Se trata de una herramienta de negociación que permite cuantificar la rentabilidad o beneficio obtenido por el banco en relación con la empresa. Esta herramienta sirve para comparar el margen que obtiene cada una de las entidades financieras con las que trabaja una empresa y ayuda a mantener bajo control los costes financieros y servicios bancarios.
Se mide en términos relativos. La rentabilidad bancaria se debe calcular a partir de la división de dos conceptos: interbancario.
Teniendo en cuenta todo ello, podemos calcular un ratio que nos da el índice de rentabilidad de cada entidad financiera. Este ratio permite comparar las condiciones de las entidades financieras y así negociar de una manera más objetivo y equilibrar las rentabilidades obtenidas por las distintas entidades con nosotros. Si son muy diferentes, la entidad con menor rentabilidad nos subirá la oferta de las próximas operaciones. Es por esto que debemos equilibrar los tipos, comisiones y compensaciones en función del peso que tiene el crédito de cada entidad financiera en el global de las entidades con las que trabajamos. Es muy útil para medir la gestión bancaria y financiera.
La mejor manera de calcular este ratio es por medio de la utilización de un software de gestión de tesorería.
