Personas y Liderazgo

¿Puede un autónomo cogerse vacaciones (de las de verdad)?

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Los autónomos son dueños de su negocio pero ¿también de su tiempo? El verano es, sin duda, el momento propicio para descansar, tomarse unas vacaciones y desconectar de la rutina y el trabajo. ¿Pueden los autónomos hacer lo mismo?

Ya hemos visto que los autónomos sí pueden disfrutar de vacaciones casi como cualquier otro trabajador. Pero, ¿llegan realmente a desconectar? ¿A despreocuparse por lo que pasa en sus negocios?

O, por el contrario, ¿siguen teniendo que estar pendientes de teléfono y correo electrónico por lo que pueda pasar?

Hablamos con tres autónomos que nos dan su particular visión de las cosas. Y, como en botica, hay de todo: desde los que sí que logran descansar y desconectar a los que recibir una llamada tampoco les incordia las vacaciones.

Vacaciones para mí y ¿mi familia?

Igor Montero regenta desde hace 10 años el Palacio de Esquileo, un negocio del sector de hostelería en el que también se celebran bodas o reuniones de empresa.

Sus vacaciones se adaptan al volumen de trabajo «pudiendo ser una temporada más o menos larga, fines de semana, semanas enteras incluso varias semanas».

Para Igor Montero, este tipo de descanso es suficiente, pero reconoce que no siempre es así para su entorno. «Hay que tener en cuenta que también trabajo fines de semana, por lo que condiciona mucho las relaciones, no solo de pareja y familia, también amigos y tiempo de ocio», expone.

Así mismo, también reconoce que cuando está de vacaciones no desconecta completamente pero, a renglón seguido, añade que «a día de hoy no lo veo un problema. Depende de lo que sea necesario realizar o decidir y lo delegado que tengas distintos aspectos del trabajo. A mayor delegación, mayor desconexión».

Poder hacer esta desconexión «depende del equipo que tengas», lo que permite acostumbrase a este tipo de vacaciones. «Te acostumbras y si delegas no agota», asegura. Además, considera que «hay que aprender a desconectar, descansar, delegar…. por lo que tiene que ver con el estado del negocio pero mucho con la persona«.

Tiempo y equipo humano

María Briones Bravo lleva 14 años como autónoma y está al frente del Hospital Veterinario Moncan. Al estar abierto 24 horas al día, hay que turnar vacaciones de forma ordenada. «Las vacaciones las suelo encajar en el memento en el que menos compañeros disfrutan de las mismas y normalmente de semana en semana o de 10 días aproximadamente», señala.

«Llevo muchos años sin tener vacaciones a la antigua usanza (un mes seguido o más de 15 días), por ahora estoy bien con el tipo de vacaciones que tengo en cuanto a número de días que disfruto», confiesa María Briones.

Esta autónoma también reconoce que al principio no desconectaba. «Estaba pendiente de cómo iba todo, llamaba y me llamaban todos los días. Ahora ya no, no hay llamadas e intento sólo contactar si es indispensable«.

El cambio es, según sus palabras, muy notable. «Anteriormente sí que me agotaba, no descansaba y estaba pendiente del móvil todo el día. Llegaba de vacaciones sin la sensación de querer volver… porque nunca me había ido. Esto ya no me ocurre. Ahora, la vuelta de vacaciones es con las pilas recargadas, puestas y listas para funcionar al 100%», explica.

¿Cómo se logra esa desconexión? En su opinión, entran en juego varias variables. Por un lado, el hecho de que el negocio «lleva en marcha tiempo y esto le da una estabilidad de la que al principio carecía». Además, «el equipo humano que trabaja en el hospital es solvente y completamente capaz de manejar situaciones ordinarias y extraordinarias». Por último, la experiencia previa de no disfrutar las vacaciones al 100% «que te hace consciente de que esa no es la manera correcta ni para ti ni para la propia empresa«, asegura.

Una llamada no molesta

Carlos Roberto es autónomo y bloguero, actividad en la que lleva inmerso siete años. En su caso, sus vacaciones suelen ser los fines de semana y no «vacaciones como tales durante el año», por lo que reconoce que le gustaría poder «desconectar de forma más eficiente«.

«Aunque se anticipe trabajo siempre surge algo, aunque lo ideal es tratar de dejar todo listo y no tener que conectarse para trabajar», explica. Sin embargo, considera que la desconexión «aunque no sea completa es indispensable. Se trata de cargar pilas, de coger también nuevas ideas… Que se lea un correo o se tenga que trabajar una hora o dos durante las vacaciones es lo de menos».

Para ello, si tiene que trabajar intenta hacerlo «cuando la familia descansa, a primera hora de la mañana o de la siesta. De esta manera no interrumpimos las vacaciones por trabajo pendiente», explica.

Estar ilocalizable

Hemos querido preguntar a estos tres autónomos cuáles serían las recomendaciones que harían a otros autónomos para lograr desconectar del todo y que la mente descanse durante las vacaciones.

Tanto Carlos Roberto como María Briones lo tienen claro: ir a un lugar sin cobertura de Internet. Igor Montero, por su parte, apuesta por delegar «creando un equipo en el que confiar».