Estrategia y Gestión

Negocios «Sin Gluten», ¿una buena oportunidad empresarial o una moda pasajera?

Sage

El sector de los productos sin gluten se presenta como una de las alternativas del momento para montar un negocio. Hay varios sectores donde se están viendo movimientos relacionados con los productos sin gluten, como son la restauración, la fabricación de alimentos y también, aunque con menos peso, en el de la tecnología, con nuevos negocios que se ponen en marcha y una facturación global que se estima en aumento.

La duda es si merece la pena invertir en algún negocio sin gluten o si se trata de una moda pasajera. ¿Merece la pena montar un negocio especializado o adaptar uno ya existente? ¿Es una buena oportunidad de transformarse para vender más y conseguir ampliar la base de clientes?

Una oportunidad que exige un esfuerzo importante

Los negocios relacionados cuidado de la salud de las personas, exigen el máximo compromiso de todas las personas de la empresa. No se puede fallar cuando se trata de un negocio de alimentación, que ofrece productos sin gluten, porque las consecuencias de que una persona con intolerancia al gluten lo consuma, pueden ser muy graves. Es por esto, que los negocios sin gluten requieren un alto compromiso con el cumplimiento de procesos especiales en el tratamiento y manipulación de alimentos, no sirviendo términos medios.

Por ejemplo, en un restaurante, se requieren utensilios y elementos especialmente dedicados a cocinar productos sin gluten, dado que se debe evitar la contaminación cruzada con otros alimentos que lo contienen. Esto significa que se requerirá gastar más en medios (por ejemplo, más freidoras), en más materias primas (por ejemplo, más aceite), en envases y etiquetado (incluyendo los logos e información nutricional de «sin gluten») y también en la formación de los empleados.

Precisamente, la formación del personal es uno de los puntos clave en los negocios de productos sin gluten, dado que es imprescindible que comprendan la problemática de las personas afectadas por la intolerancia, los protocolos de actuación en caso de que surja un problema. En el sector servicios, en tiendas y restaurantes, esta no es una tarea fácil de resolver, sobre todo en el caso de negocios con alta rotación del personal y con un perfil de empleo temporal muy marcado. Aún así, no es algo que no se pueda resolver y, por qué no, puede ser un plus a la hora de contratar a un candidato, si ya viene de serie con la formación para clientes celíacos.

También es importante que los empleados comprendan el alcance de la intolerancia al gluten, para favorecer la conexión con los clientes que, al ver su problema resuelto, están más predispuestos a volver a comprar y a ser fieles al negocio. Si se le da un buen producto y servicio a un cliente de este tipo, su perfil le hace ideal para ser fidelizado y poder establecer una relación comercial a largo plazo. Si se escuchan sus peticiones de productos que no encuentra o que necesita para su dieta y se resuelve alguno de sus problemas, es un plus para conseguir conectar con el cliente.

¿Una moda o un estándar en alimentación para el futuro?

En el terreno de los negocios de productos sin gluten, en los últimos años ha existido una componente de moda, promovida por dietas promocionadas por personajes famosos, que resulta poco sólida como base para montar un negocio. Resulta más interesante la otra componente relacionada con la gente que tiene problemas de salud derivados del consumo de gluten, ya que es la que puede sentar una buena base de clientes a los que servir productos sin gluten a lo largo del tiempo.

No existe un consenso sobre el número de personas que están afectadas por el consumo de gluten, habiendo diferentes estimaciones moderadas, que valoran esta cifra entre un un 6 y 10 %, y otras más agresivas, que la cifran en el 40 %. Sea la cifra que sea, en países como EEUU, resulta relevante la cifra de personas que evitan el gluten en los alimentos que consumen sea de casi un 30 % a principios de 2013, con una curva que refleja un alza de casi un 5 % en 3 años. Es decir, a día de hoy, de continuar esta tendencia, uno de cada tres ciudadanos estadounidenses estaría eligiendo productos sin gluten.

En Canadá, la dieta sin gluten también ha tenido un impacto considerable en el sector de la restauración, incrementándose significativamente el número de clientes que piden comida sin gluten cuando salen a comer o cenar fuera de casa.

En España, gigantes de la alimentación como Mercadona han abierto un frente potente para ofrecer productos sin gluten a las personas que por moda o por salud, quieren consumir este tipo de alimentos. Cuando preguntas por algún supermercado de productos sin gluten, es fácil que salga su nombre como referencia, ya que cuando se acude a uno de sus centros, se pueden encontrar numerosas referencias etiquetadas con el símbolo de «sin gluten». En el sector de la restauración, se están viendo nuevos negocios especializados, aunque por experiencia propia, algunos que he probado tienen aún mucho que mejorar (falta formación del personal y concienciación de la importancia de servir «sin gluten» de verdad y no medias tintas).

En el campo de la fabricación de alimentos, cada vez se ven más establecimientos especializados que sirven productos sin gluten y cuyo objetivo es que las personas que quieren eliminar este componente de su dieta, puedan consumirlos sin notar la diferencia. En este sentido, empieza a haber alternativas bastante interesantes y que consiguen productos sustitutivos bastante logrados y de gran calidad.

También hay movimientos en el sector de las aplicaciones para la salud, uno de los puntos calientes en el mundo de la tecnología de los últimos años y que se espera sea tendencia en los que vienen. Hay propuestas diferentes, las más simples, las de algunas asociaciones que están ofreciendo aplicaciones para aglutinar productos sin gluten en listas. Hay otras más avanzadas, que ayudan a los usuarios a identificar productos sin gluten a través de sus dispositivos móviles, escaneando el código de barras que deben llevan impreso.

Por último, en el terreno legal, resulta que a partir del próximo 13 de diciembre los restaurantes deberán informar a sus clientes de los alérgenos que contienen los platos que preparan, como consecuencia del Reglamento de la UE 1169/2011, aprobado el 25 de octubre de 2011, sobre la información alimentaria proporcionada a los consumidores y que contiene toda la normativa de la UE respecto a los alimentos y etiquetado que se presenten sin envasar para la venta de consumidores finales. Para transponer esta normativa a la ley española, se espera que en las próximas semanas, La Agencia Española de Seguridad Alimentaria apruebe el reglamento adaptado a la legislación de nuestro país.