Personas y Liderazgo

Nueve pistas que te indican que te encuentras ante un trabajador sobrecargado

Sage
  • La sobrecarga de trabajo perjudica tanto a la empresa como al empleado
  • No hay que confundir que una persona tenga mucho trabajo, pero pueda con él, con una situación de sobrecarga

Un trabajador sobrecargado puede ser en una pesadilla para su empresa. En casos extremos, pero no excesivamente raros, puede convertirse en una especie de zombie que actúa mecánicamente, sin espacio para la reflexión.

Prevenir la sobrecarga de trabajo es apostar por el sostenimiento y mejora de la productividad laboral

Ello puede comprometer rápidamente su productividad y puede repercutir en el trabajo de sus compañeros. Además, detrás de la sobrecarga de trabajo, está la causa de muchos accidentes laborales y de crisis de seguridad en los productos.

Las señales de la sobrecarga de trabajo

Es, por todo ello, muy necesario estar atentos ante diversas señales, como las siguientes.

Dificultades de comunicación con otros empleados

Al trabajador sobrecargado le resulta complicado responder a llamadas, correos, mensajes o conversaciones. Lo suele hacer tarde, con desgana y, normalmente, con monosílabos. Incluso su cara expresa cansancio. Cuando se comunica con otros suele decir que está “hasta arriba de trabajo”.

¡Comparte!: ¿Tu empleado está “hasta arriba de trabajo”? Quizá te esté mandando señales de que sufre una sobrecarga de trabajo.

Agendas interminables

Pedir cita para resolver un asunto con un trabajador sobrecargado puede ser misión imposible. No hay hueco en su agenda hasta dentro de un montón de días. Y lo más curioso de todo es que suelen ser los primeros en llegar a su puesto y los últimos en marcharse, en parte, porque su carga de trabajo es muy elevada y, en parte, porque cada vez pueden con menos, dado el cansancio que acumulan.

Errores y omisiones poco habituales

“Lo siento, no sé dónde tengo la cabeza”. Esta frase es repetida una y otra vez por el trabajador sobrecargado. Comete fallos de principiante y no sabe explicar cómo ha podido suceder. Normalmente, tiene dificultad para desarrollar varias tareas al mismo tiempo, pero también el cansancio hace que, cuando es necesario, no tenga claro cómo priorizar unas sobre otras.

Actitud estresada

La presión se nota en su vocabulario, en su comunicación no verbal, incluso en su vestuario y costumbres habituales. Le cuesta dormir, comer, cambiar de tareas y actividades. Normalmente, además, se genera un bucle pernicioso en el que todo esto está afectando a su vida particular y cada vez lleva más estrés al trabajo. La caída de rendimiento provoca una presión redoblada que hace que, si no se pone un freno, la estabilidad de su trabajo y de su vida en general esté en peligro.

Quejas

La sobrecarga de trabajo genera una sensación de injusticia. El empleado cree que le faltan medios, que sus compañeros deberían colaborar más, que deberían ofrecerle un ascenso o un mejor sueldo que sea más acorde a sus responsabilidades… Al final, el tiempo perdido por el bloqueo que produce esa sensación de no estar recibiendo un buen trato se proyecta en menor capacidad para afrontar las tareas y, por lo tanto, en que sea mucho más fácil que el trabajo nos supere.

¡Comparte!: El empleado gruñón, ¿lo es por personalidad o por sobrecarga de trabajo? Aprende a distinguirlo.

Dificultades para delegar tareas

Son, al mismo tiempo, causa y consecuencia de la sobrecarga de trabajo. Están en su raíz, ya que una buena delegación de tareas deriva en cada momento las labores a realizar a las personas más adecuadas para las circunstancias. Pero, además, un trabajador sobrepasado suele generar un mundo a su alrededor que los demás no pueden entender. En definitiva, es una fuente de caos organizativo.

Dificultades en la cooperación

Dado que suelen tener dificultades de comunicación es muy difícil que entienda las ventajas de la cooperación con otros compañeros. Entienden la colaboración como una inversión para la que, dada su sobrecarga de trabajo, no tiene tiempo.

—No tengo tiempo, no tengo tiempo —dijo el trabajador sobrecargado. ¿Hasta qué punto es así?

Ausencias por enfermedad

La situación de sobrecarga laboral genera una presión física y mental que, con facilidad, puede derivar en enfermedad. Es habitual que muchos trabajadores lleguen a todo hasta un día en el que no llegaron a su puesto por encontrarse de baja laboral. A partir de ahí, o se reflexiona sobre cómo evitar que la situación se repita o la productividad de ese empleado caerá en picado y muy probablemente arrastrará a la de otras personas que dependan de un modo u otro de su trabajo.

La marcha de la empresa pasa por su cabeza

El trabajador sobrecargado tiende a buscar punto y final a su situación. Una oferta de otra empresa puede ser la excusa perfecta para que acabe pidiendo el finiquito. Incluso aunque no tenga ninguna sobre la mesa, el exceso de presión puede ser el motor de una reinvención profesional. Hay un claro riesgo de fuga de capital humano.

La prevención de la sobrecarga de trabajo

La parte buena es que la sobrecarga de trabajo se puede prevenir. Obviamente, lo primero es una buena planificación de tareas y responsabilidades, elegir a la persona que encaja en cada puesto. Para ello es fundamental contar con herramientas que nos permitan trabajar con datos objetivos, pero también dotar a nuestra organización del organigrama correcto.

La detección temprana e, incluso, la posibilidad de prevención de la sobrecarga de trabajo pasa por un análisis continuado del desempeño laboral y del clima de trabajo

En segundo lugar, es fundamental que los trabajadores estén dotados de los medios adecuados para poder desarrollar muchas tareas simultáneamente. El trabajador sobrecargado es la antítesis del empleado multitarea que reclaman los tiempos actuales.

Disponer de las herramientas adecuadas para la gestión de la información laboral facilita enormemente la lucha contra la sobrecarga laboral

Finalmente, es muy necesario medir posibles riesgos que afectan tanto al desempeño como al clima laboral.

Por ello, al poner a unos y otros en relación, será cuando observemos por dónde puede acechar la sobrecarga de trabajo.