Estrategia y Gestión

Pros y contras de emprender montando una sociedad civil

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La sociedad civil es un contrato entre dos o más socios, a través del cual se las partes se obligan voluntariamente a poner en común dinero, trabajo o medios industriales, con el objetivo de repartir entre ellas el beneficio obtenido por la actividad. Está fórmula es la elegida por algunas personas por las ventajas que presenta, frente a otras opciones más caras o con una operativa más compleja.

Sin embargo, es importante conocer por qué la sociedad civil no siempre es la mejor estructura mercantil para dar soporte a un negocio. En este post, vamos a ver en qué consiste la sociedad civil y comentar los aspectos más importantes que afectan a su funcionamiento.

Requisitos básicos para montar una sociedad sivil

La sociedad civil es una estructura mercantil muy básica, en la cual se requiere que participen al menos dos socios. El capital que deben aportar es mínimo, pudiendo constituir la sociedad con 1€. Los trámites, aunque pueden variar dependiendo de la CC.AA. donde se ejecuten, suelen ser bastante sencillos y se puede montar la sociedad en cosa de horas, de un día para otro. Se exige un contrato privado (ejemplo de modelo) que recoja la naturaleza de las aportaciones y la distribución de la participación de los socios en las pérdidas y ganancias de la sociedad.

Al menos, uno de los socios que esté de alta en el régimen de la Seguridad Social correspondiente. Se necesita obtener el NIF correspondiente a la sociedad y, en el caso de aportación de bienes inmuebles o derechos reales, se necesita acudir al notario para firmar la escritura pública.

El hecho de que, para constituir una sociedad civil, los requisitos sean más sencillos que en otras alternativas de sociedades, es lo que lleva a algunas personas a optar por esta fórmula. Pero ojo porque no todo son ventajas. En el siguiente apartado, veremos los pros y contras principales de la sociedad civil..

Pros y contras de la sociedad civil

La principal ventaja de la sociedad civil es la sencillez desde el punto de vista administrativo, ya desde el momento de realizar los trámites de constitución. Una vez en funcionamiento, también, al no estar obligada a presentar libros de cuentas o a un control de las cuentas bancarias. La tributación de los beneficios, si los hubiera, la hará individualmente cada socio, al tipo que corresponda del IRPF de cada uno de ellos, lo que beneficiará a los que tengan uno inferior al 35%, al que tributarían en el Impuesto de sociedades

A diferencia de otras fórmulas mercantiles, la sociedad civil no exige la aportación de una cantidad importante de capital para su constitución. Los 3000€ de capital mínimo exigidos para poder dar de alta una sociedad limitada son una barrera para algunos emprendedores que no quieren o pueden disponer de esa cantidad.. Aportar menos capital puede parecer interesante para arrancar un negocio, pero desde el punto de vista empresarial, hay quien no ve con buenos ojos una sociedad civil por ser una fórmula mercantil menos rigurosa que otras, que sí exigen aportar más a los socios. Es decir, si apenas cuesta dinero montar una sociedad civil, lo interpretan como un nivel de compromiso más bajo de los socios.

La mayor precaución que hay que tener con la sociedad civil está relacionada con la limitación de la responsabilidad de los socios. En la sociedad civil, la responsabilidad de los socios es ilimitada, respondiendo cada uno con su patrimonio. Esto echa para atrás a muchos que se plantean optar por esta situación, dado que les podría acarrear problemas de índole muy grave en caso de ser demandados o de no poder frente a un pago. Esto es para pensárselo bien, ya que lo que al inicio de la actividad empresarial puede parecer un camino de rosas, en el futuro puede convertirse en todo lo contrario.

Conclusiones

La sociedad civil es una fórmula interesante para poder iniciar una actividad empresarial, por su sencillez administrativa, desde el momento de la constitución, y los bajos requisitos de aportación de capital. sin embargo, siempre deben tenerse en cuenta todos los aspectos prácticos de la misma, no siendo recomendable en situaciones en las que, por ejemplo, se requiera un volumen de endeudamiento importante.

Tampoco conviene perder de vista a la hora de analizar la conveniencia de este tipo de sociedad, situaciones en las que se esté expuesto a demandas. Por ejemplo, en el caso de un medio online, que pudiera ser demandado por un uso de una imagen, las consecuencias para los socios podrían ser muy desagradables y tener un impacto nefasto en su patrimonio personal. En este caso, ante este riesgo, tal vez sería más prudente optar por la fórmula de la sociedad limitada.