Estrategia y Gestión

Siete lecciones que puede aprender un emprendedor de Breaking Bad

Sage

Breaking Bad es una serie que ha logrado captar la atención de millones espectadores en todo el mundo. Sus personajes contradictorios, te llevan al límite y aquí quizás está parte de su éxito. Pero también podemos darle una vuelta de tuerca a la visión de la serie y mirarla desde una perspectiva emprendedora, con todos los matices, por supuesto. Por eso vamos a intentar extraer de ella siete lecciones que puede aprender un emprendedor de Breaking Bad.

A lo mejor es deformación profesional, o que aplicas el prisma empresarial para analizar casi cada cosa en nuestro día a día. De todo ello podemos aprender en algún momento para aplicarlo a nuestro trabajo, a nuestra empresa. Desde un videojuego que nos enseña como somos capaces de estar concentrados durante horas en una tarea a series de televisión tan contradictorias como la que nos ocupa. ¿Pero es Walter White un emprendedor?

Algunos pensarán que Walter es un innovador, que introduce la tecnificación y aplica sus conocimientos en química en un ámbito que no está profesionalizado. Esto le lleva a obtener un producto de una calidad sin competencia en el mercado y a partir de aquí empieza a generar negocio.

Las siete lecciones para emprendedores de Breaking Bad

  • Un buen producto no basta para triunfar. De esto se dan cuenta los protagonistas en la primera temporada. Sin embargo, su éxito a nivel de producción no se refleja en su cuenta de resultados. Después de descontar los gastos, se encuentran frustrados porque no tienen un éxito semejante en su nivel de ingresos netos.
  • Esto les lleva a buscar asociarse con distribuidores, Tuco Salamanca, que les exigen una mayor producción, pero no tienen infraestructura adecuada ni están preparados. Aprenden que tienen que crecer en el momento adecuado, cuando estás preparado para ello. Si no puedes subirte a la ola, lo más probable es que te arrastre, y está a punto de sucederles.
  • La utilidad de un socio y cuando disolver la sociedad. Jesse Pinkman es el socio adecuado para adentrase en el negocio para Walter ya que el no conoce nada de este mundo. Sin embargo, llega un punto en que Pinkman se convierte en un lastre, donde en lugar de sumar a la sociedad, resta. A pesar del cariño y el vínculo emocional de «nosotros empezamos esto juntos», hay que saber poner fin a estas situaciones.
  • Encontrar un partner adecuado. Todos sus problemas de distribución del producto se solucionan cuando encuentran el socio adecuado. Ellos sólo se tienen que preocupar de fabricar su producto, que es su punto fuerte. De la infraestructura y distribución ya se ocupa su socio, Gus Fring, a través de su cadena de comida rápida, «Los pollos hermanos».
  • La fiscalidad y salud financiera de tu negocio es algo de lo que debemos ocuparnos desde el principio. Tras su asociación con Fring, los protagonistas están ganando tanto dinero que necesitan una compleja estructura para poder disponer de él. El abogado Saul Goodman se ocupará de que puedan hacerlo, aunque una parte se pierda por el camino en forma de «impuestos de peaje». Lógicamente un emprendedor tradicional no se va a encontrar en este aprieto, pero si tiene que pensar en optimizar las finanzas de su negocio, en deducirse todo lo que pueda dentro de los márgenes legales y dar la importancia debida a este área, que muchas veces marca la diferencian entre el éxito y el fracaso.
  • Quedarse con todo el mercado también tiene su lado negativo. De esto se dan cuenta tras «romper con su partner». Son los principales fabricantes, pero vuelven a tener problemas para hacer llegar el producto a los consumidores. Se dan cuenta de su error, del valor del partner una vez disuelta la sociedad y que mantenerse como los números uno no es sencillo. Además captan la atención de todos los que quieren acabar con su negocio.
  • Hay que saber cuando dejarlo y dedicarnos a otra cosa que nos motive. Llega un punto de la serie donde realmente ya no saben para qué están trabajando, o qué quieren conseguir. Su negocio ya no les motiva. El negocio es más una obligación, una carga que una ilusión. Hay que saber cuando dejarlo, vender nuestro producto a un tercero e iniciar algo nuevo, diferente que nos motive…

Seguramente que podríamos aprender alguna lección más. No deja de ser una serie de ficción, pero que refleja los vaivenes que un negocio puede sufrir, en su creación, crecimiento y finalización. Todo desde la óptica de Hollywood y teniendo el peculiar negocio de Walter.