Estrategia y Gestión

Planes de pensiones de empleo, interesantes para empresas y empleados

diez preguntas asesor

La jubilación es una etapa en la vida de todo trabajador que irremisiblemente llega. Para unos supone una liberación no tener que trabajar más, olvidarse de horarios y jornadas laborales y poder dedicar más tiempo a sí mismo, a su familia y a sus aficiones. Para otros, en cambio, supone un vacío que no saben cómo llenar.

Sea como sea, hay que estar preparados para ese momento, pero sobre todo hay que mentalizarse de que entre la nómina y la pensión habrá una diferencia, que puede ser mucha o poca en función de varios factores, entre ellos los años que se haya contribuido mientras se estaba en activo. Así que contar con algún complemento extra como un plan de previsión de empresa, mejoraría la situación financiera de muchos trabajadores una vez jubilados.

El Pacto de Toledo como garante de las pensiones

El sistema público de pensiones se sustenta gracias a las aportaciones de empresas y trabajadores a la Seguridad Social, y está respaldado por el Pacto de Toledo. Tanto para unas como para otros existe la obligación de contribuir a esa caja común para que el sistema siga funcionando, que se basa en el reparto y no en la capitalización, de manera que aunque exista la creencia de que cotizar garantiza cobrar una pensión en el futuro, nada más lejos de la realidad.

Este Pacto sólo asegura que los pensionistas cobrarán una jubilación mientras exista un equilibrio entre trabajadores en activo y jubilados, pero al ritmo que vamos esa proporción perfecta está dejando de serlo. Como de seguir así las cosas va a ser difícil que las cuentas cuadren, ya se está barajando la posibilidad de aumentar la edad para poder jubilarse hasta los 67 años, e incluso rebajar las percepciones de los pensionistas en torno a un diez por ciento.

Conforme pase el tiempo se escucharán nuevas propuestas intentando encontrar la viabilidad y el equilibrio del sistema, que en un primer momento y sin tener que pensar mucho pasaría por una bajada drástica del paro, lo que supondría un lógico aumento de cotizantes.

Los planes de jubilación individuales y colectivos

Como esto parece de momento difícil, y con vistas a mejorar la situación de jubilación y como forma de complemento a la paga estatal, se crearon hace tiempo figuras que servían a estos fines en forma de planes de pensiones, tanto individuales como colectivos.

Un plan de pensiones individual es un fondo que cualquiera puede contratar a título personal con una gestora especializada, al que se van aportando cuotas periódicas o extraordinarias que puede rescatarse de una sola vez o en forma de paga mensual desde el momento en que llega la jubilación, aunque hay casos excepcionales que permiten rescatar esos fondos antes de tiempo.

La otra fórmula colectiva es la promovida por las empresas a favor de los trabajadores que tienen en su plantilla, denominada plan de previsión de empleo. Es un programa de ahorro a largo plazo que constituye una compañía a favor de sus empleados mediante contribuciones periódicas para que puedan disfrutar de ingresos adicionales que complementen la pensión pública que reciban, y puedan mantener un nivel de ingresos similar al de su vida laboral activa. La empresa puede elegir entre cubrir sólo este concepto o contemplar también el fallecimiento, la incapacidad o la dependencia de sus trabajadores.

Ventajas para las empresas

Existe una amplia gama de programas diseñados para las pymes, independientemente de su tamaño y del número de empleados. Las gestoras de fondos de pensiones siempre disponen de un banco como entidad depositaria que les sirve además de red comercial, por lo que cualquier pyme puede informarse en su entidad bancaria sobre el plan que mejor se adapta a sus necesidades. Estas son algunas de las ventajas para la empresa:

  • Abaratamiento de costes y de trámites, ya que las aportaciones realizadas no están sujetas a cotización a la Seguridad Social ni existe retención a cuenta, de modo que es un beneficio social para el trabajador con un coste mucho menor que los incrementos salariales directos
  • Ventajas fiscales, debido a que lo aportado por la empresa a estos planes es un gasto deducible en la base imponible del Impuesto de Sociedades, mientras que para el empleado el efecto fiscal es nulo
  • Menores gastos y mayor flexibilidad, ya que al ser un sistema colectivo los gastos de gestión son mucho menores que en los planes individuales, y permiten una gran flexibilidad en las aportaciones que se realizan
  • Además, las pymes pueden beneficiarse de las mismas ventajas fiscales y de ahorro de costes que tienen las grandes empresas que cuentan con un plan de pensiones de empleo propio

En definitiva, estos sistemas de previsión social son una herramienta muy útil para aquellas empresas que quieran incentivar a sus empleados con algo más que su salario, buscando también su fidelización, y gozan de unas ventajas más que interesantes. Y para los trabajadores supone poder igualar en la medida de lo posible su nivel de ingresos una vez acabada su vida laboral.

Más información | Plan de pensiones de empleo como proyecto de inversión