Las siglas REDEME corresponden a un régimen excepcional en el que el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) se devuelve mensualmente en vez de anualmente, como ocurre en el régimen general de este impuesto.
Es una situación que afecta a las empresas que tienen un gran volumen de operaciones, pero, en España, las pymes pueden acogerse de manera voluntaria.
Bajo este régimen, el IVA se paga de modo mensual, pero siguiendo los mismos pasos que en la declaración trimestral. En el caso de que la diferencia entre el IVA soportado y el repercutido sea positiva, se ha de pedir la devolución al finalizar cada periodo de liquidación. Para ello, los contribuyentes tendrán que presentar sus autoliquidaciones por vía telemática (modelo 303) y una declaración informativa con el modelo 340, cuyo contenido ha de ser volcado en los libros de registro del IVA. Y, todo ello, de modo mensual.
La principal ventaja de la devolución mensual del IVA es que las empresas no tienen que esperar a que acabe el año para solicitar la devolución que les corresponde. Así, pueden reducir el coste financiero derivado de la misma y pueden incorporar a sus inversiones ese dinero devuelto.
