Siete consejos prácticos sobre finanzas para autónomos
Las finanzas suelen ser en el peor de los casos un talón de Aquiles para los autónomos, y en el mejor, un quebradero de cabeza.
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En la mayoría de los casos, los autónomos no tienen acceso continuo a profesionales de las finanzas, recurriendo de forma puntual al asesoramiento fiscal, contable y laboral. La razón es que ejercen la actividad en pequeños negocios, en muchos casos sin empleados, y su volumen de ingresos no es suficiente para tener el respaldo mensual de profesionales de las finanzas.
A 31 de marzo de 2018 había inscritas 1.982.283 personas físicas como trabajadores autónomos en los diferentes regímenes por cuenta propia de la Seguridad Social, siendo el RETA el más numeroso de ellos, de los cuales solo un 22,0% de los autónomos tiene asalariados a su cargo.
A diferencia de los países con cultura anglosajona, el asesor financiero en España es una figura prácticamente desconocida y su presencia bastante residual, siendo solo las grandes empresas las que cuentan con directores financieros que se encargan de optimizar y gestionar las finanzas de las firmas para las que trabajan.
En los países anglosajones podemos encontrar de media un asesor financiero por cada 2.500 personas, siendo Estados Unidos la nación que se sitúa a la cabeza en el asesoramiento financiero personal, con una proporción de un asesor por cada 1.300 personas. Mientras, en España, la proporción es de un asesor financiero por cada 293.000 habitantes.
En este contexto, los autónomos delegan este tipo de asesoramiento a las entidades financieras, de manera que, en algunas ocasiones, se podría pensar que se trata de productos financieros más rentables para ellas que para el autónomo.
Si sois autónomos y buscáis consejo sobre vuestras finanzas, lo mejor es recurrir a un profesional. No obstante, si no podéis permitíroslo, anotamos siete consejos que os pueden ayudar con vuestras finanzas.
Cuidado con las pólizas de crédito
Muchos autónomos que sufrieron la crisis las recordarán con terror, ya que, cuando empezó, muchas pólizas de crédito no fueron renovadas por las entidades financieras, en un momento en el que los autónomos no podían devolver las cantidades dispuestas. En este contexto, las entidades financieras aplicaron comisiones sobre los excesos e intereses de demora, que incrementaron las cantidades debidas por los autónomos, al mismo tiempo que ejecutaron las garantías personales que avalaban las deudas en los casos en los que no podían reponer las cantidades dispuestas. Aunque las pólizas de crédito son un buen instrumento financiero a corto plazo, si la situación de la empresa empeora, pueden no ser renovadas, por lo que siempre hay que tener presente este punto.
Avala tus deudas con cautela
Las entidades financieras suelen exigir avales sobre los préstamos, máxime en el caso de los autónomos. En este sentido al avalar las deudas, los autónomos tienen que tener claro que, si no pueden pagar, las entidades financieras pueden ejecutar los avales que garantizan dichas deudas.
Constituye una Sociedad para limitar la responsabilidad
Si el negocio crece y las necesidades financieras lo hacen a la par, si no se ha constituido una sociedad al inicio de la actividad del autónomo, es el momento de constituir una Sociedad de Responsabilidad Limitada, que limite la responsabilidad de los socios al capital aportado. Pero, cuidado, siempre teniendo en cuenta que, si se avalan las deudas, el patrimonio personal queda en garantía de su pago.
Separa la caja de la actividad profesional de la personal
En muchos casos, el dinero se mezcla y el autónomo pone dinero personal cuando hace falta para el pago de facturas, préstamos o nóminas de su actividad empresarial o profesional, mientras que por otra parte acude a la caja del negocio para pagar gastos personales.
Esta situación crea cierto descontrol, por lo que es conveniente limitar estos traspasos de dinero. Además, si se gasta el dinero que se cobra como fruto de la actividad en gastos personales, no se tendrá efectivo para pagar los gastos de la actividad, comprometiendo su continuidad.
Justifica los gastos con facturas
En muchos casos, los autónomos no justifican debidamente sus gastos, de manera que no pueden ejercer el derecho a deducirlos, ni deducir el IVA de algunas facturas. En otros casos, aplican estas deducciones sin cumplir los requisitos que deben tener las facturas para poder hacerlo, de manera que, si son inspeccionados por la Agencia Tributaria, tienen que afrontar sanciones, además de no poder deducir el gasto.
Utiliza la tarjeta de crédito con cabeza
Si ya en muchos casos los gastos no se justifican debidamente, los de las tarjetas de crédito no los justificaban debidamente ni los directivos de Caja Madrid. Si bien las tarjetas de los autónomos no tienen esos límites de crédito, la compra familiar no es un gasto deducible del negocio, ni tampoco la comida familiar del domingo.
Vigila tus cuentas
Otra recomendación es que es importante asegurarse de tener saldo para afrontar los pagos, ya que la entidad financiera puede atender pagos en descubierto, pero los números rojos pueden salir caros. Además, en el caso de que se produzcan devoluciones de recibos, tendréis que pagar los gastos de la devolución a los proveedores, mientras que los impagos pueden llevar a aparecer en listas como el ASNEF o el RAI.
Y por último una buen noticia: la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha planteado que los autónomos coticen por sus ingresos reales, algo que puede mejorar las finanzas de los pequeños autónomos. Estaremos atentos.