Euro digital: Cuándo entra en vigor y cómo afectará a la economía y a las empresas
El euro digital está cada vez más cerca. Te contamos qué es y cómo se prepara el Banco Central Europeo para crear su propia moneda digital.

El euro digital está en camino. ¿Cómo lo implementará el Banco Central Europeo y qué ventajas aportaría a las empresas?
- El Banco Central Europeo sigue avanzando en la creación de una moneda digital propia, pensada para complementar las formas de pago existentes.
- El euro digital ofrece ventajas potenciales para el ecosistema empresarial, aunque también afronta retos que deben resolverse antes de su emisión.
El euro digital está cada vez más cerca. A finales de 2020 y ante el avance de los medios de pago electrónicos y las criptomonedas, el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a valorar la posibilidad de emitir una moneda digital. Lanzó el proyecto en 2021 y actualmente se encuentra en la fase de preparación.
En esta etapa, mantiene contactos con todos los actores clave, desde comercios y empresas fintech hasta bancos centrales y ciudadanos, con el objetivo de diseñar un sistema de pagos ágil, seguro y accesible. Paralelamente, trabaja en una propuesta legislativa que defina el marco legal para su implementación. Aunque todavía no hay una fecha oficial, se estima que el euro digital podría entrar en circulación entre 2026 y 2028.
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¿Qué es el euro digital?
El euro digital es una moneda virtual asociada al principal medio de pago en la Unión Europea: el euro. Se trataría de una forma de dinero electrónico, emitido por el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales de la zona euro. Además, sería accesible a todos los ciudadanos y empresas.
Desde el BCE advierten de que el euro digital no sustituiría al efectivo, sino que lo complementaría. En este sentido, daría a los ciudadanos una opción adicional para pagar y facilitaría su uso, contribuyendo a la accesibilidad e inclusión.
“Al igual que el efectivo, el euro digital no tendría riesgos, sería ampliamente accesible, fácil de utilizar y gratuito para sus funciones básicas”, según el BCE.
Desafíos del euro digital para la economía y las empresas
La implantación del euro digital representa un paso estratégico hacia la modernización del sistema financiero europeo y la soberanía monetaria, pero también plantea retos significativos que deben solucionarse para garantizar una implantación eficaz, segura y realmente inclusiva.
Usos del euro digital
Uno de los principales desafíos en el desarrollo e implementación de esta moneda digital será identificar los casos de uso relevantes que puedan aportar un valor añadido frente a las soluciones de pago ya existentes para la ciudadanía, las empresas y el sistema financiero en su conjunto.
En una economía donde los métodos de pago digitales están ampliamente disponibles y en constante evolución, el euro digital deberá demostrar su utilidad, sobre todo allí donde los instrumentos actuales presentan limitaciones. De hecho, entre sus posibles usos destacan la posibilidad de realizar pagos sin conexión a Internet y simplificar las transacciones entre los países de la eurozona, donde los pagos digitales aún están fragmentados.
Nivel tecnológico
Otro reto fundamental se refiere a la desigualdad en el acceso y uso de la tecnología, tanto entre los países de la eurozona como entre los ciudadanos. Suecia, los Países Bajos y España están muy avanzados en la digitalización de los pagos. Muchos de ellos ya se realizan electrónicamente y están muy integrados en la vida cotidiana. En otras naciones la situación es diferente.
Eso pone sobre la mesa la necesidad de diseñar un sistema inclusivo desde el inicio. Hay que garantizar la interoperabilidad y una buena experiencia de usuario en toda la eurozona. Así el euro digital no se percibirá como algo complejo, poco intuitivo o dependiente de tecnologías que no están al alcance de todos.
Privacidad y seguridad
Para desarrollar una moneda digital se puede recurrir a diferentes tecnologías, tanto centralizadas como descentralizadas. Al preguntar a los usuarios europeos qué creen que debería contener el euro digital, la privacidad y la seguridad figuraron entre sus prioridades.
No cabe duda de que es necesario controlar las transacciones, entre otras cosas, para luchar contra el blanqueo de dinero. Sin embargo, ese seguimiento tiene que garantizar la privacidad de los usuarios y proteger sus datos. El BCE lo tiene claro y ha explicado que “el Eurosistema no identificaría a las personas por sus pagos”.
Potenciales ventajas del euro digital para las empresas
El euro digital cumplirá rigurosos estándares de calidad y seguridad. Además, será fácil de usar, de acceso universal y permitirá realizar pagos instantáneos, de modo que podría ser muy conveniente para empresas de todos los tamaños.
1. Realizar pagos instantáneos
Concebido para funcionar tanto online como sin conexión, el euro digital permitirá transacciones rápidas y seguras en tiempo real sin depender de una conexión constante a internet. Esta característica es particularmente útil para comercios itinerantes y zonas donde la infraestructura digital es limitada.
2. Reducir costes operativos
Al permitir pagos directos entre usuarios en determinadas operaciones, esta moneda digital podría disminuir las comisiones asociadas a las tarjetas de crédito, las plataformas de pago o los servicios bancarios tradicionales.
Por tanto, representaría un ahorro significativo y una mejora en la rentabilidad para las pequeñas empresas con márgenes ajustados.
3. Mayor inclusión financiera
El euro digital puede brindar servicios de pago seguros en zonas rurales o sectores que tradicionalmente han tenido dificultades para acceder al sistema bancario. Al ser una herramienta de acceso universal, podría fomentar una mayor participación económica de actores que hoy operan en la periferia del sistema financiero.
4. Estabilidad y seguridad
Con el respaldo del BCE, los fondos siempre estarán disponibles y protegidos, independientemente del intermediario que gestione el monedero digital. Las transacciones seguirán estándares avanzados de ciberseguridad, autenticación y protección de datos, lo que reduce el riesgo de fraude o robo.
Para las empresas, eso significa más confianza a la hora de operar digitalmente, menos exposición a las interrupciones del sistema bancario tradicional y una herramienta sólida para gestionar pagos con mayor previsibilidad y control.
5. Trazabilidad y transparencia
Usar el euro digital podría facilitar procesos como las auditorías, la gestión contable y el cumplimiento normativo. Las transacciones quedarían registradas con seguridad, lo que reduciría el riesgo de errores, fraude o evasión fiscal. Ese nivel de transparencia incluso podría simplificar el acceso a la financiación o a las ayudas públicas al ofrecer una imagen más precisa y verificable de la actividad económica de la organización.
Hasta la fecha, los expertos ven con buenos ojos que el Banco Central Europeo emita una moneda digital. Aunque su introducción no implicará un cambio radical de un día para otro, supondrá una transformación en la arquitectura de pagos en Europa, con implicaciones a medio y largo plazo.
Las empresas que se anticipen, comprendan su funcionamiento y exploren su integración podrían posicionarse mejor, optimizar su operativa y adaptarse con mayor agilidad a las nuevas expectativas de clientes y reguladores.
Nota del editor: Este artículo fue publicado con anterioridad y actualizado a 2025 por su relevancia.