Personas y Liderazgo

Consejos para mantener una empresa saludable

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La salud es muy importante para sentirnos bien como personas. También las empresas necesiten ser saludables. Pero, ¿cómo mantener una empresa saludable? Se trata de crear un buen ambiente laboral, mejorar la vida de los empleados más allá del trabajo o participar como empresa en la comunidad. El objetivo es crear un ciclo de bienestar que beneficie a todos y se repita una y otra vez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la empresa saludable como «un lugar en el que los trabajadores y directivos colaboran en la aplicación de un proceso de mejora continua para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores, y la sostenibilidad del lugar de trabajo».

Cómo mantener una empresa saludable: el ambiente en el trabajo

El buen ambiente laboral es el primer paso para lograrlo. Se trata de tener un lugar de trabajo profesional pero distendido, en el que los empleados puedan trabajar y también relajarse en otros momentos. La diversión y el humor mejoran la colaboración y el clima laboral.

El objetivo es darle la vuelta a la tortilla, hacer que los lunes se convierten en los nuevos viernes y la gente acuda a la oficina con otra actitud. Un buen ambiente laboral evita que los empleados estén deseando que llegue la hora de salida o el fin de semana. Al contrario, se sienten cómodos en su puesto de trabajo y rodeados de compañeros y amigos.

El resultado de este ambiente es una mejora de la productividad, así como también de la imagen de marca. Tu empresa se convertirá en un lugar al que los empleados de otras organizaciones quieren ir. Pero, para ello, además del buen ambiente, siempre hay que cubrir unos mínimos.

Y esto pasa por hacer una revisión del salario y bonus. Por muy buen ambiente que haya si no se consigue llegar a final de mes, la losa que cae sobre el trabajador, tapa todo lo demás. También una mejora de la seguridad, de nada sirve un buen ambiente si se sufren accidentes laborales con cierta frecuencia.

La calidad de vida de los empleados más allá del trabajo

Pero la empresa debe ir más allá. No solo ocuparse de los empleados en horario laboral, sino también preocuparse de su bienestar emocional. Poner a sus disposición terapeutas que les ayuden con sus problemas, a manejar situaciones de estrés es un ejemplo. También crear salas o sesiones de meditación en la empresa, donde se pueda relajar y resetearse en un momento de tensión.

Una buena apuesta para reducir los niveles de estrés es contar con una política deconciliación de vida personal y laboral. La empresa puede ofrecer herramientas a sus empleados para favorecer la movilidad o el teletrabajo. También se puede mejorar con cuestiones organizativas como la jornada intensiva o crear un banco de horas para que los empleados lo utilicen cuando necesiten.

Otra buena medida es potenciar el salario emocional. Cada vez más los empleados se interesan por cuestiones no monetarias, como pueden ser un plan de carrera que garantice su desarrollo profesional, más días de vacaciones o un plan de formación. Saben que su empresa les da más que la nómina que les llega a final de mes.

Un ejemplo es dejar tiempo para desarrollar proyectos personales. Esta práctica la ha estado practicando Google durante mucho tiempo con grandes resultados. Por un lado, los empleados se sentían más realizados y comprometidos con la empresa. Por otro, alguno de estos proyectos han sido muy rentables, compensando con creces las horas invertidas en todos ellos.

La participación de la empresa en la comunidad

Por último, una empresa saludable tiene que abrirse a la comunidad. Se trata de compartir valores y hacer suyas causas sociales que preocupan a la sociedad en la que está inmersa. De esta forma, esta organización traspasa los límites físicos de su oficina o sus empleados.

Son aspectos básicos como el cuidado del medioambiente y ahorro de energía. Hacer una empresa sostenible es el objetivo de muchas organizaciones. Pero no es fácil conseguir una empresa saludable y es necesario establecer un plan, fijarse unos objetivos y revisarlos de forma constante para lograr cumplirlos.