Cosas que valoran los empleados y que todo empresario debería conocer
Tras varios días de comentarios cruzados en multitud de medios nacionales sobre la última reforma laboral promovida por el Gobierno de España, hoy vamos a darnos un respiro y a dejar que corra un poco el aire. En la entrada de hoy, nos mantenemos en el plano laboral pero para hablar sobre calidad en el puesto de trabajo y fórmulas de compensación a los trabajadores por su desempeño, más allá de los estándares habituales en muchas empresas.
Los empleados de cualquier empresa, grande o pequeña, además de un buen sueldo y otras compensaciones dinerarias o en especie, valoran otras cosas. Ganar dinero es importante, pero hay más factores que les motivan, ya que no sólo por dinero se mueve el ser humano ¿Qué cosas aprecian los empleados y que todo empresario debería conocer?
El compromiso, el desempaño del trabajo con valores y ética, la motivación y el desempeño de alto nivel, no se pueden conseguir con tan solo pagar más a los trabajadores. Es evidente que la remuneración es un factor muy importante pero, como en muchos otros aspectos materiales, por ejemplo, cuando uno se compra una nueva casa más grande, uno se acostumbra y deja de ser «una novedad estimulante».
Hace falta algo más, tal y como comenta Jeff Haden en Inc.com:
1. Libertad y flexibilidad: Está bien estar preparado y esforzarse para «alcanzar la excelencia» (término que suena bastante utópico en ocasiones), pero no es productivo llegar a un extremo exagerado. Es necesario un cierto nivel de autonomía y flexibilidad para lograr la satisfacción y el compromiso real de los trabajadores. Esto también trae consigo otras ventajas, como la innovación, frente a los rígidos procedimientos que algunos promulgan. Siempre que sea posible, está muy bien dejar un cierto margen de libertad para que cada uno trabaje como mejor crea conveniente.
2. Metas por las que luchar: El ser humano necesita metas y objetivos que le permitan medirse e incluso ir superándose a sí mismo o a los demás. Los objetivos llevan a alcanzar las metas propuestas y pueden hacer más amenas las tareas más soporíferas. Sin metas y objetivos, el trabajo será menos enriquecedor y atractivo.
3. Una misión: las personas necesitan formar parte de una misión, es decir, necesitan formar parte del equipo que lucha por lograr una meta de gran alcance. Luchas para ser el mejor en algo, hace que el trabajo diario tenga sentido, en la empresa, igual que en otros ámbitos, como el deportivo. Es importante decirle a los trabajadores la misión que se quiere lograr para el negocio, con los clientes o la comunidad y el entorno. Permitir que los trabajadores propongan y creen nuevas misiones, es una buena idea. El sentimiento de pertenencia comienza por saber a qué perteneces y por qué.
4. Información clara: a la vez que se requiere cierta flexibilidad para trabajar, las personas necesitan información clara para resolver ciertas situaciones especiales que se salen de lo normal. Si se le echa en cara a un empleado el haber actuado mal cuando no tenía la información o formación necesarias para resolver un problema y lo ha hecho de la mejor manera que ha podido, aunque no sea óptimo, algo se está haciendo mal.
No saber lo que un jefe espera de un empleado y que el primero cambie de criterio a cada momento, es una de las cosas más frustrantes que pueden suceder en una empresa. Si cambian los procesos o los criterios para hacer las cosas, hay que comunicarlo de manera efectiva y en plazo y forma y explicar por qué se hace.
5. Ser escuchados: a todo el mundo le gusta que se escuchen sus ideas y propuestas de mejora. Negarle a los trabajadores de una empresa la oportunidad de ser escuchados, de hacer sugerencias y pasar de sus ideas como del aire, les hará sentir que la empresa lo que quiere son robots que «vean, oigan y callen». A los robots no les importa su trabajo, lo hacen y punto.
La empresa debe poner los medios para implantar un proceso que permita que las sugerencias de los empleados sean tenidas en cuenta y, en su caso, implantadas cuando proceda o rechazadas cuando no y debidamente justificada la negativa. No se pueden implantar todas las ideas, pero sí se puede hacer que los trabajadores sientan que se valora su aportación.
6. Conexión entre personas: la gente prefiere trabajar con y para personas, en equipo, en lugar de hacerlo en plan mercenario. Un jefe puede participar en una conversación agradable, comentar temas familiares, preocuparse de que todo va bien o si alguno de sus empleados necesita algo,… Los pequeños detalles son mucho más importantes que las reuniones y tienen mayor impacto que las evaluaciones de desempleño del personal.
7. Coherencia: Es importante tratar a todos los empleados como ellos esperan que se haga, con empatía, pero eso no significa que haya que ofrecer un trato diferente o menos oportunidades a unos que a otros. Todos son iguales y la clave está en la comunicación. Cuantos más empleados comprendan por qué se tomó una decisión, menos probabilidad de que alguno la pueda interpretar como un favoritismo hacia alguno de ellos.
8. Futuro: cada empleo debería tener idealmente un camino potencial que recorrer, dentro o fuera de la empresa en la que se desarrolle. Desde un becario, hasta un mando intermedio o un responsable. Para que ello suceda, es importante la comunicación y dejar que el conocimiento fluya, como cuando un mando le enseña a un becario como hace sus tareas de gestión, de mayor responsabilidad que las de éste aprendiz. Es importante ir formando a las personas en los puestos que se supone que van a desempeñar en el futuro, con mayor responsabilidad o tareas nuevas.
La frase con la que Jeff Harden cierra su artículo es de esas que cae de cajón pero que me gusta especialmente: «Employees will care about your business when you care about them first», que en castellano viene significando:
«Los trabajadores amarán una empresa cuando tú (empresario) los ames antes por ellos».
¿Cuántos de estos puntos funcionan en tu empresa?