Temporada 2: Da rienda suelta a la productividad

Madeleine Dore Escritora, entrevistadora y presentadora de podcasts

Tres formas de aumentar la creatividad en tu día a día

Afrontar la jornada laboral con creatividad y flexibilidad puede ser la clave para maximizar la productividad y la motivación.

  • Descubre cómo aplicar la creatividad en tus horarios, interacciones y enfoque para obtener resultados más satisfactorios.
  • Empezar bien el día, ser realista en tus expectativas y centrarte en lo que puedes aprender son algunas de las claves.

Sabiendo que no es necesario hacer más sino hacerlo de forma más creativa, podemos adoptar un enfoque más flexible, abierto e integral a nuestra jornada laboral.

¿Cómo? Podemos aplicar la creatividad a al menos parte de nuestros horarios, a las conversaciones que mantenemos con nuestros compañeros o a cómo concertamos reuniones. Incluso podemos mostrar creatividad en nuestra forma de abordar la productividad y la motivación. Estas son algunas ideas que puedes poner en práctica, pero recuerda que, al final, se trata de encontrar lo que mejor te funcione a ti.

Empieza bien el día

Esto no es ningún secreto: siempre nos resultará mucho más fácil motivarnos y mantener el ritmo si disfrutamos con lo que hacemos. Siempre se puede encontrar la forma de disfrutar con lo que haces, incluso las tareas más difíciles o engorrosas: podemos hacerlas más fáciles, más pequeñas y hasta entretenidas.

Un ejemplo de creatividad en la forma de encontrar motivación es algo que a mí me gusta llamar «comerse la nata montada». Esta es mi propia versión del método de «comerse una rana» popularizado por el autor Brian Tracy. Si no lo conoces, Tracy sugiere hacer la tarea que menos nos apetezca nada más empezar nuestra jornada para quitárnosla de en medio cuanto antes.

Este es un gran enfoque para aumentar la productividad, pero empezar así el día puede hacer que nos cueste levantarnos de la cama. En vez de eso, mi método de comerse la nata montada consiste en empezar por algo apetecible.

Me inspiré en una charla que tuve con un escritor y productor que empezaba el día con un poco de nata montada en el desayuno, pero esa nata montada puede ser cualquier cosa: un buen desayuno, un paseo mañanero, un momento de tranquilidad o incluso limpiar tu bandeja de correo.

El caso es que, si empezamos pensando que el día no puede ir a mejor, es posible que tratemos de demostrarnos a nosotros mismos que sí y que esa energía nos dure mucho.

Sé realista en tus expectativas

A la hora de abordar la motivación o de planificar un proyecto, tendemos a crearnos grandes expectativas o a creer que tenemos que hacer las cosas a la perfección y, después, nos machacamos cuando no es así. Esto puede minar nuestra moral y resultar contraproducente para nuestra productividad.

En vez de eso, podemos aplicar la creatividad y ser realistas en nuestras expectativas. Las personas realistas en sus expectativas tienen su propia definición de «suficiente», delegan, dicen que no y dejan que las cosas les lleven el tiempo que les tengan que llevar.

Estas personas no tratan de abarcar demasiado al principio: empiezan poco a poco, se permiten cometer errores, son flexibles y no dejan de experimentar en lugar de perseguir la perfección.

Céntrate en lo que puedes aprender

Puede resultar complicado encontrar motivación en el trabajo si te sientes estancado. Puede que pensemos que lo mejor es seguir adelante y ya, pero si adoptamos un enfoque creativo, veremos que es mucho mejor centrar nuestra atención en lo que podemos aprender en lugar de en lo que necesitamos arreglar.

Como escribió el novelista T. H. White: «Lo mejor para no estar triste es aprender algo; es lo único que nunca falla».

Lo bonito de aprender es que el interés engendra a su vez más interés y que no tiene por qué costarnos dinero. Podemos aprender de nuestro equipo, de los problemas que necesitamos resolver, de nuestros fracasos, de nuestros éxitos o de los riesgos que asumimos. Podemos aprender de hacernos mayores, del rechazo o de descubrir cosas nuevas.

En resumidas cuentas, si mostramos curiosidad por lo que podemos aprender de cualquier experiencia, si nos mostramos realistas en nuestras expectativas y si tratamos de hacer que las cosas nos resulten placenteras, no solo seremos más creativos en el trabajo, sino en la vida en general. Al fin y al cabo, conectamos en estos momentos de creatividad y encontramos sentido en el proceso.