Finanzas

SEPA (Zona Única de Pagos en Euros) afectará a productos, infraestructuras y legalidad

Tal y como comentamos en un post anterior el 60% de las empresas no han comenzado los trabajos de implantación de SEPA (Zona Única de Pagos en Euros) y por ello Sage España está organizando una serie de Jornadas informativas destinadas a informar sobre las implicaciones que tiene el proceso. En ellas, hemos contado con la participación de José Buey, Head of GTB Product Management EMEA en Deutsche Bank.

Según sus propias palabras, ya es hora de pasar a la acción y aprovechar esta oportunidad para innovar y mejorar nuestros sistemas empresariales. SEPA ha dejado de ser un proceso bancario para ser un proceso regulatorio que tendremos que empezar a utilizar en febrero de 2014 y por ello hay que focalizarse en los aspectos normativos. Tenemos que tener claro que SEPA incluye tres aspectos, siempre hablando de las transacciones en euros: los productos, las infraestructuras y el marco legal.
A partir de febrero de 2014 las transacciones tendrán nuevos elementos: IBAN y BIC en lugar del número de cuenta y código del banco nacional, un único número por mandato o la fecha del mandato. Para los mandatos nuevos se utilizará la fecha actual pero para los mandatos ya existentes se utilizará una fecha ficticia. También se deberá marcar si es un B2B o SDD Core. La gran ventaja del B2B Direct Debit, es que a pesar de que sólo se podrá utilizar entre empresas, reducirá el riesgo ya que reducirá el periodo de cobro a dos días.

Teniendo en cuenta toda la normativa, las grandes empresas deberán plantearse el proyecto de manera global involucrando a toda la compañía, no sólo a las áreas relacionadas con los pagos y la contabilidad. La compañía deberá analizar el tamaño del ámbito de aplicación del proyecto para identificar a los departamentos afectados, los ERPS utilizados y la contabilidad. Además, se deberá determinar con qué países se realizan transacciones y pagos, así como los métodos de pago utilizados y el volumen de las transacciones.

La migración de SEPA no afectará por igual a todas las empresas. Las multinacionales deberán plantearse proyectos estratégicos de varios años de duración para desarrollar complejas estructuras que les permita la centralización y una mejora de su eficiencia. Por su parte, las empresas con actividad limitadas en Europa necesitarán soluciones individuales para problemáticas concretas que les ayuden a reducir costes y que les proporcione una ventaja competitiva. Por otro lado, las empresas locales tendrán que abordar proyectos con una única finalidad regulatoria y tendrán que esperar a implementación paso a paso de los módulos desarrollados de manera estándar por proveedores o entidades bancarias.

La adaptación de SEPA conllevará una serie de beneficios estratégicos. Entre ellos podemos destacar unos incentivos más fuertes para el pago, un mejor control y gestión de riesgos debido a la estandarización de los formatos, la optimización de los procesos internos y la mejorar de la visibilidad y el acceso al dinero en efectivo. Por otro lado también se facilita el acceso y crecimiento de los nuevos mercados y se reducen las comisiones bancarias en toda Europa. La racionalización, estandarización y centralización hará que los clientes en Europa sólo necesiten una cuenta para realizar los pagos y las transacciones.