4 ventajas de los negocios escalables
Las nuevas tecnologías, la globalización y, sobre todo, la crisis, han creado un entorno en […]
Las nuevas tecnologías, la globalización y, sobre todo, la crisis, han creado un entorno en el que han empezado a germinar los negocios basados en un modelo de escalabilidad que, por otra parte, es imprescindible para que muchos de estos negocios puedan ver la luz.
Un negocio escalable es aquel que funciona operativamente de forma eficaz ya tenga dos clientes o un millón. Todo el proceso de negocio está estructurado de forma que se pueda producir producto o dar servicio de forma adaptada al volumen de negocio y no al revés. Es decir, que no dependa de alcanzar una cierta cantidad de clientes para poder funcionar, o que se sature y colapse si pasa de una cierta demanda.
Evidentemente, no hablamos de picos de demanda instantáneos, pero sí que debemos considerar un buen ritmo de adaptación a los cambios de volumen de negocio para considerar un negocio realmente escalable.
Dos factores clave que han facilitado la escalabilidad de los negocios en esta última década han sido la tecnología Cloud Computing y la creciente oferta de externalización de servicios con empresas que cuentan con recursos suficientes para responder ante este modelo.
Las 4 principales ventajas con las que cuenta un negocio escalable son:
Posibilidad de testear desde el inicio la viabilidad del negocio
- Una arquitectura escalable desde el principio, permite empezar con lo que se denomina “Mínimo Producto Viable” o MPV y analizar de forma controlada la reacción de los primeros clientes ante la idea de negocio. Estos primeros números e impresiones serán fundamentales para corregir el rumbo del negocio cuando todavía está en su fase inicial.
Asignación más eficiente de los recursos
- Un negocio escalable utiliza los recursos que se necesitan en función del volumen de demanda que tiene. Esto evita tener que realizar grandes inversiones iniciales, tener que trabajar con grandes stocks, etc… Y cuando la demanda aumenta, se va adaptando a cambios en la forma de proveerse y de utilizar sus recursos para seguir en un modelo de eficiencia.
Flexibilidad para crecer sin tener que efectuar grandes cambios en las empresa
- Si la estructura del negocio está diseñada de forma escalable, tiene una configuración, por lo general, ligera y sencilla. Las distintas partes involucradas en el proceso de negocio pueden tocarse de forma independiente y se pueden ir rediseñando para continuar en la línea de escalabilidad y eficiencia sin tener que reestructurar la empresa entera.
Adaptación más ágil a los cambios
- Los negocios escalables son más dinámicos y están habituados a un proceso constante de evolución y cambio sin procesos especialmente dramáticos, por lo que la mentalidad suele contribuir a aceptar bien los cambios y pensar rápido en la forma más sencilla y eficaz de acometerlos. Una estructura de negocio inteligente suele ser mucho más fácil de adaptar a un cambio que una estructura pesada y poco transparente.
Para que un negocio sea escalable, por lo tanto, es importante hacer el esfuerzo de plantearlo de esta forma desde la propio idea de negocio, formando parte de la propia filosofía de desarrollo de ésta. ¡Pero merece la pena!