Finanzas

¿Y si suben los tipos de interés? Siete aspectos clave para tomar la mejor decisión empresarial

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Explicamos las medidas que pueden tomar las empresas para afrontar con mayores garantías un posible escenario de incremento de tipos de interés.

  • Aún desconocemos cuándo y cuánto podrían subir los tipos de interés, pero conviene anticipar posibles respuestas.
  • Según el Banco de España, la rentabilidad de los recursos propios de las empresas españolas podría caer hasta una cifra entre un 0,8% y un 1,5% menor a la actual a consecuencia de subidas de tipos de interés del 1-2%.

Una de las cualidades de todo buen emprendedor es la de ser previsor. Por ello, muchos están pendientes de si se materializa o no y en qué medida una posible subida de tipos de interés. En ese sentido, el último Boletín Económico del Banco de España ha publicado una simulación.

Se obtienen unos resultados que arrojan un posible descenso de un 0,8% de la rentabilidad de los recursos propios en caso de subir un 1% los tipos de interés. Si el aumento fuese del 2%, la rentabilidad podría caer en torno al 1,5%. Los sectores más vulnerables podrían ser energía, información y comunicaciones, y construcción y actividades inmobiliarias.

No obstante, hay que tomar los resultados con cautela, porque los datos de los que parten son de 2016 (y en este tiempo ha habido una mejora de las condiciones financieras) y el efecto seguramente sería progresivo (a medida que se vayan produciendo vencimientos de deuda de las empresas). Además, si vivimos una subida de tipos de interés mayor, normalmente, sería porque la economía iría mejor de lo esperado, lo que beneficiaría a la rentabilidad de todo tipo de proyectos.

De todos modos, conviene prepararse ante una subida de tipos de interés, estudiando con cierto detenimiento algunos aspectos como los siguientes.

El calendario de vencimientos de pago

Normalmente, un aumento de los tipos de interés suele venir asociado a mayores dificultades para la financiación empresarial. Los requisitos para acceder a ella pueden ser más rigurosos, no solamente por el coste. Y, en general, las empresas más vulnerables son las que tienen vencimientos voluminosos más cercanos.

El principal reto que hay que superar es el de la confianza. Los potenciales acreedores pueden pensar que tenemos ante nosotros dificultades de liquidez. Si no nos conceden crédito, es posible que nuestro proyecto no sea viable y, al final, podríamos encontrarnos con un problema de solvencia.

El calendario de flujos de caja previstos

Probablemente, la subida de tipos de interés hará que muchas inversiones dejen de ser rentables. Fundamentalmente, habrá que renunciar a proyectos que ahora nos exigen fuertes desembolsos y cuyo retorno no se espera hasta dentro de mucho tiempo. Todo cobro que quede muy lejano vale menos cuanto mayores sean los tipos de interés.

Por otro lado, conviene estudiar los cobros y pagos previstos bajo diferentes escenarios. Analizaríamos el nuevo contexto de tipos de interés y valoraríamos qué medidas podríamos tomar ante diversas condiciones del entorno. Unas buenas predicciones nos ayudarán a comprender mejor no solamente los cambios en los flujos de caja esperados, sino también los riesgos asociados a cada opción en función de las circunstancias.

Eso es muy importante debido a que es probable que, ante la subida de tipos de interés, tengamos que cancelar, aplazar o replantear algunos proyectos. Normalmente, las decisiones que haya que tomar se orientarán a evitar que los retornos de nuestras inversiones tarden demasiado tiempo en llegar o, incluso, que su llegada sea incierta.

La predisposición de los socios

Los socios son muy importantes en un escenario de aumento de tipos de interés. Es posible, por ejemplo, que las circunstancias recomienden un aumento del capital social o un menor reparto de dividendos. Por ello, es importante sondear sus opiniones, al menos las de los socios más importantes.

Un aspecto muy importante, sobre todo en caso de ampliación de capital, son los posibles cambios en el control. No es raro ver situaciones en las que quizá a los socios que lo mantienen no les resulte posible o conveniente acudir a ampliaciones de capital que la empresa pueda necesitar. En ese caso, hay que plantearse cuál sería el futuro de la compañía.

Normalmente, hay dos cuestiones muy importantes que deben preverse. Por un lado, hay que valorar el posible papel futuro de quienes hoy mantienen el control. Por otro, interesa mucho saber cuáles podrían ser los proyectos de quienes pasen a controlar la empresa.

