Estrategia y Gestión

Cómo organizar el trabajo de tu empresa para ser más rentable

– Una mala organización no solo afecta a tu operativa, también tira por tierra tu […]

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En esta entrada vas a ver la consecuencias que puede tener en tu empresa el organizar mal el trabajo, afectando no solo a la operativa.

  • También tira por tierra tu margen de beneficios aunque no seas consciente de ello
  • Entre las peores consecuencias de la desorganización está exponerte a sufrir morosidad

Una empresa con una mala organización es sinónimo de caos y falta de eficiencia. Con esta afirmación te deberías estar planteando si tu negocio tiene un buen modelo de organización. ¿Es el caso?

Igual que en todos los aspectos de la vida, cuanto más complejo es un organismo (o grande una empresa), mayor organización debe tener. Las grandes compañías sacrifican flexibilidad y rapidez de respuesta en favor de una operativa más rentable y, aunque los emprendedores y las pymes están en el extremo opuesto de la balanza, ¡ni tanto ni tan calvo!

El caso es que muchas pequeñas y medianas empresas luchan cada día por alcanzar el umbral de rentabilidad, y la razón es que no encuentran la manera adecuada de organizar su trabajo y hacer cada hora más eficiente.

Demasiadas microtareas, proyectos a contracorriente, imprevistos e inercia tienden a crear una bola de urgencias y errores que poco a poco se comen nuestro margen de beneficios a base de echar horas y horas.

Dicho de otro modo: emprendedores y micropymes deben encontrar ese punto medio entre organización e improvisación si quieren dejar de sobrevivir y empezar a vivir.

Ante esa tesitura, ¿cómo puedes volverte más eficiente y empezar a “respirar” financieramente?

To do list

Con una buena organización del trabajo podrás reducir costes y eliminar las tareas que no aportan valor a tu negocio. Toma nota de los pasos a seguir y ¡arriba rentabilidad!

1. Plantea tus objetivos: desde un primer momento debes tener claro qué quieres conseguir. ¿Cuáles son tus objetivos de tu negocio?

2. Conoce tus recursos: analiza todos los recursos de los que dispones. Reúne el talento y herramientas de tu empresa para alcanzar tus objetivos.

3. Haz una lista de tareas: ¿por dónde empezar? Existen técnicas como el covey matrix o Eisenhower matrix que pueden ayudarte a definir las tareas prioritarias de las que no lo son tanto y cuáles debes delegar. ¡No olvides incluir ninguna o caerán en el olvido!

4. Define con detalle cada tarea: la persona o equipo responsable, los tiempos previstos, las metas propuestas y asegúrate de que está “claro como el agua”.

5. Lleva un control continuo: toda empresa está expuesta a sufrir imprevistos, cambios y adaptaciones en la realización de sus tareas. Estar con un ojo siempre abierto y controlar diariamente puede ayudarte a encauzar tu trabajo cuanto antes.

6. Hazte con una buena herramienta: la organización depende de ti, sí, pero una ayudita nunca viene mal (o puede ser tu salvación directamente). Sage One te ayuda en la gestión de tu negocio con toda la información en una misma plataforma y a tiempo real. ¡Más fácil imposible!

7. Evalúa los resultados: ¿es lo que esperabas? ¿has superado tus expectativas? ¿en qué puedes mejorar? No se trata de aprobar o suspender el examen sino de analizar tu trabajo, buscar nuevas oportunidades y añadir valor a tu negocio.

Un poco más de (des)organización

Una buena comunicación entre tus empleados, un buen ambiente de trabajo y una oficina limpia y ordenada aumentará la motivación y productividad de tu negocio.

¿Estás preparado para reducir costes? Incluye el cuidado de estos aspectos en tu plan de empresa y notarás como la rentabilidad de tu negocio aumenta. ¡Dicho y hecho!

Y ahora, ¡manos a la obra!

Ten en cuenta que ningún modelo de organización es para siempre. Lo que hoy puede ser útil para tu empresa quizá mañana no lo sea. El crecimiento de tu negocio y la situación del mercado pueden cambiar tus necesidades. ¡Revisa tu organización en función de estos cambios!