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Todo lo que debes saber sobre las cláusulas de confidencialidad

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Las cláusulas de confidencialidad son una condición que se imponen a determinados tipos de contratos, sobre todo para aquellos que firman los mandos superiores e intermedios. Con ellas se garantiza que una vez finalizada la relación profesional no se van a revelar secretos de la empresa. Especialmente si esta persona se marcha a trabajar a una organización que sea competencia.

Esta cláusula tiene que aparecer en el contrato de trabajo. En ocasiones también se puede incluir como un anexo posterior, como podría ser el caso de un ascenso interno dentro de la empresa de un trabajador. Como empleado base no tenía firmado este compromiso, pero al acceder a información sensible en su nuevo puesto tiene que hacerlo.

Igualmente todos los empleados están obligados a mantener el secreto de la información, ya que se entiende como uno de los deberes de buena fe y diligencia que rige la relación laboral entre los empleados y la empresa. La cláusula de confidencialidad en todo caso es una constatación de esta obligación para que conste por escrito.

¿Qué especifica la cláusula de confidencialidad?

Entre las cuestiones que especifica la cláusula están las siguientes:

  • Duración. Se entiende que va ligada a la duración del contrato, pero también se puede extender más allá de la finalización del mismo. En todo caso, el periodo tiene que estar especificado en el documento.
  • Qué tipo de información está incluida. Lógicamente, no toda la información de la empresa será confidencial. Por lo general incluye datos sobre clientes, procedimientos, sistemas de organización, programas informáticos o cualquier otro tipo de información interna que la empresa considere relevante.

Además, la empresa hace responsable al empleado de la custodia de la información con la que trabaja. De esta manera, se compromete a no revelar su contraseña personal, no utilizar la información y documentos de su ordenador para otros fines diferentes a los laborales. Tampoco podrá revelar o difundir su contenido mediante copias o cualquier otro procedimiento, como podría ser un disco duro virtual tipo Dropbox, fuera de su empresa.

Obtener información por este tipo de medios se consideraría robo de la información o fuga de datos y podría dar lugar a sanciones. Esto es algo que los empleados no suelen tomarse muy en serio, donde en muchas empresas todos conocen las contraseñas de todos.

Además, algunas empresas incluyen también en esta cláusula de confidencialidad un párrafo en el que se especifica que el empleado se abstendrá de realizar manifestaciones o comentarios a terceros de naturaleza difamatoria o que pueda desprestigiar o desacreditar a la empresa o a sus empleados, administradores o productos, tanto durante como después de la finalización del contrato. También debería tener un tiempo de finalización, ya que no puede suponer un compromiso de por vida.

¿Qué puede ocurrir si se incumple la cláusula de confidencialidad?

Si la empresa detecta que se ha incumplido la cláusula de confidencialidad mientras la relación laboral permanece vigente, se puede sancionar al trabajador. Se entenderá como falta grave, al ser un incumplimiento del deber de diligencia y buena fe, independientemente de que se haya firmado o no dicha cláusula. Esto puede dar lugar a un despido disciplinario en los casos más graves, sin indemnización.

En el caso de que la revelación de la información se produzca cuando la relación laboral ya ha finalizado, pero no la prórroga posterior a su fin, la empresa podrá iniciar acciones legales. En tal caso se solicitaría una indemnización por daños y perjuicios. Un ejemplo muy sencillo es un cliente que es contactado y tocado por un ex-trabajador de la empresa que ahora trabaja para la competencia.

Para evitar estas cuestiones muchas empresas también incluyen una cláusula de exclusividad y no competencia, que impide al empleado trabajar en firmas del mismo sector que sean competencia durante un periodo de tiempo determinado. A cambio, el trabajador recibirá una compensación económica determinada también especificada en su contrato durante el tiempo que dure su relación laboral. Se entiende como una especie de indemnización por no poder trabajar en determinadas empresas.