Personas y Liderazgo

Ser autónomo no significa trabajar menos

Impuestos

El autoempleo parece ser que es la única salida viable para muchos trabajadores de nuestro país. Los autónomos son los únicos generadores de empleo en los últimos tiempos. Son muchos los trabajadores que vienen de distintos sectores y que buscan montar sus propios negocios. Pero quizás lo hacen con una perspectiva poco realista, ya que ser autónomo no significa trabajar menos.

Tal vez sea la imagen de prosperaridad, de mejora de condiciones laborales, de ser nuestros propios jefes, que reflejamos más como un deseo, lo que impulsa a muchos a creer que siendo autónomos trabajarán menos horas, tendrán libertad de horarios o se dedicarán a recoger beneficios y supervisar en el mejor de los casos. Entiendo que este puede ser el objetivo legítimo de muchos, lo que no entiendo es que no comprendan que es algo muy complicado de conseguir, sobre todo en la fase inicial de lanzamiento del negocio.

Y tras comprobar la realidad, surge el descontento

Ya no se trata de negocios que van mal, sino de aquellos que son relativamente solventes y les va bien, los autónomos comprueban que tienen que estar trabajando un número de horas bastante mayor del que tenían pensadas. No es la primera vez que oigo quejas en este sentido. «Yo no he montado un negocio para acabar trabajado más que antes» o «Soy esclavo de mi negocio».

En algunos casos es gente que ha cambiado de sector productivo, o que no tienen la experiencia necesaria en el mismo para tener una visión completa, real, de lo que tienen que hacer para poner en marcha su propio negocio. De esta forma, el entusiasmo que todos tenemos al iniciar un nuevo proyecto se va diluyendo al chocar contra el día a día.

Todos los inicios son muy duros. Conseguir el mínimo de facturación que haga viable nuestro negocio es complicado. Y son muchos los que fracasan. Quizás porque sus planes de negocio, en caso de tenerlos, son irreales y cuentan con unas perspectivas poco ajustadas a las circunstancias económicas actuales. Es en este momento donde al descontento se le suma el aprieto económico, cuando vemos que las cuentas, en muchos casos, no salen.

Sin horarios y con pocos descansos

No en todos los casos podemos decidir nuestros propios horarios. Sobre todo si tenemos una oficina o un comercio estamos sujetos a unas horas de apertura al público. Si ha esto se vamos sumando libertad de horarios comerciales que se van imponiendo, hace que en muchos casos los autónomos se vean abocados a trabajar casi sin descansos. Pero también ocurre en otros sectores, donde los contratos de mantenimiento que ofrecen muchos autónomos como servicios, exigen casi disponibilidad a cualquier hora.

En todo caso lo normal es que aquí no acabe nuestra jornada, y al llegar a casa o una vez echado el cierre tengamos tareas organizativas, pensar o realizar pedidos a proveedores, poner en orden la facturación, etc. Y a todo esto se le suma que en muchas ocasiones no podemos ni siquiera permitirnos unas vacaciones anuales. Y esto por no hablar del teléfono móvil, al que viven pegados en muchos casos como si fuera una segunda piel.

Por eso creo que antes de emprender nuestro propio negocio no estaría de más tener una toma de contacto con algún profesional del sector al que nos vamos a dedicar. Que nos cuente un poco la realidad del negocio, a lo que nos vamos a enfrentar, tanto las cosas malas, como las buenas que también las tiene. Porque en muchos casos, aunque veamos todos estas cuestiones, lo cierto es que tendemos a ignorar los aspectos negativos y quedarnos sólo con los positivos.

El objetivo es que no se produzca el efecto soufflé y toda la ilusión con la que iniciamos nuestra etapa como empresarios autónomos dure muy poco tiempo. No es algo sencillo, ni creo que todos los trabajadores estén hechos para ser autónomos. Pero lo que no debemos hacer es iniciar con una falsa sensación de éxito instantáneo, que se produce en contadas ocasiones.