El trabajo: ilusión o desgaste permanente
«Es difícil vivir sin dinero, y más aún sin salud, pero es imposible vivir sin ilusiones» En general nuestros ánimos decaen cuando no vislumbramos estímulos, actividades o proyectos que nos motiven. Este hecho resulta especialmente preocupante si la falta de ilusión se da en una actividad que hacemos todos los días y que ocupa gran […]
«Es difícil vivir sin dinero, y más aún sin salud, pero es imposible vivir sin ilusiones»En general nuestros ánimos decaen cuando no vislumbramos estímulos, actividades o proyectos que nos motiven. Este hecho resulta especialmente preocupante si la falta de ilusión se da en una actividad que hacemos todos los días y que ocupa gran parte de nuestro tiempo. Con frecuencia veo a personas que lo pasan mal a nivel profesional. El trabajo representa para ellas una carga difícil de soportar. Las situaciones son muy variadas, pero las emociones parecidas. Se sienten cansadas, sin fuerzas, desmotivadas…, a veces incluso engañadas o traicionadas. Son la viva imagen de la pesadumbre y del desánimo. Aunque parezca complicado, y habrá quien piense que con su trabajo actual es imposible, es importante que hagamos un ejercicio de control emocional, para intentar ilusionarnos. Nos pasamos dos tercios de nuestras vidas trabajando. Si cada día dedicamos unas 11 veces más de tiempo al trabajo que a nosotros (66% contra 6%), tarde o temprano este hecho nos pasará factura. Pero si esa es la realidad que vivimos, tenemos otra razón de peso para que ese tiempo que estamos trabajando, que es muchísimo, consigamos que sea un tiempo positivo. Un tiempo en el que nos encontremos bien.
«Si nos pasamos una parte muy importante de nuestras vidas trabajando, ¡procuremos pasarlo bien!»
¡Tenemos derecho a tener vida propia!
Este es un planteamiento muy razonable, que la mayoría compartimos; no obstante, cada vez nos encontramos con más personas que sienten que no manejan su propia vida.«El mayor bien que tenemos es nuestra vida. Nadie puede vivirla por nosotros, pero cada vez hay más personas que se sienten vendidas o compradas; en medio de una vorágine que no dirigen y que les impide tener vida propia».La sensación de que otros te están «robando» tus mejores años es muy demoledora. A menudo nos encontramos en consulta con personas mayores que darían gran parte de sus bienes por poder comprar «juventud», para poder aprovechar de otra forma su vida. Lo viven como una paradoja del destino. Cuando por fin han conseguido ese éxito que tanto buscaban, cuando ya tienen la seguridad que les da el dinero, les falta lo que tienen millones de personas: juventud y años de vida por delante. Y es que llega un momento en el que nos atacan pensamientos del tipo:
- No he tenido tiempo para mí desde hace años.
- No tengo vida propia. Me he dejado la piel en esta empresa y cuando les he pedido algo tan normal como querer estar más tiempo con mi hijo, no me han respondido.
- Esta gente no se merece mi sacrificio. Son inhumanos, te exprimen y luego te dejan tirado.
- Cualquier día me va a dar un ataque al corazón y seré yo quien la palme, y les dará lo mismo…
- Controlar nuestra ansiedad
- Tener un buen equilibrio emocional
- Lograr descansar y disfrutar de un sueño reparador
- Recuperar la alegría y el sentido del humor
- Volver a disfrutar de las cosas pequeñas y de las grandes…
- En definitiva, volver a sentirnos dueños de nuestras emociones y RECUPERAR LA ESPERANZA, empezando por la esperanza en nosotros mismos, en nuestro presente y en nuestro futuro.
Los horarios extensos de trabajo no garantizan aumentos en la productividad, sino que favorecen el cansancio, la desmotivación y el abandono de los mejores profesionalesY para sentirnos bien en el trabajo necesitaremos profundizar en áreas como:
- Nuestra autodisciplina.
- Nuestra organización.
- Nuestra productividad personal.
- Nuestra comunicación con compañeros y jefes.
- Nuestra gestión del tiempo.
- El primer objetivo será recuperarnos física y emocionalmente.
- Aprenderemos a desconectar, a controlar nuestra ansiedad, a cargarnos de energía.
- Nos ilusionaremos con nuevos objetivos, sustituyendo los hábitos que nos impiden alcanzarlos, trabajando nuestra seguridad y nuestras habilidades emocionales…
- Analizaremos las partes que no nos gustan, de nuestra vida actual, y los cambios que vamos a intentar realizar en el trabajo que tenemos en esos momentos.
- Simultáneamente, y de forma proactiva, nos dedicaremos a buscar nuevas alternativas en otras empresas, incluso a veces en otros sectores.
- Finalmente, elegiremos las opciones que más se adapten a nuestros intereses y a nuestros objetivos presentes y futuros.