El papel del ISV en el éxito de la adopción de la innovación tecnológica por el cliente final
Analizamos el papel del independent software vendor (ISV) en la innovación tecnológica, todo lo que ofrece al cliente final y a la empresa desarrolladora. El ISV constituye un último eslabón de la cadena con el cliente final Además, los ISVs hacen que las soluciones que recibe el cliente se parezcan a un “traje a medida”, pero sin sus inconvenientes Las grandes soluciones […]
- El ISV constituye un último eslabón de la cadena con el cliente final
- Además, los ISVs hacen que las soluciones que recibe el cliente se parezcan a un “traje a medida”, pero sin sus inconvenientes
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¿Qué es un ISV?
A la hora de adoptar una solución tecnológica, una empresa tiene diferentes opciones. La primera de ellas es acudir a un desarrollador que haga un programa a su medida. Por poner un ejemplo cotidiano, sería como ir al sastre para que nos confeccione un traje. Esto tiene varios inconvenientes:- Los costes son excesivos para muchas empresas.
- Los tiempos de desarrollo son demasiado prolongados.
- En ocasiones, nos obliga a estar atados con este desarrollador del que dependemos para actualizaciones, mantenimiento, etcétera.
¿Qué valor ofrece el ISV al cliente final? ¿Y a la empresa desarrolladora?
El ISV es muchas veces el último intermediario entre el cliente final y la empresa que desarrolla una solución estándar como puede ser Sage 200cloud o Sage X3, que aporta al cliente en su versión estándar funcionalidad para sectores concretos como comercios, fabricación, distribución al por mayor o construcción. Ya que puede crear pequeños programas o add-ons que constituyan soluciones específicas para cada cliente y que se adapten a la filosofía de su empresa o ayude a integrarse con otras soluciones. El ISV es quién mejor conoce al cliente final y en el que confían para implantar la herramienta elegida En este sentido, da una respuesta para tener algo próximo a ese traje a medida que deseamos, sin los inconvenientes antes comentados de costes, tiempos de desarrollo o dependencia de un desarrollador concreto. Es por ello por lo que una compañía que ofrece soluciones contables, ERP, CRM o software para la gestión de recursos humanos tiene certificado un importante ecosistema de ISV. Además, de este modo, si en algún momento los caminos de empresa e ISV se separan, otros pueden continuar su trabajo. Para la empresa desarrolladora son un pilar muy importante, ya que llegan donde ellos no pueden, ofreciendo la personalización que muchas pequeñas y medianas empresas requieren para contratar estos productos. De otra forma, no habrían contratado este tipo programas. La empresa desarrolladora será tan apreciada por el cliente como lo sea el ISV. Su importancia es mayor que la de un integrador, que también puede crear pequeños programas para ofrecer una solución a la implantación de un software en una empresa. La diferencia entre unos y otros suele estar en el volumen de programas que crean para el cliente final, que, en el caso del integrador, suele ser mucho menor.El ISV como último eslabón de la cadena con el cliente final
Es en este punto donde el ISV ofrece al cliente final la tranquilidad de tener soluciones para sus necesidades, puesto que en muchos casos se crean a medida para él. Estos programas personalizados se pueden aplicar a varios clientes del mismo sector o al mismo tipo de empresas. Estar certificado como ISV de una gran empresa da acceso a una amplia cantidad de clientes que demandan estas personalizaciones. Así, si una solución planteada para un cliente concreto ha funcionado bien, no es raro que otro de este mismo sector busque tener este programa. Y esto, hoy en día, en un mundo de soluciones que son on premise, híbridas o por suscripción, es básico. No en vano, el ISV puede ayudarnos a decidir de forma más fácil cuál es la más adecuada para nosotros o qué soluciones se plantean para cada necesidad en concreto. El ISV es quien mejor conoce al cliente, lo que le permite también acelerar los procesos de implantación. Cuenta con experiencia del trabajo realizado anteriormente para otros clientes similares, que tienen una problemática local, por lo que la labor de consultoría va guiada por otros trabajos previos y no es raro que se ofrezcan soluciones que el cliente final muchas veces ni siquiera se ha planteado, por desconocimiento. Para la empresa final es una gran tranquilidad. Son conscientes de que están tratando con alguien experto y cercano que sabe lo que se trae entre manos; que ya ha implantado y creado programas con éxito para otras empresas y que no solo va a darnos una herramienta mejor para nuestro día a día, sino que también tiene experiencia sobre el programa que quiere adquirir. En resumen, de lo que hablamos es de que son capaces de ofrecer un resultado más eficiente para el empresario final. Esto supone un rápido retorno de la inversión, sobre todo porque la aceleración del proceso de consultoría e implantación, así como menores costes en la adaptación y creación de pequeños programas a medida, suponen un gran ahorro en el gasto, no solo monetario, también en horas invertidas en su manejo durante el día a día.¿Quieres ser Partner de Sage?
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