Finanzas

Todo lo que debes saber sobre las cuentas del pasivo (y algunos ejemplos)

Te explicamos todo lo que debes saber sobre las cuentas del pasivo. ¿Qué diferencia hay entre el pasivo corriente y el no corriente?

Sage

El balance de situación de una empresa está compuesto por el pasivo, el activo y el patrimonio neto. De tal forma que la suma de las cuentas de pasivo y el patrimonio neto tienen que iguales al activo de la empresa.

  • Descubre en este artículo todo lo que debes saber sobre las cuentas del pasivo.
  • Conoce la diferencia entre el pasivo corriente y el no corriente.

El control de las cuentas de pasivo es clave para cualquier empresa. En el pasivo se reflejan sus obligaciones de pago y las posibles contingencias que pueden generar una salida de fondos en el futuro. Por ejemplo, las obligaciones de pago contraídas con proveedores, bancos, administraciones públicas, empleados, provisiones, etc.

En el balance de situación se refleja la estructura económica y financiera de la empresa. De tal forma que además de reflejarse las cuentas de pasivo, se refleja patrimonio neto y el activo, en donde se incluyen los bienes de la empresa y sus derechos de cobro.

Cada una de estas tres partidas del balance se nutre de diferentes cuentas contables que se desarrollan en el Plan General Contable.

Definición de pasivo

Según el Plan General de Contabilidad, en el pasivo se recogerán las obligaciones actuales surgidas como consecuencia de sucesos pasados, para cuya extinción la empresa espera desprenderse de recursos que puedan producir beneficios o rendimientos económicos en el futuro. A estos efectos, se entienden incluidas las provisiones.

También podríamos definir el pasivo, como las cuentas contables en las que se recoge la financiación obtenida por la empresa para financiar su ciclo de explotación y la adquisición de bienes de inversión.

Diferencia entre pasivo corriente y pasivo no corriente

Dentro del pasivo del balance de situación se diferencia entre pasivo corriente y pasivo no corriente.

  • Pasivo corriente. El plazo de las deudas y obligaciones es inferior a un año. Por ejemplo, deudas con proveedores, vencimientos de deudas con entidades financieras dentro del ejercicio, deudas con administraciones públicas, empleados, etc.
  • Pasivo no corriente. El plazo de las deudas es superior al año. Por ejemplo, créditos con entidades financieras o parte de las operaciones de leasing que exceden del año.

La distinción entre el pasivo corriente y el no corriente es clave para el análisis financiero del balance. Ya que un exceso de pasivos corrientes de la empresa puede suponer que la empresa pueda tener problemas de solvencia a corto plazo. Sobre todo, si sus activos corrientes no son suficientes para hacer frente a estas deudas. Esto se suele medir calculando el Fondo de Maniobra.

Desglose de los pasivos no corrientes en el balance de situación

Los pasivos no corrientes se desglosan en el balance de situación, agrupándose las cuentas contables en los siguientes epígrafes:

I. Provisiones a largo plazo.

II. Deudas a largo plazo.

III. Deudas con empresas del grupo y asociadas a largo plazo.

1. Endeudamientos con entidades de crédito.

2. Acreedores por arrendamiento financiero.

3. Otras deudas a largo plazo.

IV. Pasivos por impuesto diferido.

V. Periodificaciones a largo plazo.

VI. Acreedores comerciales no corrientes.

VII. Deuda con características especiales a largo plazo.

Desglose de los pasivos corrientes en el balance de situación

Los pasivos corrientes se desglosan en el balance de situación, agrupándose las cuentas contables en los siguientes epígrafes:

I. Pasivos vinculados con activos no corrientes mantenidos para la venta

II. Provisiones a corto plazo

III. Deudas a corto plazo

1. Deudas con entidades de crédito.

2. Acreedores por arrendamiento financiero.

3. Otras deudas a corto plazo.

IV. Deudas con empresas del grupo y asociadas a corto plazo.

V. Acreedores comerciales y otras cuentas a pagar.

1. Proveedores

2. Otros acreedores.

VI. Periodificaciones a corto plazo.

VII. Deuda con características especiales a corto plazo.

A continuación, aclararemos algunos de estas partidas como las provisiones, las periodificaciones y los pasivos por impuesto diferido.

¿Qué son las provisiones en las cuentas de pasivo?

Las provisiones forman parte tanto del pasivo a corto plazo como a largo plazo. En ellas se refleja la estimación de una pérdida patrimonial previsible y cuantificable, que se puede registrar contablemente en determinados casos. Por ejemplo, si son necesarias para cumplir con una norma legal, un contrato o una obligación implícita o tácita. Se contabilizan contra una cuenta de gasto.

¿Qué son las periodificaciones?

Las periodificaciones son ajustes contables que se realizan para imputar o asignar a cada ejercicio económico los gastos e ingresos que le corresponden, aplicando de esta manera el principio contable de devengo.

En el pasivo del balance se reflejan los ingresos anticipados (485), ya que los gastos anticipados (480) van al activo.

Nos encontramos ante ingresos anticipados cuando computamos un ingreso que no pertenece al ejercicio corriente, sino al siguiente u otros posteriores. Por lo tanto, tenemos que abonar esta cuenta al cierre del ejercicio con cargo a cuentas del grupo 7. Al iniciar el siguiente ejercicio, se cargará con abono a las correspondientes cuentas del grupo 7.

De esta forma contabilizaremos el ingreso en el ejercicio contable al que efectivamente pertenece.

¿Qué son los pasivos por impuesto diferido?

Existen diferencias de criterio entre la normativa contable y la del Impuesto de Sociedades que producen diferencias entre la liquidación de impuestos contable y la fiscal presentada a Hacienda.

Por poner un ejemplo, a la hora de amortizar el inmovilizado, hay determinados criterios de amortización de inmovilizado que son admisibles contablemente pero no para la Administración Tributaria.

Si se da esta situación, tendremos diferencias entre la declaración del Impuesto de Sociedades y el resultado contable. Por lo que tendremos una diferencia que, si es en contra nuestra, contabilizaremos como un pasivo a largo plazo.

En resumen, el control de las cuentas de pasivo es clave para cualquier empresa, ya que en ellas se reflejan sus obligaciones de pago y las provisiones que pueden generar una salida de fondos en el futuro.