Tecnología e Innovación

«¿Dónde nacerá el próximo Google?», la especialista en nuevas tecnologías Elena Arrieta apunta cinco sectores

Sage

En el negocio de los buscadores, Google es el rey. En lo que respecta a las redes sociales y al modo en que las empresas se relacionan con sus clientes, Facebook ha roto todos los esquemas. Twitter ha creado el ‘periodismo ciudadano’ y está acelerando la transformación digital de los grandes medios de comunicación. Y Amazon se ha convertido en un gigante imbatible en lo que se refiere al comercio electrónico.

Cada año se crean en el mundo miles de start-ups, de las que apenas una docena consigue convertirse en una gran compañía global, y apenas una o dos logran marcar la diferencia (o como dicen los académicos, «cambiar paradigmas»). La mayoría, y no por casualidad, se ubican en el célebre Silicon Valley, probablemente la región que concentra mayor cantidad de talento por metro cuadrado del mundo.

La pregunta del millón es: ¿cuál será el próximo Google? ¿Será Uber, Pinterest, Snapchat, Palantir, Flipkart o quizá Matternet, la compañía de drones fundada por Andreas Raptopoulos? No, no nos referimos a aquellas pocas empresas que superarán los 1.000 millones de dólares de valoración. Hablamos de compañías que cambiarán por completo nuestras vidas en los próximos siete años, igual que en los últimos siete lo han hecho Google, Facebook o WhatsApp. Hablamos de empresas que pronto valdrán cientos de millones de dólares.

Cinco son los sectores donde aún no existe esa start-up definitiva que lo cambiará todo:

1. Tecnologías de la salud

En 2030, un 20% de la población de los países desarrollados será mayor de 65 años. El cambio que está por llegar es grande, muy grande. En general, todo el sistema sanitario está abocado a un cambio, desde la sanidad curativa y masiva actual a una más preventiva y personalizada.

En la prevención, jugarán un papel relevante las tecnologías de vestir o wearable technologies, que por ahora se están usando fundamentalmente para el fitness y el bienestar personal. Start-ups como Personasque proponen ir un paso más allá y emplear apps móviles y gadgets para hacer seguimientos de los tratamientos.

La ciencia está dando pasos de gigante. GenePlanet, por ejemplo, es una compañía que realiza análisis genéticos y que a partir de una pequeña muestra de saliva te dice qué enfermedades serás propenso a desarrollar. La información es poder; en este caso, el poder de adecuar tus hábitos para prevenir una enfermedad en el futuro.

Una segunda gran vertiente tiene que ver con la medicina regenerativa. ¿Habéis oído hablar de la impresión 3D? Organovo es una compañía norteamericana que ya ha sido capaz de imprimir tejido humano, con fines de investigación. Para el año que viene, se cree que serán capaces de crear artificialmente un hígado humano, y poco después un corazón y un pulmón.

Estamos, como diría el fundador de PayPal, Peter Thiel, ante el despegue del «negocio de la inmortalidad».

2. Transporte

A los seguidores de ‘Blade Runner’ les gustará saber que los coches voladores ya existen, aunque no se comercialicen. Antes llegarán los coches autónomos, en los que ya están trabajando no sólo fabricantes tradicionales como BMW y Volvo, sino también Google o Tesla.

Tesla merece una especial atención. Su fundador, Elon Musk, está aplicando al mundo del automóvil métricas y conceptos de las puntocom. El mismo Musk ha fundado también SpaceX, que competirá con Virgin Galactic por alzarse como el líder de los viajes espaciales; o Hyperloop, un tren magnético que podría alcanzar los 1.000 kilómetros por hora, revolucionando el transporte urbano o la mensajería.

3. Educación

En un entorno en el que los conocimientos quedan rápidamente obsoletos, la única solución posible es la formación continua. Coursera es la mayor plataforma de los llamados Moocs (cursos online gratuitos), pero no es aún un gigante y no parece que entre sus planes inmediatos esté incorporar otras modalidades de formación y convertirse así en el gran marketplace global de la educación.

4. Energía solar

África tiene más de mil millones de habitantes, de los que 584 millones viven sin acceso a electricidad, según cifras de Naciones Unidas. Y no tienen electricidad, a pesar de que sí tienen sol, tienen residuos orgánicos y, en muchas zonas, también tienen viento.

La buena noticia es que el coste por vatio cae un 20% cada vez que se duplica la capacidad solar mundial (según el llamado ‘efecto Swanson’, en honor al creador de la empresa de paneles solares SunPower). A este ritmo, en 2018 será más barato generar electricidad con paneles solares que comprarla a las eléctricas. Además de que el precio bajará, la alta penetración de móviles en países emergentes hace posible que las familias más pobres paguen su luz a través de su teléfono.

Off Grid Electric es una start-up que propone sustituir las peligrosas y contaminantes lámparas de queroseno por unas solares. Si una familia de Tanzania gasta, de media, 4 dólares a la semana en queroseno, Off Grid le proporciona una alternativa limpia por 3,8 dólares y, además, con la comodidad de poder pagarlo desde el móvil.

Por otro lado, en un futuro no tan lejano nacerá la Enernet, la ‘Internet de la energía’, que permitirá distribuir la energía solar generada en los grandes desiertos a cualquier parte del mundo.

5. ‘Empowerment’ ciudadano (economía colaborativa)

La historia de David contra Goliat está hoy más vigente que nunca. Nunca antes el ciudadano/cliente había tenido tanto poder. Tendencias como la economía colaborativa (abanderada por BlaBlaCar, Uber, Airbnb o Wallapop), el activismo social (Change.org) y, antes incluso, las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter) tienen mucho que ver con este empoderamiento de las personas.

El mundo de las redes sociales tiene ya sus grandes players, pero en entornos más novedosos, como el carsharing, los productos de segunda mano y los alquileres vacacionales, queda espacio para la llegada de un gran gigante global.

Lo cierto es que David tenía más posibilidades de vencer a Goliat de lo que creía. Es evidente que no era tan fuerte, pero era más ágil y más inteligente. Hoy, el acceso a las herramientas necesarias (nuevas tecnologías) está al alcance de cualquier persona, indistintamente de su estatus o su país de origen. El talento es el único valor diferencial.

¿Te atreves a ser tú quien marque la diferencia?