Finanzas

Gestión de almacenes: ¿Qué es el SKU de un producto?

Describimos en qué consiste el SKU y analizamos cómo mejora la gestión de los inventarios y su papel en el análisis de datos empresariales.

Sage

En este artículo podrás aprender sobre el papel que juega el Stock Keeping Unit (SKU) en la gestión de almacenes.

  • Prestar atención a los SKU es invertir en la trazabilidad de tus existencias de mercaderías o productos terminados.
  • Gracias al SKU podemos vincular datos de todo tipo a aquellos que identifican cada artículo. Descubre cuáles son.

Contenido del post

  1. ¿Qué es un SKU?
  2. ¿Cómo se codifica un SKU?
  3. El SKU frente a otros códigos (EAN, UPC…)
  4. La ventaja para la trazabilidad del SKU
  5. El SKU y otros datos

SKU son las siglas de stock keeping unit, que podríamos traducir por unidad de mantenimiento de existencias. Es uno de esos números que aparecen con frecuencia en la gestión empresarial y, en particular, en la de los almacenes.

Por ello, es importante que reflexiones sobre su utilidad en tu negocio y los usos potenciales que podrías dar a este código en el futuro. Es un gran aliado no solo de las empresas que quieren mantener en orden sus inventarios. También de las que pretenden apoyar en los datos decisiones cada día más inteligentes.

¡COMPÁRTELO! ¿Hasta dónde puedes sacar partido de los códigos SKU? Descubre cómo mejoran la gestión de almacenes y cómo ayudan a transformar tu negocio.

1) ¿Qué es un SKU?

El SKU es un código de referencia interno. Puede contener cifras y letras para identificar la unidad más pequeña que almacenas y que es indistinguible de otras. Por ejemplo, si tienes un negocio de venta de vajillas, podrás identificar los platos hondos, los llanos, los de pan, los de postre…

Pero ahí no queda la cosa, ya que también son distinguibles en función de:

  • Marca
  • Material
  • Año de fabricación
  • Color

Y otras muchas características que hacen a cada grupo de piezas único.

Al final, llegarás a una clasificación donde cada uno de los artículos sea realmente intercambiable. Para ello, ten en cuenta no solo que sean dos piezas idénticas para los clientes, sino incluso para ti.

Por ejemplo, puedes tener varias cajas con platos que pueden resultar iguales para el consumidor, pero que cada una haya tenido sus características propias. Quizá llegaron en un camión diferente, se almacenaron en partes distintas del almacén…

2) ¿Cómo se codifica un SKU?

Dado que es un código de uso interno, puedes elegir el formato que más te convenga. Podrías asignar un número aleatorio a cada unidad mínima que almacenas. Sin embargo, suele ser más útil emplear una combinación de letras y cifras que indique algo sobre el artículo.

De este modo, entiendes el SKU como una suma de referencias de características que identifican por completo a la unidad mínima que almacenas. Cada parte del SKU sería como la información referida a un campo concreto de una base de datos que corresponde a tu artículo.

3) El SKU frente a otros códigos (EAN, UPC…)

Hay códigos de referencia muy populares que siguen unas mismas normas para todas las empresas. Es el caso del EAN o del UPC, entre otros. Su misión es identificar ciertos aspectos de cada artículo para hacer más sencilla la identificación de los productos y la realización de operaciones de facturación, contabilidad, comprobaciones, etcétera.

Mientras códigos como el EAN o el UPC ayudan a la identificación por cualquiera de los artículos, el SKU es de uso interno.

La perspectiva de SKU es diferente. Ya que es un código de uso interno, es cada empresa la que decide su composición. Por ello, una referencia con un mismo EAN o un mismo UPC puede corresponder a muchos SKU diferentes que están identificando características cuya importancia se ve desde el punto de vista interno.

4) La ventaja para la trazabilidad del SKU

El SKU permite tomar registros que identifiquen dónde está cada unidad mínima en un momento dado. Incluso, puedes crear informes que te señalen dónde se sitúan o dónde estaban en cierto instante todas las unidades que compartían una parte del SKU.

Además, puedes realizar el proceso al revés. En algunas situaciones, tienes físicamente delante de ti uno o varios artículos que no te cuadran con el resto. Gracias al SKU, podrás saber qué es exactamente con solo consultar en tu base de datos a qué corresponde la referencia.

En general, las principales ventajas de trazabilidad las vas a encontrar cuando mantienes un registro espacio temporal completo. Por tanto, deberás tener anotados todos los cambios de ubicación que ha tenido cada artículo y el momento exacto en el que se han producido.

Por ejemplo, el día tal a la hora tal ingreso en el almacén X. Salió en tal momento, se cargó en un camión con una matrícula determinada, a continuación…

Cuanto más exacto seas en los registros, mejor será la trazabilidad. No es lo mismo decir que un determinado SKU entró en el almacén entre las 10 y las 11 de la mañana que indicar que a las 10:46:28 entró por la puerta 2 y se situó en la posición X de la estantería Y. Ante cualquier problema, será más fácil saber qué unidades se han visto afectadas cuando realizas un registro más exhaustivo.

5) El SKU y otros datos

El SKU te muestra características invariables de tus artículos que permiten identificarlos. No obstante, es interesante cruzar esos datos con otros que reflejen los cambios que afectan a tus existencias, más allá de su ubicación y del cambio de tareas dentro de un proceso.

En ese sentido, los sensores juegan un papel interesante. Son capaces de registrar cada cierto tiempo o, incluso, de forma continua los valores de variables físicas, químicas o de otro tipo referidas a uno o más SKU.

Por ejemplo, te puede interesar conocer la temperatura, la humedad, presencia o ausencia de ciertos compuestos químicos, datos microbiológicos y otras variables relacionadas con diferentes SKU y las estancias y contenedores que los alojan.

Eso puede proporcionar una mejora en el control y la activación de alarmas. Sabes los productos afectados por un problema y puedes lanzar medidas tempranas de contención o reparación de los daños.

Además, es posible realizar predicciones. Puedes, por ejemplo, identificar las probabilidades de que suceda o no un suceso que afecte a un SKU concreto. Así es más fácil que mejores tus procesos.

En definitiva, el SKU mejora tus inventarios. Además, te da la oportunidad de cruzar sus datos con otros de diferentes fuentes que permiten significativas mejoras de gestión de almacenes.