Se entiende por tráfico orgánico aquellas visitas que se producen en una página web de manera gratuita.
En el mundo on-line, el tráfico es uno de los principales objetivos, puesto que a mayor número de visitas, mayor probabilidad de generar una venta.
Este tráfico puede lograrse por diferentes vías. Por ejemplo, a través de los motores de búsqueda (para lo que se aplican criterios SEO), de redes sociales, mediante anuncios… Las visitas que se consiguen desde los buscadores sin haber pagado por ello es lo que se conoce como tráfico orgánico. Cuanto mejor sea el contenido, más probabilidades de conseguir un buen tráfico orgánico, puesto que se suele aparecer en los primeros resultados de las búsquedas (lo que, a su vez, conlleva más tráfico) y que seamos reconocidos como una fuente fiable, lo que también conllevará mayor probabilidad de visitas.
El tráfico orgánico se contrapone y complementa al tráfico pagado: aquel que acude a nuestra web por enlaces patrocinados y anuncios en los buscadores (aplicando técnicas SEM). Aunque se suele diferenciar uno y otro por ser gratuito o de pago, lo cierto es que, en definitiva, los dos cuestan dinero y tiempo, puesto que para conseguir un buen resultado en el tráfico orgánico hay que invertir mucho tiempo y personal en SEO (optimización de urls, eliminación de errores en el sitio web, posicionamiento de palabras clave y linkbuilding…).
Básicamente, pues, el tráfico orgánico suele requerir más tiempo y ser a más largo plazo, mientras que el tráfico pagado suele ser más inmediato y a corto plazo (siempre y cuando tengamos una buena estrategia SEM). Los dos, por tanto, son complementarios y son herramientas útiles y válidas, aunque su idoneidad dependerá más del objetivo concreto que vayamos buscando en cada caso.
