Temporada 3: Resiliencia empresarial

François-Xavier Combe Fundador y CEO, Stello

¿Cómo se crea una cultura corporativa resiliente?

En este artículo podrás descubrir cómo es posible crear una cultura corporativa resiliente.

  • Aunque parezca complicado, introducir y hacer realidad esta cultura resiliente en la empresa es posible.
  • Será fundamental la gestión de las emociones, tanto de los empleados como de uno mismo.

«Aunque me doblo, nunca me rompo». En el vasto jardín de metáforas que son las fábulas de Jean de La Fontaine, la moraleja de El roble y la caña es especialmente relevante para los negocios modernos.

Conmociones como la pandemia, la llegada de una joven generación de empleados con nuevos códigos de conducta y la aparición de nuevas tecnologías, en particular la inteligencia artificial, han transformado profundamente el mundo de los negocios. Al igual que el junco que se dobla, pero no se rompe, ¿cómo pueden las organizaciones incorporar esta flexibilidad, aceptación y paciencia para prosperar en un mundo en perpetuo movimiento? Una solución: la resiliencia.

¿Qué es la resiliencia?

La resiliencia se refiere a la capacidad de un material para soportar golpes o tensiones externas, o a la capacidad de una especie animal para reproducirse frente a condiciones medioambientales hostiles. En el contexto actual, la resiliencia se asocia a la fuerza interior que permite a una persona superar las dificultades y recuperarse de situaciones difíciles. Sin embargo, no se trata simplemente de una característica individual innata, sino de un proceso dinámico que puede desarrollarse y reforzarse en el mundo empresarial. La capacidad de un directivo para guiar a su personal a través de los retos presentes y anticiparse a los futuros, por ejemplo, influirá a largo plazo en el rendimiento colectivo de una empresa y en su crecimiento continuado.

¿Cómo introducirla y hacerla realidad en la empresa?

La capacidad de recuperación no puede ser solo un deseo; debe contar con el apoyo tanto de la dirección como de los gestores y formar parte integrante de la cultura de empresa.

Gestionar con el ejemplo

El primer pilar de una cultura empresarial resistente es su liderazgo. Los directivos deben dar ejemplo de los valores de la resiliencia, y mostrar a sus equipos cómo afrontar los retos con flexibilidad y agilidad. Los directivos deben ir a la cabeza, tirar de su equipo, motivarlo y compartir el esfuerzo colectivo.

Una lección de los Navy SEAL ilustra este principio: durante una misión en lanchas neumáticas, un equipo llegaba siempre el último. En lugar de cuestionar liderazgo, el capitán se quejó del equipo: le asignaron a los mejores miembros para un intento final, pero el equipo volvió a quedar último. Esta anécdota pone de manifiesto que no existen equipos intrínsecamente malos, sino líderes incapaces de motivarlos. La lección está clara: para ser creíble, un líder debe ser una fuerza motriz resiliente.

Falling forward

En la búsqueda de la resiliencia, es fundamental aceptar el fracaso como una oportunidad. Esta mentalidad, a menudo descrita como el principio de «caer hacia delante», nos anima a ver los reveses como pasos cruciales en el camino hacia el éxito. Candide Thovex, uno de los mejores esquiadores franceses, es el ejemplo perfecto de esta filosofía. Ante un accidente que puso en peligro su carrera, podría haberse dejado vencer. Sin embargo, optó por ver este reto como una oportunidad para innovar. Gracias a su mentalidad adaptable y creativa, Thovex se reinventó y exploró nuevos terrenos del esquí, lo que lo llevó a crear una disciplina innovadora en el mundo del freeride.

Gestión de las emociones y confianza en uno mismo

Para reforzar la resiliencia de los empleados, es fundamental integrar la gestión del estrés y las prácticas de desarrollo personal. Promover la adopción de técnicas de gestión del estrés, como la respiración profunda o la meditación, para ayudar a las personas a enfrentarse a situaciones estresantes. Asimismo, favoreced la comunicación abierta sobre cómo afrontar el estrés y los contratiempos, mediante herramientas como la comunicación no violenta y la rueda de las emociones para facilitar esas conversaciones. Además, invertid en fomentar la confianza en uno mismo al reconocer los éxitos de los empleados; ofreced oportunidades de desarrollo personal y cread un entorno de apoyo en el que todos puedan sentirse valorados e impulsados a crecer.

Por último, promoved una cultura de transparencia y colaboración al animar a los empleados a expresar libremente opiniones, temores e ideas, y al organizar actividades de trabajo en equipo para fomentar un espíritu de unidad y solidaridad.

La resiliencia cambia el mundo

Numerosas figuras inspiradoras dan testimonio del poder de la resiliencia. Figuras icónicas como Steve Jobs han demostrado una resiliencia excepcional a lo largo de sus carreras. El despido de Steve Jobs de Apple no supuso el fin, sino el principio de un renacimiento que ha revolucionado el mundo de la tecnología.

En conclusión, la resiliencia no surge espontáneamente, sino que es el resultado de una cultura corporativa intencionada y de la encarnación de valores por parte de los líderes. Al invertir en esta cultura, las empresas pueden ver surgir equipos capaces de «bailar bajo la lluvia, en lugar de esperar a que pase la tormenta».