Estrategia y Gestión

Así es como las empresas pueden aprovecharse de la fiebre del bitcoin

SAGE

Se oye hablar mucho estos días de las criptomonedas. Más allá de tener un enfoque puramente especulativo, como inversión, lo cierto es que el bitcoin en la empresa puede ser una herramienta financiera muy interesante para agilizar determinadas transacciones. De hecho, la tecnología que hay detrás del bitcoin, denominada cadena de bloques o blockchain, está permitiendo que grandes entidades financieras (pero no solo ellas) estén explorando cómo pueden aprovechar estas nuevas monedas.

En todo caso, antes de decidirnos a utilizar bitcoins o cualquier otra criptomoneda, lo ideal es buscar un buen asesoramiento financiero. Tiene muchas ventajas que nos puedan ayudar, especialmente si nuestra empresa trabaja en sectores como el comercio electrónico o exporta en diferentes países, pero también puede suponer un riesgo financiero a tener en cuenta.

Agilidad en las transacciones con el uso del bitcoin en la empresa

Cuando una empresa trabaja en diferentes mercados y opera en varios países, uno de los inconvenientes que necesita solucionar es cómo mover el dinero de un lugar a otro de forma rápida. Las transferencias financieras tardan. No podemos mover el dinero de un país a otro de forma inmediata, hay que esperar dos días o más para que el dinero esté disponible en el país de destino. Y esto no ocurre con el bitcoin, que es una moneda global y está disponible de forma inmediata.

Por eso, las empresas que más partido pueden sacar a esta u otras criptomonedas son aquellas que exportan o importan productos y que necesitan utilizar sus recursos financieros en diferentes continentes. Pero también aquellas que tienen en Internet su modelo de negocio, ya que los pagos a través de bitcoin tienen un componente muy importante de seguridad.

Mientras que en un banco alguien puede realizar un pago y luego revocarlo o decir que él no lo ha hecho, con el bitcoin no se tiene ese problema. Además, no se puede emitir un pago si en su cuenta no existen bitcoins suficientes. Las empresas tienen la garantía de que van a cobrar los pagos que les realicen con las criptomonedas.

Además, se reducen los errores en las transacciones. Esto hace que no haya que estar preparados ante cualquier eventualidad, que no llegue el dinero o tengamos que repetir la operación porque no ha pasado. Con las criptomonedas, todas las transacciones quedan registradas y su red descentralizada está preparada para mantener una estructura estable que no depende de cuatro o cinco nodos importantes.

Menores costes por comisiones

Para los directores financieros de las empresas, los costes de realizar una operación son muy importantes. Mover el dinero de un país a otro, convertirlo de una moneda a otra puede acarrear una comisión o unos costes financieros importantes. Con el bitcoin y las criptomonedas, el coste es cero.

Esto hace que muchas empresas se planteen trabajar con este tipo de moneda global, que se puede mover con libertad de un país a otro, que se puede utilizar en cualquier lugar, que cada vez es admitida para realizar pagos en más sitios y facilita el crecimiento internacional de la empresa.

Captar nuevos clientes

Pero también puede ayudar a captar a nuevos clientes. Estamos viviendo una fiebre del bitcoin, como demuestra el seguimiento que los medios de comunicación hacen de él o que más de una conversación durante las pasadas comidas navideñas haya girado en torno a sus posibilidades. Es un hecho que cada vez son más los que compran criptomonedas y que nuestra empresa acepte pagos en bitcoins puede ser una forma de ganar nuevos clientes.

También de adelantarse a la competencia o asociar la imagen de nuestra empresa a una tecnología, una imagen de innovación que hoy en día puede ser una buena solución para captar clientes o lograr ofrecer mejores precios, al ser más competitivos.

Volatilidad, el riesgo de la criptomoneda

Pero el uso del bitcoin en la empresa también tiene sus riesgos. La volatilidad de la moneda, con subidas muy importantes pero también caídas vertiginosas, puede suponer un problema. Lo cierto es que el bitcoin se ha revalorizado un 1.400% en un año y que la sombra de la burbuja hace tiempo que planea sobre las criptomonedas.

Esto hace que, en muchos casos, los ahorros de costes, la agilidad o la seguridad pasen a segundo plano; especialmente para las empresas que no quieren arriesgar parte de su capital. Además, mientras que en una transacción de cambio tradicional se pueden contratar seguros de cobertura de cambio, con la criptomoneda, su volatilidad supone un freno para este tipo de seguros.

Por último, hay que destacar que las operaciones con bitcoin son transacciones anónimas. Esto para muchas empresas es una ventaja, ya que no se revela la identidad de los intervinientes en una transacción. De hecho, los bancos centrales no regulan el bitcoin, lo que puede suponer un riesgo para muchas empresas.

Ahora toca decidir a cada una si opera con estas monedas y qué parte de sus recursos financieros destina a ello. Una inversión en el momento adecuado puede resultar muy acertada. Sin embargo, si se necesita a corto plazo el dinero, se pueden producir pérdidas por la volatilidad de su valor.