¿Qué significa gravar impuestos?

Conoce los diferentes significados de la palabra gravar y qué gravan los principales impuestos en España.

• No deben confundirse los verbos grabar y gravar (gravar viene de grave, que en latín significa pesado).
• En España hay impuestos que gravan diferentes tipos de operaciones. Todos ellos deben respetar un conjunto de principios marcados por la Constitución Española.

Confundir grabar con gravar es un error ortográfico. Se graban relieves, discos, películas, narraciones sonoras… e, incluso, recuerdos. Este es el significado más frecuente entre los dos homófonos. Estas dos palabras, aunque suenen igual, se pronuncian distinto y no quieren decir lo mismo.

En realidad, pertenecen a campos diferentes. El término gravar es propio del mundo jurídico y se emplea en el ámbito civil y en otros, como el tributario. En ese sentido, es importante tener en cuenta que no siempre significa lo mismo.

El significado coloquial del término gravar

Gravar viene de grave, que en latín, la lengua de la que procede la palabra, significa pesado. De ahí, provienen palabras como gravoso; algo que genera gasto o menoscabo (la segunda acepción del diccionario de la Real Academia Española). Incluso, dicho de forma más general, la primera acepción indica que lo gravoso es algo molesto.

Podríamos entender, por tanto, gravar como la acción contraria a la expresión coloquial quitarse un peso de encima. Es, en definitiva, lo que se hace cuando se establece una situación en la que alguien tendrá que aceptar algún gasto, molestia o limitación.

¿Qué significa gravar en términos jurídicos?

En el ámbito jurídico privado, se usa con significados diversos e, incluso, imprecisos. Así, por ejemplo, se dice que se grava:

• La propiedad con algún derecho real que la limita, como un usufructo, por ejemplo. 
• Un derecho real con algún tipo de carga que puede favorecer a alguna persona o a los titulares de un derecho real sobre una determinada cosa.
• A una persona con la imposición de que deba realizar una determinada prestación. 

¡Tuitéalo! ¡No confundas gravar con grabar! Te explicamos qué significa el término gravar y cómo se aplica en los impuestos.

Gravar en el ámbito fiscal

En términos fiscales, gravar es entendido en el sentido de imponer a una persona (un sujeto pasivo) una prestación dineraria que le exige la Administración. Sin embargo, su uso también es bastante flexible, en especial en lo referente al momento.

• En ocasiones, se relaciona con el establecimiento de tributos o, incluso, con meros proyectos. Así se dice, por ejemplo, que una ley grava determinada operación o que el Gobierno pretende gravarla.
• También se menciona el verbo gravar con ocasión de la entrada en vigor o del comienzo de la exigibilidad de un nuevo impuesto. Por ejemplo, a partir de una determinada fecha, un tributo de nueva creación gravará un hecho imponible concreto. 
• Otro uso habitual es el referido al momento del devengo. Así, por ejemplo, se manifiesta cuando nos referimos a operaciones gravadas.

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¿Qué se grava en España?

Dentro de los tributos, existen cuatro categorías principales:

• Impuestos, que se satisfacen sin tener derecho a ninguna contraprestación. 
• Tasas, cuyo pago da derecho a algún servicio o a alguna utilización privativa o aprovechamiento especial del dominio público.
• Contribuciones especiales. Se establecen en casos en los que determinados inmuebles incrementan su valor con ocasión de una obra pública o a raíz del establecimiento o ampliación de servicios públicos.
• Cotizaciones a la Seguridad Social, que tienen ciertas características en común tanto con impuestos como con tasas. Por el solo hecho de su pago no generas derecho a prestaciones. Esto depende de la normativa vigente en el momento de la contingencia y del cumplimiento de las condiciones. No obstante, para el acceso a prestaciones contributivas, el pago de cotizaciones es un requisito.

Por lo demás, nuestro sistema tributario gira en torno a una serie de principios. Uno de ellos es que cada uno, contribuirá al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica. En ese sentido, se hace una clasificación de los impuestos en:

• Directos, que gravan una manifestación directa de la capacidad económica, como la obtención de renta o la posesión de un patrimonio. 
• Indirectos, que gravan una manifestación indirecta de la capacidad económica, como el consumo, utilización o circulación de esa renta.

Impuestos directos

Los principales impuestos directos son los que gravan la obtención de renta. Los residentes pagan IRPF (si son personas físicas) o impuesto sobre sociedades (en el caso de personas jurídicas). En ambos supuestos, se grava la renta obtenida por estos sujetos pasivos en cualquier parte del mundo. Además, hay un impuesto sobre la renta de los no residentes, que solo pagan por determinadas rentas que han obtenido en España.

Pero la imposición directa no se queda ahí. Existen diversas figuras, entre las que destaca el impuesto sobre sucesiones y donaciones, que grava las transmisiones lucrativas.

Impuestos indirectos

El impuesto indirecto más importante es el IVA. Este grava las entregas de bienes y prestaciones de servicios efectuadas por empresarios y profesionales. 

Por su parte, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados también está ligado a la imposición indirecta. Su función más destacada es jugar un papel semejante al del IVA, pero en este caso cuando el transmitente es un particular.

Además, existen muchos otros impuestos indirectos. Entre ellos, destacan los llamados impuestos especiales, cada uno enfocado a una actividad de producción o consumo diferente. 

Como ves, están gravadas operaciones de todo tipo. En el mundo de los negocios necesitas una visión global para entender las repercusiones de los impuestos en tu empresa. Por ello, es muy conveniente contar con soluciones que, como Sage 50, te ofrecen coordinación de las diversas áreas.