Temporada 2: Da rienda suelta a la productividad

Grace Marshall Coach, escritora y "ninja" de la productividad

Cómo las dificultades pueden dar lugar a un trabajo exhaustivo, más productivo y mejor

En un mundo obsesionado con la eficiencia y las soluciones rápidas, considerar la posibilidad de enfrentar dificultades se ha vuelto tabú.

  • En este artículo reflexionamos sobre si podríamos estar equivocados cuando vemos los problemas como obstáculos en vez de oportunidades.
  • Una lectura recomendada con algunas claves sobre cómo, a veces, abrazar las dificultades nos puede llevar a ser más productivos.

Vivimos en un mundo en el que las soluciones rápidas y la eficiencia despiadada se han convertido en la norma. Además, contemplar siquiera la posibilidad de experimentar dificultades se ha vuelto un tabú. Cuando las cosas salen mal y tenemos dificultades, lo vemos como un obstáculo o como un problema más que solucionar. ¿Pero y si estamos totalmente equivocados con respecto a equivocarnos? ¿Y si las dificultades no fueran incompatibles con ser productivos? ¿Y si de hecho pudieran dar lugar a nuestro mejor trabajo?

Trabajar mejor y ser más audaces

Cuando tenemos dificultades, podemos tener la sensación de estar muy lejos de ser productivos. Nos sentimos atascados y lo vemos como una señal de que las cosas se han torcido. Nos preocupamos de que pueda significar que estamos fallando en algo, de que no estamos centrados y motivados o de que no somos lo bastante buenos.

Pero no creo que esto refleje la realidad. ¿Y si esa dificultad que estás experimentando ahora mismo es la puerta a trabajar mejor y a hacer tu mejor trabajo o el más importante? Esto exige un cambio de mentalidad que nos dará una perspectiva totalmente distinta de las dificultades.

Ve la oportunidad

Empecemos por el fracaso o los errores: muchos de los mayores éxitos y logros de nuestra vida se han producido después de que algo saliera mal. Thomas Edison dijo: «No fracasé, solo descubrí 10 000 maneras de cómo no hacerlo». Muchos emprendedores tienen historias similares de cómo superaron dificultades antes de alcanzar el éxito. Solemos ver estas historias como una lección de perseverancia: puede que tengamos que tomar muchas decisiones equivocadas antes de tomar el camino correcto.

¿Pero y si fuera esa decisión equivocada la que hace que se produzca la magia? A nuestro cerebro no le gusta esforzarse, prefiere lo familiar. Si podemos elegir, siempre nos decantaremos por lo conocido. En general, no estamos dispuestos a probar nada nuevo hasta que las cosas no se tuercen. Puede que el fracaso no sea una opción, sino una necesidad.

Confía en el proceso

Albert Einstein dijo una vez: «No se puede solucionar un problema con el mismo razonamiento con el que se creó». La innovación raramente viene de hacer lo mismo pero mejor. Un inventor sabe que crear algo nuevo exige desviarse de la norma; el innovador sabe que los avances solo se producen cuando acabamos con el statu quo. Sin embargo, la mayoría de nosotros no esperamos que las cosas se tuerzan en nuestro trabajo diario.

Con frecuencia, esto sucede cuando menos lo esperamos. Es la crisis que se interpone en el camino del trabajo que tenemos planeado. Como escribe Elizabeth Gilbert en su libro Big Magic: «La frustración no es una interrupción de tu proceso; la frustración es el proceso».

¿Qué se interpone en tu camino ahora mismo? ¿Cuál es ese desvío que te has visto obligado a tomar? ¿Qué te está limitando, interrumpiendo o irritando? ¿Qué magia podría estar esperando a que la descubras?

Abraza el crecimiento

Cuando estamos acostumbrados a ser buenos en lo que hacemos, ser productivos implica cierta comodidad y confianza. Cuando vamos más allá (cuando emprendemos una nueva fase en nuestro negocio, asumimos un nuevo cargo o abarcamos nuevos territorios), podemos encontrarnos asumiendo nuevos retos y sintiéndonos fuera de nuestro elemento.

Nos sentimos tentados de ceñirnos a lo que sabemos. Por eso a las personas que dirigen a otras por primera vez les cuesta sacar tiempo para dirigir, porque suelen estar demasiado ocupadas haciendo otras cosas. A algunos fundadores les cuesta ceder el control cuando están acostumbrados a hacerlo todo ellos. Cuando salimos de nuestra zona de confort, lo verdaderamente productivo no es lo más fácil ni lo más eficiente, sino lo arriesgado y los errores. Porque son las dificultades lo que nos hace crecer.

Abraza las dificultades para una mayor productividad

En el mundo empresarial siempre estamos buscando la forma de crecer e innovar, pero la productividad no consiste únicamente en trabajar más rápido y más duro; consiste en dar con esos saltos de innovación que nos llevarán mucho más lejos que las mejoras de eficiencia incrementales. Para ello, hay que prestar atención a las dificultades: a ese desvío que se convierte en innovación, a esa disrupción que revela una oportunidad y a esas señales de que estamos creciendo, expandiéndonos y justo donde tenemos que estar.