Estrategia y Gestión

Cómo aplicar la oferta y demanda agregada a tu empresa

Teletrabajo_Sage

En este post te explicamos en qué consiste la oferta y demanda agregada, imprescindibles para comprender mejor el entorno empresarial en el que se mueve tu compañía.

  • La demanda y oferta agregadas representan parte del ‘campo de juego’ empresarial.
  • Las repercusiones de las políticas económicas sobre la oferta y la demanda agregadas no son siempre las previstas o deseadas.

La oferta y la demanda agregadas son construcciones teóricas de interés empresarial práctico. En el fondo, una empresa no es una burbuja y cualquier gestor está interesado en conocer cómo evoluciona la economía.

En ese sentido, demanda y oferta agregada muestran dos imágenes de lo que pasa fuera de la empresa, pero también de lo que puede suceder. No obstante, este tipo de análisis debe ser examinado con una cierta perspectiva crítica. No todo es tan mecánico como parece y las mayores enseñanzas empresariales suelen surgir de la duda. Hay que anticipar posibles escenarios y valorar posibles reacciones ante cada uno de ellos.

¡Comparte! Y aprende a extraer lecciones empresariales del análisis de la oferta y demanda agregada.

Qué son la oferta y la demanda agregada

Son construcciones teóricas de los macroeconomistas que nos ayudan a comprender mejor el funcionamiento de la economía. En general, podemos decir que, detrás de ellas, hay dos curvas cuya forma y movimientos dependen de los supuestos que asumamos:

  • Una curva de demanda, que muestre combinaciones de precios y niveles de producción en los que hay equilibrio en los mercados de bienes y dinero y en la balanza de pagos.
  • Una curva de oferta íntimamente ligada a las circunstancias de los mercados de trabajo.

La demanda y oferta agregadas se representan a través de curvas de forma, posición y movimientos diversos.

Por otro lado, para las empresas, es muy importante comprender el entorno. Hay perturbaciones que pueden mover los equilibrios económicos. Por ejemplo, un incremento del coste de la energía puede contraer la oferta para cualquier nivel de precios. También pueden existir shocks positivos, como un avance técnico que permita elevar la productividad y la oferta.

Además, algunos macroeconomistas consideran que la oferta o la demanda pueden verse afectadas por factores cíclicos. Esto quiere decir que la influencia pasa por sucesivas etapas que se repiten cada cierto período de tiempo.

Por otro lado, existe una variedad de iniciativas de política económica que pretenden influir en la oferta o la demanda agregada. No siempre tienen los efectos deseados. No todo es tan sencillo como aprobar una medida en uno u otro sentido y que la economía funcione mejor. Sin embargo, más allá de eso, suele ser habitual que estas políticas tengan impactos empresariales que hay que seguir.

Sage

Acercarse las repercusiones empresariales de la política económica en la demanda y oferta agregadas exige cierto espíritu crítico y capacidad para anticipar escenarios diversos

Las políticas de demanda agregada

Existen dos tipos de políticas de demanda agregada, en función de sus objetivos:

  • Expansivas, cuando pretenden impulsar la producción. Luchan contra el hecho de que haya recursos no utilizados, como trabajadores o recursos materiales desempleados.
  • Contractivas, orientadas, fundamentalmente, a la lucha contra la inflación.

En función de sus instrumentos, podemos distinguir tres grandes tipos de políticas: la fiscal, la monetaria y la cambiaria. Veamos cómo se comportan.

Política fiscal

La política fiscal expansiva suele consistir en aumentos del gasto público, reducciones de impuestos o ambas iniciativas a la vez. Por lo tanto, tiende a comportar déficit público y crecimiento de la deuda pública.

Estas políticas suelen resultar particularmente útiles en situaciones de deflación y de falta de confianza en el consumo. Hay más gasto público y también mayor renta disponible para las rentas más bajas. Como estas tienen una menor capacidad para ahorrar, que llegue más dinero a sus manos facilita el impulso de la demanda agregada.

No obstante, no siempre es fácil impulsar la demanda agregada por esta vía. Especialmente, lo es cuando las familias comienzan a tener miedo sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas. En ese caso, quizá acaben siendo muy cautelosos en su consumo y decidan ahorrar más.

