiría que esta moneda digital estuviera respaldada por un Banco Central.