Personas y Liderazgo

Cinco trucos para ser el comercial perfecto

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Los profesionales que se dedican a vender consiguen sus objetivos de diferentes maneras. Hay métodos que ayudan a que no se escape una venta, aunque no hay nada como conocer bien el producto y también a los clientes para convencer. Algunas personas son auténticos virtuosos de las técnicas para lograrlo, es lo que se conoce como el comercial perfecto, aquel que todo empresario querría tener en su equipo de ventas.

El comercial perfecto que todas las empresas quieren pero sólo unas pocas tienen

No todas las empresas cuentan en su plantilla con algún comercial perfecto. Es una figura que cuando te topas con ella piensas que ha nacido para vender, aunque en realidad es alguien que seguramente habrá trabajado para hacerse a sí mismo, identificando los puntos clave que se necesitan para generar ventas.

El comercial perfecto suele caracterizarse por su dominio del producto. Lo conoce a la perfección y se interesa por saber más que nadie para poder contarle a cada cliente las ventajas que mejor se adaptan a su perfil. Además, el comercial perfecto está abierto a lo que le cuentan los clientes sobre su producto, para poder captar nuevas enseñanzas y aplicarlo en el desarrollo del mismo o en otros clientes.

Esta conversación bidireccional es otra de las claves que facilitan el éxito del comercial perfecto, al generar relaciones de confianza duraderas con los clientes. En lugar de plantear «el qué», el comercial perfecto prefiere centrarse en «el porqué», para mostrar las ventajas de su producto a los clientes y así convencerles de que su oferta es la mejor alternativa. Sin juegos extraños ni engaños, sino con argumentos de verdad.

Toda esta relación que establece el comercial perfecto con sus clientes es posible gracias a la naturalidad con la que trabaja. Se adapta a cualquier cliente, sea quien sea: empresa grande, mediana o pequeña; director general, comprador o técnico; en cualquier lugar del mapa. El comercial perfecto siempre está preparado para atender las cuestiones que se le plantean y para enseñarle las ventajas de su producto a cualquiera.

El comercial perfecto, además, trabaja sin prisas, siguiendo el ritmo adecuado a cada caso. Si hay que correr porque el cliente tiene una necesidad urgente, se corre, pero si no hace falta, el comercial perfecto trabaja marcando un ritmo de menos a más, que le permita ganarse poco a poco la confianza del cliente y generar una relación duradera. Primero las pequeñas victorias, para luego ganar con el cliente la guerra de vender.

Si quieres conocer las claves para mejorar tu labor de ventas y acercarte al perfil del comercial perfecto, en el siguiente vídeo puedes ver un repaso a varias técnicas que te ayudarán a ser más efectivo en una venta cara a cara.