Temporada 1: Cómo encontrar y retener a los mejores

Julia Jahn Responsable de Experiencia de Empleados a nivel Global

Cómo hacer que las personas y tu cultura de empresa cobren vida

«Retención». Esta palabra se usa demasiado en el mundo de los negocios, y la responsabilidad suele recaer sobre el departamento de RR.HH. o la dirección. Sin embargo, en realidad es un esfuerzo colectivo y dinámico. Si se reorienta y se pone en el centro, puede ayudar a los empleados y a la empresa a prosperar. 

¿Qué sé yo sobre esto? 

Llevo casi 20 años trabajando en la industria creativa, y la mitad de ese tiempo me he centrado únicamente en la cultura y el bienestar de las personas. He creado nuevos puestos para mí en torno a mi pasión: ayudar a las personas a disfrutar. Tras haber experimentado los altibajos de muchos esfuerzos de retención, mi objetivo es arrojar algo de luz sobre un aspecto del trabajo al que considero que se debe dedicar más tiempo.

Hacer que la gente no se vaya es el resultado 

La retención es el resultado de un trabajo. Puede que pienses que el objetivo es hacer que los empleados se queden contigo el máximo tiempo posible, pero yo opino que corres el riesgo simplificar las cosas. En realidad, es bastante complejo. 

Lo que quieres realmente es empleados totalmente comprometidos que disfruten de su trabajo, que se sientan inspirados por la empresa y por la dirección (ya sea un equipo ejecutivo o el propietario de una pyme), que sepan que serán tratados con respeto y que tengan una relación sana con sus compañeros. Estas son las personas que disfrutan y que no solo no se marchan, sino que además hacen un trabajo de calidad. ¿Cómo puedes lograrlo? Con tres principios básicos:

1. Haz las cosas con intención

Antes de hacer nada relacionado con las personas, entiende cuál es la verdadera intención detrás de lo que haces o lo que dices. ¿Cuál es la forma más auténtica y de mayor impacto para hacer realidad esa intención? ¿Cómo encaja con la filosofía de la empresa o con tus planes? Esto es aplicable tanto a pequeñas acciones (dar la bienvenida a los nuevos en su primer día) como a macrosistemas (cómo encaja en tu experiencia global de incorporación). 

Las personas son alérgicas a hacer las cosas por cubrir el expediente y a los gestos vacíos. No ser auténtico y hacer las cosas sin pensar merma la confianza y supone un duro golpe a la moral (por no mencionar que puede suponer una pérdida de dinero). Hacer las cosas con intención fomenta el respeto y le da sentido al trabajo, y eso es algo que todo el mundo respalda. 

2. Empieza con lo que (y con quién) tengas a mano

Centrar toda tu energía en la cultura es una gran inversión, pero no tiene por qué costar una fortuna. Antes de tirar de recursos externos, echa un vistazo a tu alrededor: puede que te sorprendas de todo lo que tienes delante y que aún no has explotado. 

¿Cómo estás involucrando a tus empleados? Las personas quieren participar. Quieren sentir que forman parte de algo. Involúcralos. Pídeles opinión. Empodéralos para lanzar un grupo o comunidad, o para organizar una serie de eventos. Dales el tiempo y los medios necesarios para hacerlo, y hacerlo bien. Por ejemplo, para la reunión mensual de un nuevo grupo de afinidad, asegúrate de marcarla en el calendario y encarga un refrigerio o, mejor aun, la comida. Los pequeños gestos pueden mejorar mucho la experiencia del empleado.

¿Y qué hay de tus herramientas y plataformas empresariales? La mayoría de nosotros usamos cosas como Teams o Slack a diario para la comunicación con el equipo y para mandar mensajes a toda la empresa. Estos también son grandes recursos para darle un toque más personal a los canales de comunidades. Pertenecí a un grupo de paseo que me sacaba de casa cada mañana durante el peor periodo del confinamiento, en pleno invierno. ¿Cuánto costó? Cero. ¿La recompensa? Enorme.

¿Cómo podrías aprovechar mejor tu espacio de oficina? ¡Si es que aún tienes uno, claro! Un ejemplo insignificante, pero de gran impacto, consiste en fomentar la conversación con música en el área central. Las personas pueden realizar aportaciones a las listas de reproducción o a temas concretos. Nosotros, por ejemplo, empezábamos el día de San Patricio con The Cranberries y, después, con el legendario álbum Astral Weeks de Van Morrison; la acogida que tuvo entre los compañeros fue fantástica. 

3. Haz que las cosas resulten provechosas

Con todo lo que hagas, plantéate lo siguiente: ¿Es accesible, enriquecedor y/o divertido? Lo ideal es que sea al menos dos de esas tres cosas. Si no es así, piensa en cómo mejorarlo. Los pequeños detalles y un tono deliberado pueden ayudar a atraer a la gente. Si alguien está hasta arriba de trabajo, pedirle que asista a una reunión mensual con toda la plantilla puede resultar un engorro, pero si sirves pasteles de la panadería de la esquina, celebras éxitos recientes y felicitas a las personas que los han hecho realidad, es probable que se alegre de participar. 

Las personas necesitan sentir que van a llevarse algo (ya sea una nueva habilidad, un poco de inspiración o simplemente un detallito); de lo contrario hay menos probabilidades de que participen.   

¡Preparados, listos, ya!

Espero que estos principios básicos te ayuden a involucrar, conectar e inspirar a tus empleados… Y a lograr que no se vayan.