Temporada 1: Cómo encontrar y retener a los mejores

Pilar Jericó Escritora, conferenciante y presidenta de la consultora Be Up

Consejos para convertirte en un líder humanista y retener el talento

Descubre cuáles son las claves para ser un líder humanista y cómo evitar la fuga de talento en la empresa.  

  • La reacción que tengan los jefes frente a las adversidades o ante los logros de la empresa condicionarán al empleado.
  • Un líder humanista es aquel que tiene una mentalidad de crecimiento. Te cuento en qué consiste y cuál es la diferencia con una mente fija.

Dirigir una empresa debe basarse en algo más que en criterios económicos. Gestionar adecuadamente el capital humano es clave para conseguir trabajadores que den lo mejor de sí mismos, estén felices y no piensen en irse de la empresa. ¿Quieres saber cómo convertirte en un líder humanista para cuidar y retener el talento de tu organización?

¿Por qué importa el bienestar del empleado en una empresa?

La reacción que tengan los jefes ante las adversidades o ante los logros de la compañía condicionan al empleado, que puede seguir ilusionado con su trabajo o caer en la decepción.

El patrono del Instituto para la Ética en la Comunicación y las Organizaciones (IECO) y Presidente de la empresa Royo, Raúl Royo, asegura que el liderazgo coloca a las personas en el centro de las decisiones y “combina las exigencias de los negocios con las necesidades de las personas, que también son más exigentes a la hora de comprometerse”.

Tras la pandemia, ha ganado fuerza el llamado liderazgo humanista en el que se tiene en cuenta que las personas trabajan para algo más que tener un empleo y una seguridad económica. Los empleados también buscan desarrollar su carrera profesional.

Así, las decisiones no solo han de estar basadas en la cuenta de resultados, sino que han de incorporar también la dignidad de las personas, el proyecto compartido, el propósito, la ética y la sensación de pertenencia a algo más grande. Gracias a eso, los empleados seguirán motivados con su labor en la organización y los resultados serán mejores.

Las claves de un líder humanista

Me gustaría compartir unas claves para convertirse en un buen líder humanista inspiradas en el decálogo de buenas prácticas del Instituto IECO, decálogo en el que participé en su definición junto con directivos y empresarios.

  1. Aportar un propósito con sentido y comunicarlo a toda la organización. Todos los profesionales necesitan comprender cómo su trabajo contribuye a alcanzar el propósito conjunto y sentirse reconocidos por ello.
  2. Cultivar la cultura del cuidado, que alcanza resultados al tiempo que vela por la dignidad de las personas y por su bienestar.
  3. Impulsar la responsabilidad directiva: generar compromiso, fomentar la escucha activa y aprender a disculparse cuando haya que hacerlo.
  4. Aportar a los profesionales las herramientas necesarias para su desarrollo pleno. Se ha de confiar en los profesionales y en su deseo personal de crecimiento.
  5. Promover la seguridad emocional para reconocer y aprender del error, así como aceptar la vulnerabilidad de todas las personas.
  6. Formar a los profesionales en habilidades humanistas, para compartir un lenguaje común y construir una misma cultura.
  7. Desarrollar indicadores y herramientas que midan y alineen los resultados de la organización y el beneficio empresarial, al tiempo que el crecimiento personal en actitudes, habilidades y cualidades humanas.
  8. Involucrar a todos los stakeholder (accionistas, clientes y profesionales) en un proyecto compartido que contribuya a una sociedad más humanista, al tiempo que se cuidad el planeta.
  9. Impulsar el trabajo bien hecho, productivo, con sentido, cuidando los detalles y con vocación de servicio.

Así debe ser la mentalidad del buen líder

La profesora de la Universidad de Stanford Carol Dweck indica que la mentalidad de los jefes puede ser de dos tipos: fija o de crecimiento. Su estilo para dirigir depende del tipo de mentalidad que cultive el jefe.

Por ejemplo, los jefes con una mentalidad fija suelen ver el mundo en términos absolutos. Es decir, piensan que una persona puede tener talento o no tenerlo. Para ellos no existe la posibilidad del desarrollo o del esfuerzo. Este tipo de jefes se rodean de personas menos brillantes para evitar que les hagan sombra.

Por otro lado, los jefes con mentalidad de crecimiento saben que la inteligencia y el talento se puede desarrollar. Les gustan los cambios y se esfuerzan en aprender de cuanto pueden. De hecho, suelen contar con una actitud de aprendiz eterno y asumen retos. Estos jefes aceptan y hablan de los errores abiertamente y los gestionan de manera positiva.

Todo líder suele contar con ambas mentalidades. Sin embargo, el hecho de que los trabajadores se sientan afortunados de trabajar con ellos dependerá del tipo de mentalidad que cultive el líder humanista. Sin duda, la mentalidad de crecimiento será la más adecuada.

Los jefes tienen la facultad de convertir un trabajo maravilloso en una pesadilla o todo lo contrario. Al líder humanista le mueve construir un propósito ilusionante y es capaz de crear los espacios donde las personas dan lo mejor de sí mismas. Este es, sin duda, el jefe que apuesta por los que le rodean y que con su actitud hace que todos se sientan a gusto trabajando con él.