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Dumping fiscal: ¿qué es y por qué las comunidades autónomas se pelean por atraer a las empresas?

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En este post, te detallamos en qué consiste el dumping fiscal y cómo afrontan las comunidades autónomas la fuga de las empresas a otros territorios en busca de ventajas fiscales.

  • Todas las empresas buscan ajustar el pago de sus impuestos al mínimo posible para lograr mayores beneficios.
  • Además, una de las cuestiones fundamentales que marcan cuánto van a pagar dependen de en qué comunidad autónoma radique su sede social.

En España, las diferentes autonomías tienen un amplio margen para regular determinados impuestos, incluyendo los relativos a las tasas que pagan las empresas, que depende de dónde tengan su domicilio fiscal.

Este escenario se presenta como el caldo de cultivo perfecto para estimular la lucha entre las comunidades autónomas, con un objetivo: conseguir que las sedes de las empresas se trasladen a sus respectivos territorios. Esta “competición” es conocida como dumping fiscal o competencia desleal.

¡Comparte! En España, las comunidades autónomas disfrutan de un amplio margen en cuanto a la fiscalidad de ciudadanos y empresas.

¿Cómo atraen las comunidades a las empresas?

Una misma empresa puede pagar menos tasas si se ubica en una comunidad autónoma u otra, dando como resultado mayores beneficios en sus cuentas anuales. Y es precisamente esta cuestión la que provoca que las diferentes autonomías se peleen por atraer a las empresas.

 Así se benefician empresas y comunidades del dumping fiscal

Con el objetivo de atraer más empresas y, en definitiva, más inversión, muchas comunidades autónomas optan por una fiscalidad más amable. Es decir, que ofertan tipos impositivos más bajos para las compañías.

Beneficios para las empresas

  • Muchas empresas instalan sus sedes sociales en los territorios con mayores ventajas fiscales, aunque sus centros de producción o distribución estén repartidos por todo el territorio nacional.

Beneficios para las Comunidades Autónomas

  • Para las autonomías, que las empresas se trasladen a sus territorios supone una fuente de ingresos extra. Este movimiento provoca tensiones importantes entre las diferentes comunidades, que ven cómo sus empresas se mudan a otra autonomía buscando un mejor tratamiento fiscal.

¿A qué impuestos afecta el dumping fiscal?

Las Comunidades Autónomas actúan sobre determinados impuestos que afectan tanto a personas como a empresas. A esto hay que añadir que País Vasco y Navarra tienen un concierto económico especial. En este caso quedarían fuera de lugar en la comparación.

A continuación, te enumeramos los impuestos sobre los que las autonomías pueden decidir subir o bajar.

Impuesto sobre el Patrimonio

  • El Impuesto sobre el Patrimonio, también conocido como el impuesto de las grandes fortunas, afecta al patrimonio de las personas que tienen más de una determinada cantidad.
  • La norma actual delimita en 700.000 euros la base imponible mínima en la obligación de tributar. Esta cantidad, no obstante, es la tarifa general y muchas comunidades autónomas establecen su propia escala.

Sucesiones y donaciones

  • Este tributo, indirecto y de carácter progresivo, es uno de los más polémicos. La gestión de sucesiones y donaciones, actualmente, está transferida al 100% a las CCAA y muchas comunidades se ha dejado a cero.
  • Esta situación ha provocado que muchos ciudadanos cambien de residencia a estas autonomías cuando quieren realizar una donación o ven que se acerca el final de su vida.

Impuestos medioambientales

  • Los llamados impuestos verdes están diseñados fundamentalmente para desincentivar conductas contaminantes. Es decir, que aquellas empresas que contaminen, tienen que pagar.
  • Una de las quejas más comunes en esta materia es la suscitada entre comunidades con industrias que se sitúan en zonas limítrofes entre ellas. La razón es que muchas empresas se ubican allí donde fiscalmente es más rentable, pero, al ser fronterizas, afectan su actividad a poblaciones de ambas comunidades.

Impuestos sobre bienes e inmuebles

  • Estos son recaudados por los ayuntamientos, suponiendo una gran diferencia si se emplazan en un municipio u otro. Lo mismo ocurre con el impuesto a vehículos de tracción mecánica que, en muchos Ayuntamientos, sobre todo los pequeños, es muy bajo tratando de captar recursos para que se ubiquen allí empresas de alquiler de vehículos.
  • Los eléctricos y los híbridos también tienen que pagar este impuesto, pero en la mayoría de las ciudades se les aplican descuentos que rondan el 70%.

La autonomía fiscal y la competencia con Europa

  • En el ámbito europeo, para muchas empresas la queja se deriva más de la competencia desleal que se ejerce con otros países de la Unión, donde se les da un tratamiento fiscal más beneficioso a las grandes empresas.

El caso Apple

  • Todos conocemos el ejemplo de gigantes tecnológicos como Apple, que paga menos por el impuesto de sociedades en España pese a ganar más. Como resultado, hacer tributar a este tipo de compañías se ha convertido en una auténtica odisea para Hacienda.
  • A esta dificultad se le añaden otras, como las estructuras de las que se sirven estas corporaciones en otros países (como sucede en Irlanda) para reducir su factura “legalmente”, adoptando diferentes estrategias de ingeniería fiscal.

La posición de la UE respecto al dumping fiscal

  • No obstante, Bruselas quiere poner coto a las ventajas tributarias entre los países miembros. De hecho, después de que la Justicia europea anulara la multa de 13.000 millones de euros a Apple por evasión de impuestos, la UE le ha declarado la guerra al dumping fiscal.

Otros acontecimientos como la bajada de impuestos en muchos países miembros para financiar su propia recuperación económica como consecuencia del coronavirus también han impulsado la búsqueda de fórmulas hacia una armonización fiscal en Europa.

Nota del editor: Este artículo fue publicado por primera vez en febrero de 2017 y actualizado en noviembre de 2020 por su importancia.