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¿Una jornada intensiva de invierno? 9 retos para hacerla posible

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Abordamos cómo tendría que ser una empresa que pretenda extender a todo el año la jornada intensiva de verano.

  • Una jornada intensiva de invierno implica un importante conjunto de retos organizativos
  • La jornada intensiva durante todo el año es uno de los puntos de referencia en materia de conciliación

La jornada intensiva de invierno es una idea que pretende favorecer la productividad y la conciliación entre la vida laboral y la personal y familiar. Se basa en las experiencias que se llevan a cabo durante el verano en un gran número de empresas.

¡Comparte! ¿Te gusta la jornada intensiva de verano? Te explicamos qué retos debería superar tu empresa si quieres extenderla a todo el año.

No obstante, implantar un jornada intensiva en invierno implica superar algunas barreras. Podríamos decir que sería quizá un punto de partida en la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, pero también una meta para señalar retos organizativos, tanto de las empresas como de las familias. Veamos algunos de los más importantes.

Los retos organizativos de una jornada intensiva de invierno no solamente afectan a las empresas. Las familias también habrían de plantearse algunos cambios en la distribución de sus horarios

1) Los horarios escolares y el reto del comienzo temprano

Para muchos padres, el avance sería incompleto si no pueden llevar a sus hijos al colegio por la mañana. Tengamos en cuenta que la jornada intensiva implicaría, normalmente, comenzar bastante antes y eso sería difícilmente compatible con un anticipo semejante en los horarios escolares. En todo caso, sería más sencillo recogerlos a la salida de sus clases.

2) La racionalización de los horarios de viaje de trabajo

Los viajes de trabajo, especialmente si implican pernoctación, pueden romper muchos horarios. Si un centro de trabajo está constantemente recibiendo visitas de profesionales que quieren retornar lo antes posible a su lugar de origen, lo normal es que sus horarios de cierre se prolonguen irremediablemente. No obstante, incluso en esos casos, conviene buscar la manera de atender la visita con el mínimo número de trabajadores prolongando su jornada.

Es importante racionalizar los horarios de los viajes de trabajo para fomentar la conciliación laboral.

3) La gestión de la disponibilidad

Una vez terminada la jornada intensiva, las herramientas digitales han de ser capaces de advertirnos de lo importante que pueda suceder. Sin embargo, de poco serviría finalizar pronto si hay que estar constantemente atendiendo asuntos fuera de jornada. Y, si ese fuese el caso, hay que buscar el modo de que la interrupción de la vida familiar y personal y del momento de descanso sea lo menos problemática posible.

4) La minimización de imprevistos

Los imprevistos pueden llevar fácilmente a trabajar por la tarde. Estudiar todos los escenarios que pueden afectar a una tarea facilita la planificación y, por tanto, la capacidad de respuesta. La mejora en el análisis de los procesos y la previsión de la evolución del entorno hacen más sencilla la jornada intensiva durante todo el año.

¡Comparte! Descubre los retos de planificación que tendrías si quisieras implantar en tu empresa la jornada intensiva durante todo el año.

5) La coordinación con puestos de atención continuada por turnos

Aunque muchos puedan tener una jornada intensiva, otros la tendrán por turnos que pueden sucederse, incluso, a lo largo de las 24 horas. Es indispensable que aquellos aspectos en los que han de trabajar conjuntamente queden bien coordinados.

6) La reducción de tareas repetitivas

La automatización que afecta a este tipo de labores permite que el trabajador gane tiempo. Se centrará en aquellos aspectos en los que más aporte y los procesos fluirán con mayor rapidez. De este modo, es mucho más sencillo introducir todas las tareas del día dentro del horario.

7) Estudiar las holguras necesarias para la jornada intensiva de invierno

Muchos procesos reclaman trabajar con holgura para reducir riesgos. Algunas tareas pueden resolverse durante el mediodía, lo que facilita que otras continúen por la tarde. Trabajar con holgura aporta seguridad. Introducir una jornada intensiva todo el año implica que hay que buscar horarios en los que ciertas tareas de un determinado proceso tengan una probabilidad elevadísima de estar terminadas.

8) El reto de los horarios internacionales

La internacionalización implica que cada día más empresas se relacionen con otras de cualquier otra parte del mundo. Los diferentes horarios pueden complicar el seguimiento de las actividades. Hay que valorar qué momentos del día son los indicados para comunicarse con otros países, recabar información y analizar en tiempo real lo que allí está sucediendo.

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En las multinacionales es fundamental tener en cuenta los diferentes horarios de trabajo a la hora de comunicarse entre los equipos de trabajo.

9) El reto de la depuración de errores repetidos

Muchos piensan que, si se trabaja en horario continuado, no se llegará a cumplir lo planificado. Entienden que lo habitual es que a tal o cual hora un cuello de botella más que conocido descabalgue las previsiones. Por tanto, es necesario analizar cómo resolver los errores repetidos que hacen prolongar innecesariamente las jornadas.

La jornada laboral del futuro puede que sea distinta a la actual. Son muchos los intentos que se están realizando para cuadrar intereses diversos. En ese contexto, la jornada intensiva durante un año completo es una de las referencias más importantes, pero llegar a esa meta exige un importante perfeccionamiento organizativo.