En muchas circunstancias, esta política puede desplazar el ahorro desde la inversión privada hacia la pública. Puede haber menores disponibilidades para la financiación empresarial y esta puede ser más cara. En todo caso, suele ser una gran oportunidad para las empresas que participan de contratos públicos o sus proveedores.

Por su parte, las políticas fiscales contractivas suelen buscar contener la inflación. Además, suelen buscar una repercusión en la oferta a través de una mayor eficiencia en el gasto público.

No obstante, al igual que en las políticas fiscales expansivas, sus objetivos no siempre son fáciles de cumplir. La reducción de la demanda agregada no siempre se hace efectiva.

Política monetaria

La política monetaria expansiva actúa sobre diversos mecanismos en los mercados de activos de gran liquidez. En última instancia, busca reducir los tipos de interés. Con ello, se piensa en la posibilidad de incrementar uno de los componentes esenciales de la demanda agregada: la inversión privada.

No obstante, eso no es una labor sencilla. En el conjunto de la economía hay millones de tipos de interés, tantos como operaciones financieras. Principalmente, los bancos centrales tienen una capacidad superior para influir en los tipos de las operaciones a corto plazo. En las de largo plazo, es algo más complicado.

Los bancos centrales juegan un papel central en la política monetaria

Por otro lado, para que la política monetaria pueda ejercer un impulso real sobre la demanda agregada, es necesario que haya proyectos. Por bajos que sean los tipos de interés, solo se incrementará la inversión empresarial si esta es viable.

La política monetaria restrictiva suele ser una herramienta contra la inflación. Para ello, tiene que ser capaz de reducir la demanda agregada, en especial la inversión privada y los bienes de consumo duradero.

Política cambiaria

La política cambiaria puede utilizarse con diferentes finalidades. Cuando se pretende expandir la demanda agregada, suele implicar medidas para devaluar o depreciar la moneda. Con ello, se pretende que el valor de las exportaciones se incremente más que el de las importaciones.

Sin embargo, hay problemas para llevar adelante esta política, tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, muchas operaciones de comercio internacional tienen fijados sus precios. Que nuestra moneda valga menos encarece las compras y abarata las ventas en moneda extranjera.

A largo plazo, es esperable que los efectos de la depreciación o devaluación se hagan notar sobre los precios. De este modo, puede desaparecer la teórica ventaja para la competitividad internacional.

En todo caso, las empresas deben seguir con interés la política cambiaria, sobre todo por su influencia en operaciones de internacionalización. Por ello, suele ser necesario implementar medidas para la cobertura del riesgo de tipo de cambio en la inversión, la financiación y las operaciones comerciales.

Las políticas de oferta agregada

Las políticas de oferta miran más al largo plazo. Ya no se trata de impulsar la demanda, sino el crecimiento potencial de la economía. En definitiva, se busca impulsar reformas estructurales.

La lista de objetivos que se pueden perseguir puede ser amplísima:

  • Más sostenibilidad financiera, social y ambiental.
  • Mejoras en salud y formación del capital humano.
  • Infraestructuras mejor adaptadas a la realidad empresarial.
  • Un sector público más eficiente.
  • Fomento de la innovación y la creatividad.
  • Un ecosistema empresarial más rico y diverso.
  • Mayor eficiencia energética.

Estos y otros muchos factores podrían impulsar la oferta a través de aumentos de la productividad y la eficiencia y reducciones de costes. Sin embargo, es obvio que no son tareas sencillas.

En general, para que estas políticas de oferta funcionen, tienen que estar muy bien planificadas. Los instrumentos no están predefinidos y los enfoques pueden ser diversos. En todo caso, es muy importante que los incentivos sean los correctos, ya que los agentes económicos reaccionan al nuevo marco.

En todo caso, suelen ser medidas con amplia repercusión empresarial. Actúan sobre elementos importantes del entorno y las expectativas generadas deben tener un acomodo en la estrategia del negocio. En especial, hay que prestar mucha atención a las respuestas de otras empresas a las políticas de oferta.

En resumen, la oferta y la demanda agregada son representaciones teóricas de algunos aspectos centrales del entorno empresarial. Los factores que influyen en ellas son muy variados. Comprenderlos facilita una planificación empresarial más ajustada a la realidad económica del momento.