Finanzas

Esta vez SII (formación online)

Libro mayor

Después de un letargo forzoso, parece ser que sí, que esta vez el SII (Suministro Inmediato de Información o más conocido como «IVA online») va en serio. Despierta de su estado de hibernación y con ganas de comerse el mundo, no en vano lleva un año sin probar bocado.

Era obvio por otro lado.

La carrera se reanuda y la marcha se acelera después de que durante un largo período haya estado ondeando, desafiante, la bandera roja.

Con prisa y sin pausa.

Y, para asegurar, esta vez sí, el éxito de este flamante proyecto convertido ya en una realidad de envergadura sin igual, se va a tener que forzar la máquina – y nunca mejor dicho. Una máquina que lleva un año estacionada y que por tanto no ha sido lo suficientemente rodada. Su puesta a punto tendrá que desarrollarse a contrarreloj para que, en el plazo de medio año, entre finalmente en vigor. Cuestión de necesidad. Cuestión de imagen por encima de todo.

Así pues, si en esta ocasión la pista no se mancha de aceite ni se anega de agua ni de nada que la pueda hacer peligrosamente deslizante, no veremos agitarse la bandera de franjas rojas y amarillas y lucirá en su lugar la bandera verde. Todo está preparado. Ha llegado el día de pisar hasta el fondo, a todo gas: la carrera está a punto de empezar y queda un buen trecho aun para la llegar a la meta. Cada segundo cuenta y es esencial.

Cómo se vive la jornada

La estampa es la siguiente: los contribuyentes se agolpan en las gradas y gritan preocupados descargando una buena dosis de adrenalina. La preocupación, la tensión y los nervios son máximos, y cada uno tiene a sus favoritos.

Los pilotos, sin embargo, dentro de sus máquinas son profesionales duchos en la materia: saben cuándo acelerar y cuándo disminuir, no en vano están siempre atentos y receptivos a las señales externas que les dan pistas. Saben sortear y aprovechar bien las bajas velocidades de sus rivales competidores, así se lo indican las banderas blancas, y saben – en pro a un mejor desarrollo- que cuando divisen la bandera azul es que ha llegado la hora de ceder el paso, el momento de colaborar con otros.

El punto final de la disputada carrera está fijado para el día 1 de julio de 2017. Puntería y al centro de la diana: un mes antes de las vacaciones y en un período que de por sí ya resulta bastante tormentoso y complicado para los contribuyentes. Pero también para los pilotos.

El SII es así. Va a ser así. Va a ir así.

Y todos, claro, quieren llegar en las más óptimas condiciones y levantar el Gran Premio traducido en una implementación limpia, fácil, en tiempo y forma, cómoda y transparente para el contribuyente. Porque si no es así, si el SII no se trata así, el contribuyente, que como siempre tiene cogida la sartén por el mango, apostará por otro piloto en la siguiente carrera. Y, ¿qué sería de los pilotos sin sus fans?

Ni tan solo un lavado de cara

Leyendo el texto aprobado, quizás salvaguardando algún matiz o alguna licencia que durará tan solo los 6 primeros meses de vigencia del SII como la ampliación a 8 días en lugar de 4 para presentar los registros de facturas, no se aprecia a penas ningún cambio en relación con la redacción del borrador publicado en julio de 2015. Quizás la más significativa para los contribuyentes obligados y afectados por dicha medida sea la aceleración de su entrada en vigor (en medio año) y la posibilidad, antes excluida, de realizar asientos resúmenes.

Si bien en el texto primerizo se daba un año de margen, ahora, se ha reducido a medio, ¡atención, pues! bandera amarilla, precaución y desaceleración, las cosas poco a poco, pero eso sí, bien asentadas. Cada paso, debe ser en firme.

Pero… seguimos con el relato de la jornada.

Las primeras posiciones de la parrilla están ya ocupadas por las empresas de software, y sus diestros y valientes pilotos se preparan – aunque muchas de ellas ya lo están- para una carrera contrarreloj en la que todos esperan que las inclemencias meteorológicas, en esta ocasión no hagan mella en el camino. El tiempo apremia. Ante semejante rifirrafe de los pilotos, se hace imprescindible disponer de la mejor máquina, y del mejor equipo técnico para llegar a la meta bien y cuanto antes posible. Sólo así se recibirá una lluvia de aplausos, mezclados con el griterío desenfrenado de los contribuyentes que han dejado sus gargantas apostando por sus favoritos mientras dure la prueba.

Los marcadores se vuelven locos, la bandera cuadriculada aún no se divisa en la línea de meta, pero los pilotos ya se han puesto en marcha alertados por la inesperada premura, a tres semanas de que la luz de la navidad inunde los oscuros días del mes de diciembre. Por tanto, mientras aguardamos, expectantes el año nuevo, los pilotos pueden ir, en todo caso calentando motores para que las máquinas vayan cogiendo temperatura.

De la bandera verde a la cuadriculada

Y, a 1 de enero, pista libre, todo despejado. La carrera está reñida, y al final, como siempre ganará el mejor, el que habrá hecho mejor trabajo y el que habrá sabido gestionar con inteligencia y sabiduría la competición, pero también el que le habrá acompañado la suerte a lo largo del camino.

Pero, siempre hay piedras en el camino, o aceite o agua que hace deslizarse en terreno un tanto peligroso, o máquinas que no acaban de funcionar con la finura deseada. Por ello, es necesario tener un cierto número de banderas negras con círculos naranjas y estar muy atentos a ellas, porque los problemas técnicos pueden aparecer en cualquier momento, aunque se disponga de la mayor y mejor infraestructura. Y no debe nunca de dejarse de tener en cuenta que, la carrera se gana en la última vuelta, no en la primera.

Y finalmente, cuando a 1 de julio los pilotos traspasen la línea de meta, ondee vivazmente y con fuerza la bandera cuadriculada y los héroes recojan el galardón, bien merecido después de semejante competición, el Gran Premio, como ya se anunció en 2015, favorecerá al contribuyente.

¿Cómo?

Asido con gran fuerza el Gran Premio, las carreras de envergadura menor que responden al nombre de modelo 340, modelo 347 y modelo 390 desaparecerán de su circuito para siempre. Menos complicaciones. Más ventajas. Más contraste de información y de gestión, ya que, con los datos facilitados se pretende también sortear el gran elevado número de fraude fiscal.

Próxima carrera… borrador de las liquidaciones de IVA…haremos eco de ello.