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Plan de lucha contra el fraude para el 2011: qué inspecciona y qué no inspecciona

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Hacienda publicó hace unos días su Plan de control tributario para el 2011 (PDF), o más conocido como el Plan de Lucha contra el fraude. Este plan, es un plan anual revisable en función de la evolución de la economía y de las tendencias detectadas en la lucha contra el fraude fiscal.

El fraude fiscal es una lacra que nos perjudica fundamentalmente a las empresas que sí cumplimos de manera escrupula con nuestras obligaciones fiscales y laborales y por este motivo, todos debemos aplaudir la lucha contra el fraude. Pero a pesar de ser un plan relativamente completo, se echan en falta una serie de medidas que atajen la economía sumergida y la competencia desleal vía evasión de impuestos.

Qué inspeccionará Hacienda en 2011

Los objetivos principales del plan antifraude pivotan alrededor de la economía sumergida, ocultación de ingresos a Hacienda y control del cumplimiento correcto de las obligaciones tributarias. Además, se pone especial hincapié en los contribuyentes que se encuentran en paro o con fuentes de ingresos no declaradas para comprobar sus volúmenes de gasto.

El afloramiento de economía sumergida se realizará fundamentalmente mediante el control del consumo eléctrico de locales comerciales y naves industriales que aparentemente no tengan declarada actividad económica. Desde este año, Hacienda conoce el consumo eléctrico de todos los contratos existentes y los titulares de dichos consumos.

Este control, conseguirá aflorar también una buena cantidad de alquileres de viviendas no declaradas, pero esa batalla va contra los contribuyentes con propiedades y no contra el segmento empresarial.

El segundo gran punto de control lo tenemos en la información que se obtiene por los cobros y pagos realizados con tarjetas de crédito o débito. Existe un volumen importante de operaciones comerciales que permanecen opacas a Hacienda al usar estos medios de pago.

Imaginemos sectores de comercio electrónico o similares en los que nos encontramos con operaciones económicas realizadas fuera de nuestras fronteras por ejemplo.

En esta línea, la ostentación de riqueza y volumen de deudas contraídas es otro factor importante para determinar si una persona tiene ingresos opacos a Hacienda o no. Si mis ingresos declarados son de 10.000 euros anuales, difícilmente podré pagar préstamos por importe de 40.000 euros al año.

Todas estas acciones se complementan con el trabajo de la inspección de Hacienda a pie de calle. La llamada puerta a puerta a puerta para comprobar cómo se desempeña la actividad y el control efectivo del personal contratado o cumplimiento de los módulos en el caso de actividades que tributen por este sistema.

Qué no contempla este plan de prevención del fraude

A pesar de ser un plan con muy buena pinta, al plan se le echa en falta un control férreo de las actividades de servicios que operan completamente fuera del circuito de Hacienda. Por ejemplo, en todas nuestras ciudades tenemos un verdadero ejército de «profesionales» de todas las actividades económicas que están reventando literalmente el mercado mediante competencia desleal en precios.

Esta competencia desleal es muy fácil de llevar a cabo, cuando nos dedicamos a las chapuzas, a la asesoría en B, al taller de coches en mi garaje, no pago un solo euro de impuestos ni de Seguridad Social y puedo reventar el margen de cualquier empresa que sí opera dentro de la legalidad.

Controlar estas «pseudo empresas» es tan sencillo como controlar sus canales de publicidad y pillarlos a todos in fragantis. Los canales de publicidad habituales son las revistas de difusión local gratuita, el buzoneo, los tablones de anuncios de grandes superficies y por supuesto, el diálogo directo claro y conciso con el resto de contribuyentes y empresas que sí tributan y operan dentro de la legalidad.

La economía sumergida con un importante volumen destruye el tejido económico que sí opera dentro de los cánones establecidos y el círculo vicioso de cierre de empresas, despido de trabajadores y más economía sumergida es realmente peligroso para todos. Ahí hay que poner el dedo, le duela a quién le duela.

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Imagen | Daquella Manera