Finanzas

7 gastos deducibles del autónomo que trabaja desde casa

Muchos autónomos y profesionales cuando empiezan a ejercer su actividad lo hacen desde casa. De esta forma, se ahorran el alquiler de un local y mantienen unos gastos de explotación bajos.

  • Sin embargo puede producirse alguna confusión o duda a la hora de deducirse algunos gastos afectos a su actividad profesional que no siempre la Agencia Tributaria acepta según su criterio como deducibles aunque correspondan a nuestra actividad profesional.
  • Por eso, hoy vamos a ver 7 gastos deducibles del autónomo que trabaja desde casa.

Un ejemplo claro son los gastos de suministros, como luz, agua, calefacción, etc. que pueden aumentar si trabajamos en casa, ya que si estamos fuera de nuestro hogar, por ejemplo trabajando en un despacho no vamos a tener ciertos consumos derivados de dicha actividad profesional que ejercemos en nuestro hogar.

¡Comparte! Cónoce todas las novedades sobre los gastos deducibles si trabajas desde casa

Si se deducen sólo el porcentaje derivado de nuestro trabajo hay sentencias favorables a contribuyentes que han tenido que pleitear contra la administración tributaria para que admita este criterio. En el caso de tener dos contadores este tipo de gastos si serían deducibles.

Gastos deducibles de los autónomos que trabajan desde casa

1. Gastos de alquiler o hipoteca para lo cual es necesario reflejar a través del modelo 036 qué parte de nuestra vivienda habitual queda afecta a nuestra actividad profesional. Por ejemplo, si utilizamos una habitación de 10 m2 como despacho en una vivienda de 100 m2, podremos deducirnos en el IRPF un 10% de los gastos de alquiler o un 10% de las cuotas de la hipoteca, interés y amortización.

2. Otros gastos de la vivienda habitual, como comunidad, tasa de basuras, impuestos sobre bienes e inmuebles o cualquier otro relacionado, siempre relacionado con la cuota afecta a nuestra actividad profesional en el hogar, tal y como hemos comentado en el apartado anterior.

3. Teléfono móvil e Internet. En el caso del primero para poder deducirlo es recomendable tener una línea profesional y una personal, de esta forma queda absolutamente claro que gastos corresponden a cada cual. En el caso de Internet se podría deducir aunque, como ocurre con otros suministros que hemos comentado anteriormente es imprescindible demostrar que esta línea de comunicaciones es imprescindible para nuestro trabajo y que parte corresponde a nuestra actividad profesional.

4. Seguros de salud y médicos propios, del cónyuge y de hijos menores de 25 años que se podrán deducir hasta un máximo de 500 € por persona. En los seguros también se podría deducir un seguro de vida del autónomo por ejemplo, que cubran los riesgos de fallecimiento e invalidez.

5. Gastos de desplazamiento son aquellos gastos relacionados con el desempeño de la actividad y que estén vinculados a la obtención de ingresos a través de la misma. Si hablamos de vehículo propio este tiene que estar afecto a la actividad, mientras que si es un trasporte público tendremos que justificar su vinculación con la actividad. De esta forma si utilizas tu vehículo privado para visitar a un cliente, no sería deducible, pero si vas en taxi a dicha reunión si podríamos deducir dicho gasto. Lo mismo para billetes de avión, trenes, etc. Aquí también entrarían los gastos de manutención, comidas y alojamiento para la realización de nuestra actividad profesional.

6. Consumos de explotación, de gastos de material de oficina y similares, donde se incluirían las herramientas necesarias para llevar a cabo nuestro trabajo. Por ejemplo, si necesitamos un programa para llevar la facturación, dicho gasto sería deducible como consumo de explotación.

7. Servicios de profesionales independientes, a los que podemos recurrir para que nos asesoren o nos ayuden con las declaraciones de IVA, de IRPF, etc. También consultas que podamos realizar a un despacho de abogados o si contratamos a un profesional que nos cree una página web, por poner diferentes ejemplos.

Hay más gastos que podemos deducirnos como autónomos, ya sea que trabajemos en casa o fuera de ella. Al principio de ejercer la actividad suelen surgir muchas dudas por eso lo mejor es tener un programa de facturación y contabilidad adecuado en el que ir introduciendo todos los gastos y conceptos para que queden reflejados correctamente. Lo mejor es hacerlo en el momento en el que se produce el gasto, al final de la semana como máximo, ya que de otra forma acabamos por llegar al final del ejercicio fiscal con todos los deberes por hacer y luego dedicamos mucho más tiempo a recordar y buscar facturas que a recuperar nuestros gastos.

Por último, siempre hay que guardar las facturas originales de los gastos, ya que en cualquier momento nos pueden realizar una inspección y tendremos que justificar documentalmente el origen de dichos gastos que nos hemos deducido como profesionales así como su relación y necesidad para nuestra actividad profesional.