Estrategias empresariales que ayudarán a tu asesoría a alcanzar el éxito
Las estrategias empresariales para asesorías tienen muchos elementos en común con las que se vienen desarrollando en todos los sectores, pero también muchos matices específicos. El entorno de estos tiempos ha hecho variar significativamente lo que se espera de una asesoría.
Éstas son algunas de las estrategias empresariales para asesoría con mayor proyección para 2017 y para los próximos años.
Orientación al cliente
Las asesorías que no saben adaptarse de forma continua y flexible a las necesidades del cliente se enfrentan a tiempos complicados. La mayor facilidad de movimientos físicos favorece que el cliente pueda buscar asesoramiento en otros lugares cada día un poco más lejanos. Y, sobre todo, la mayor disponibilidad de servicios de asesoramiento digitales ha incrementado enormemente la competencia.
El cliente tiene muchas alternativas y cada día es más exigente. Un cliente más formado e informado no acepta servicios que se excedan en el coste o que mermen la calidad o la adaptación a sus necesidades concretas. En estos casos es probable que opte por la competencia.
Formación continua
Una de las diversas razones por las que el cliente recurre al asesor es la existencia de continuos cambios. El asesor debe estar permanentemente al día en las materias sobre las que asesora.
Orientación Global
Las pymes están comenzando a dar pasos hacia la internacionalización. Muchas compran o venden cada vez más en el extranjero, participan en eventos fuera, buscan inversores internacionales… E incluso algunas, especialmente startups, planifican realizar inversiones en el extranjero. Saber acompañar al cliente en ese proceso es vital para muchas asesorías.
Incluso las propias asesorías pueden participar de diversas formas en ese proceso. Pueden colaborar con asesorías internacionales, abrir despachos en el extranjero, realizar trabajos puntuales fuera de nuestras fronteras…
Planificación y control
Los procesos más habituales son claves en las asesorías. Muchos clientes llegan con consultas o necesidades de gestión semejantes y pretenden obtener la solución adecuada con el mínimo coste. La vía para lograrlo pasa por planificar los procesos para obtener la máxima calidad. Y, por supuesto, pasa por controlar si los resultados son los previstos y corregir posibles desviaciones.
Cuando las necesidades son menos habituales, la planificación y el control del proceso es una fuente de aprendizaje. La asesoría ha afrontado un tema peculiar y ha de extraer conclusiones tanto de la forma en la que lo ha abordado como de los resultados que ha obtenido.
La verificación de la calidad
El objeto de trabajo de las asesorías está compuesto habitualmente por un conjunto de temas que se escapan, en mayor o menor medida, del conocimiento del cliente. Por esta razón es muy importante para cualquier asesoría buscar estrategias para que los clientes puedan verificar la calidad del trabajo desarrollado.
Entre las estrategias para verificar la calidad se encuentran la marca labrada durante mucho tiempo, las acreditaciones externas, la compartición de las experiencias de los clientes, etc. Además, cada vez tiene mayor importancia el contacto lo más transparente posible del cliente con el trabajo realizado por el asesor.
Ahondar en la digitalización de los procesos
Las herramientas digitales son cada día más importantes. Las asesorías trabajan con grandes cantidades de datos y el software para asesorías es una herramienta central en su gestión. Es imprescindible estar al día en este terreno.
Además del software específico para asesorías, es importante contar con las soluciones más avanzadas de gestión en todos los terrenos. No solamente se trata de organizar óptimamente el trabajo de asesoramiento y gestión de los asuntos de los clientes, sino también de mejorar la organización interna de la propia asesoría.
Las estrategias empresariales para asesorías relacionadas con el cliente digital
Las asesorías se enfrentan a dos clases de clientes digitales. Por un lado, llegan clientes con necesidades específicas del mundo digital. Los negocios digitales tienen necesidades propias de asesoramiento, en algunos puntos diferentes a las personas físicas o a los negocios físicos.
Por otro lado, el canal digital es una de las principales vías de llegada de clientes. La web de la asesoría se ha convertido en una pieza clave a través de la cual el cliente se informa, compara, solicita los servicios de una asesoría, envía datos, obtiene servicios concretos, realiza consultas, etc.
Segmentación de mercados
Las necesidades de asesoramiento son diferentes en distintos tipos de clientes.
La segmentación de mercados permite adaptar mejor las estrategias del marketing mix a diferentes clases de clientes.
También es una forma de enfocar mejor las potencialidades de la asesoría, al dirigir los principales esfuerzos a aquellos segmentos a los que la asesoría puede ofrecer un servicio más ajustado a sus necesidades y a su disposición a pagar.
Crecimiento
El conocimiento es el factor esencial en una asesoría. Una vez alcanzado un conocimiento suficiente sobre las materias acerca de las cuales se asesora, la labor es menos costosa. Se puede aplicar el mismo conocimiento a muchísimos clientes. Una parte de ese conocimiento pertenece a cada trabajador de la asesoría y no es fácilmente controlable, pero otra se manifiesta en una organización adecuada para llevar desarrollar de la forma más eficaz y eficiente los servicios que se prestan. El crecimiento permite rentabilizar esta última forma de conocimiento.
El crecimiento, sobre todo, permite una mayor especialización, de forma que se disponga de recursos materiales y humanos adecuados para las más variadas exigencias de los clientes.
Ver más allá de la aparente rentabilidad financiera
Las actividades económicas no se terminan en la pura rentabilidad financiera, la de los asesores no es una excepción en este sentido. Contribuir a la mejora de la sociedad es uno de los objetivos de todas las profesiones. Y eso no siempre pasa por los servicios que se prestan a precios de mercado. Un asesor, por ejemplo, puede contribuir a que personas o entidades sin los recursos suficientes para pagar su labor puedan contar con el mejor asesoramiento para desarrollar sus proyectos, cumplir con sus obligaciones o realizar trámites, por ejemplo.
Pero este tipo de iniciativas tienen también un cierto interés financiero. Permiten acceder al asesor a realidades diferentes de las habituales, realidades de personas y entidades que, aunque no puedan pagar sus servicios, puede que mantengan contacto con los clientes habituales de la asesoría. Se consigue, de este modo, un mejor conocimiento del entorno, que contribuye a mejorar los servicios de asesoría.
Las estrategias empresariales para asesorías permitirán seguir mejorando en los años venideros. El contexto de digitalización y oportunidades, de apertura de nuevos mercados y necesidades de asesoramiento en nuevos terrenos demanda estrategias específicas para lograrlo.