Estrategia y Gestión

Razones por las que merece la pena trabajar respetando un horario

diez preguntas asesor

Establecer en la empresa una jornada de trabajo como norma no siempre resulta sencillo. Hay muchos tipos de empresas, cada una con necesidades diferentes y, dentro de ellas, puestos de trabajo con requisitos de presencia y disponibilidad que pueden ser muy distintos, por lo que fijar un horario único para trabajar resulta en la práctica muy complicado. Por ejemplo, parece lógico pensar que un diseñador gráfico no tiene por qué tener la misma exigencia de puntualidad para entrar en su puesto de trabajo que la persona que abre un comercio todos los días a primera hora de la mañana, por lo que sus horarios podrían ser perfectamente diferentes.

Cada caso es un mundo, desde el autónomo a la empresa grande, pasando por la pequeña y la mediana, pero en general se pueden observar algunas dificultades comunes a la hora de trabajar respetando un horario laboral. En la época actual, además, algunas empresas están ajustando plantillas, lo que está llevando a una tendencia hacia el estiramiento de las jornadas laborales por norma, dejando de lado otras facetas de la vida de las personas que resultan de vital importancia, tanto para ellas como para las empresas que las contratan.

Motivación

Cualquier persona necesita motivación para poder desempeñar sus funciones con éxito en un puesto de trabajo. La motivación se consigue por muchas vías, como la personal y la de la remuneración, entre otras. También se logra ofreciendo a los trabajadores una jornada de trabajo racional, que permita integrar la vida laboral su vida personal: familiar, amigos, formación, deporte, aficiones, etc. Se trata de ofrecerle al trabajador un sistema que en el que «exista vida después del trabajo».

Si se genera motivación en el trabajador, al mismo tiempo se está generando responsabilidad. En cualquier puesto pueden surgir picos de trabajo, surgiendo la necesidad de estirar un poco más la jornada, tiempo extra que se puede compensar de muchas maneras, no necesariamente dinerarias, y que un trabajador motivado cubrirá sin rechistar, por la responsabilidad del buen cumplimiento que de sus tareas ha desarrollado.

Integración familiar

Implantar un horario de trabajo formal en la práctica ayuda a que las personas organicen su día a día correctamente y sepan qué cosas pueden hacer y cuales no fuera del centro de trabajo. De esta manera, se favorece la integración del trabajo con la vida familiar, esa asignatura pendiente porque en muchas empresas no se respeta el horario, sobre todo a la hora de fijar la salida.

Por ejemplo, si el horario de salida es compatible con la entrega o recogida de los niños en la parada del autobús y se cumple, un trabajador podrá hacer personalmente esa recogida y no dependerá de una tercera persona para esas tareas familiares. O todo lo contrario, el saber que no es compatible su horario, le permitirá poder contratar a una persona que haga esa labor en su lugar.

Salud

El hecho de no respetar un horario de trabajo suele ser una consecuencia de una mala organización del equipo. No se está repartiendo bien el trabajo, no se cuenta con personal adecuado, no se dispone de formación o medios, no se han establecido formalmente procesos eficaces, son algunas de las causas más habituales de la extensión de la jornada laboral. Una de las peores sensaciones que se pueden tener en la empresa es la de no parar de hacer cosas en todo el día y no ver los resultados, no avanzar.

Esto afecta a la salud de las personas, dado que estirar las jornadas de trabajo lleva a la acumulación de estrés en las personas y a interiorizar hábitos no saludables como, por ejemplo, recurrir a la comida basura a la hora de la comida y a la cafeína para mantenerse despierto. Es una rueda, la pescadilla que se muerde la cola. El exceso de horas de trabajo lleva a los malos hábitos y estos, a la bajada de eficiencia en el puesto de trabajo y todo ello al deterioro de la salud de las personas que están en este ciclo.