La competencia

Los tipos de interés no solamente subirían para nosotros, sino para todos los agentes económicos. En ese sentido, tiene un interés enorme analizar también la posición de la competencia. Es muy probable que, dentro de nuestro sector, haya empresas más fuertes o más vulnerables ante la subida de tipos.

Conviene estudiar en qué situación se encuentran las principales empresas competidoras y el conjunto del sector. Para lo primero, recurriremos al Registro Mercantil o a la información que la propia firma publique en Internet o por otros medios para conocer las cuentas anuales. Para lo segundo, consultaremos, por ejemplo, la información de la central de balances del Banco de España.

Sin embargo, no debemos perder de vista que no siempre una situación precaria de los competidores es una gran oportunidad. La razón es que hoy no es raro ver cómo empresas de distintos sectores o de otros que están emergiendo en la actualidad pueden tener un acceso más sencillo para cubrir las necesidades de quienes son ahora nuestros clientes. La debilidad general del sector puede ser el punto de partida que impulse bienes o servicios alternativos al nuestro.

Las posibilidades de liquidación de activos

La liquidación de activos puede ser una salida para reducir los costes del endeudamiento. También lo puede ser para desprenderse de inversiones no rentables o que, simplemente, han dejado de compensar dados los nuevos tipos de interés.

En ese sentido, nos interesan principalmente tres aspectos. El primero es una estimación de cuánto dinero podríamos obtener a través de una venta u otro tipo de enajenación. Es importante realizar la comparación con los rendimientos que esperamos obtener del uso de dicho activo.

El segundo aspecto es la estimación del tiempo que nos llevará la transmisión del activo y el cobro asociado a ella. Ese es un aspecto muy importante, sobre todo teniendo en cuenta la mayor o menor holgura que nos permita nuestro calendario de vencimientos de deudas.

Finalmente, debemos considerar los costes asociados a la venta. En ese sentido, hay que decidir si la búsqueda de posibles compradores la efectuaremos por medios propios o a través de la contratación de profesionales externos. También es importante valorar los costes asociados a la repercusión que pueda tener desprenderse de ese activo en el conjunto de procesos de la empresa. Por ejemplo, puede ser necesaria alguna obra u operación que ocasione algún trastorno a otras actividades del negocio.

Las inversiones prioritarias

En un contexto de encarecimiento de la financiación, hay que plantear un cierto orden de prioridades. De lo que se trata es de prever qué proyectos podrían ser más o menos renunciables ante un escenario de encarecimiento de la financiación ajena y de exigencia de mayor rentabilidad por parte de los socios.

Conviene, también, plantear posibles modificaciones en los proyectos que puedan darnos un cierto margen a la hora de calificar como prioritario un proyecto frente a otro. Eso nos dará mayor flexibilidad en los descartes. Tengamos en cuenta que si, por ejemplo, cerramos una actividad o un local o dejamos de producir un bien concreto o de prestar un servicio, existirán repercusiones sobre clientes y proveedores.

No es raro que, ante el planteamiento de este tipo de medidas, puedan surgir negociaciones con los principales clientes o proveedores a fin de mantener la relación. Plantear con antelación formas alternativas de continuar con un proyecto puede facilitar mucho el conocimiento de hasta dónde podemos llegar.

La incorporación de elementos sin grandes desembolsos

Una restricción de las posibilidades de financiación no siempre debe implicar menos recursos para el negocio. Existen diferentes vías para realizar incorporaciones de elementos útiles sin realizar grandes desembolsos.

Por ejemplo, la nube nos permite acceder a equipos potentes y software avanzado sin tener que comprarlo ni desarrollarlo nosotros mismos. Pagamos por lo que usamos y evitamos un voluminoso desembolso inicial. Otro ejemplo son los arrendamientos financieros u operativos, que permiten introducir en nuestra empresa activos sin ser sus propietarios.

La subida de tipos de interés es un reto para todo tipo de empresas, más incluso teniendo en cuenta que desconocemos el calendario exacto, la cuantía en la que se producirán las elevaciones y sus repercusiones concretas sobre el crédito empresarial. Sin embargo, una buena preparación puede hacer que superar ese desafío sea mucho más sencillo e, incluso, convertirlo en una oportunidad para la depuración de los procesos y la mejora de la gestión de nuestro negocio.