Estrategia y Gestión

El contrato indefinido con tarifa plana contra el contrato psicológico

La introducción de la tarifa plana a la Seguridad Social para la contratación indefinida de nuevos trabajadores, mediante el Real Decreto-ley 3/2014, puede tener algunos efectos inicialmente inesperados, al suponer un ahorro sobre la contratación temporal, cuando esta supera el año.

En estos casos, algunos empresarios podrían considerar más beneficioso enmascarar contratos temporales bajo la figura del indefinido bonificado, a efectos de ahorro de costes, aunque en ningún caso se debería ignorar las implicaciones que tiene este hecho sobre el «contrato psicológico«.

Tres requisitos fundamentales

Hemos de recordar que la medida se ha aprobado sobre tres requisitos básicos: no podrá ser aplicada si se ha producido un despido improcedente o colectivo después del 24 de Febrero de 2014, en cuyo caso deberán esperar 6 meses para poder contratar a indefinidos de forma bonificada.

También se ha establecido la obligación de devolver las bonificaciones aplicadas si se incumple el requisito de mantenimiento del empleo en la organización. Por último, la medida solo estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2014.

En el primer requisito ya encontramos un problema para aplicar estos contratos a la hora de «suplir» la contratación temporal, ya que de producirse un despido para este fin, probablemente se haría de forma improcedente, salvo que existan otras causas o que se produzca durante el periodo de prueba, que no será superior a un año aplicable a los contratos indefinidos de apoyo a los emprendedores.

Esto significaría que no podría realizarse otra contratación bonificada durante los seis meses siguientes, impidiendo por otra parte el efecto reemplazo al menos de forma inmediata, aunque no otro tipo de estrategias.

Por ejemplo, aquellas empresas que ya estén utilizando la modalidad de contratación temporal como vía para eludir el pago de altas indemnizaciones en caso de despido, podrían ver atractiva la idea de convertirlos a indefinidos para beneficiarse de la bonificación en contingencias comunes, pues desde que comience el segundo año de contrato, resultaría más económico finalizar la relación laboral pagando la indemnización, aún devolviendo el porcentaje de las cuotas que corresponda por incumplir el requisito de mantenimiento del empleo.

Ruptura del contrato psicológico

Del ahorro económico que tendría la realización de esta argucia legal, se deriva un coste no monetario, que se plasma en la ruptura del llamado contrato psicológico, que podría tener efectos sobre el clima laboral.

Este contrato tan «etéreo» representa la expectativa de los empleados en cuanto a la relación laboral establecida con la empresa y que tiene importantes raíces en la figura contractual que los une, así como con la comunicación que se ha ido produciendo con la organización.

Por tanto, si a una persona que tiene un contrato temporal la empresa le ofrece el paso a indefinido, esta expectativa cambia de forma notable. Es algo que no solo le afectará a él sino a sus superiores y a otros empleados, que tendrán una nueva perspectiva sobre la solidez del equipo.

Esto se traduce en que la finalización de un contrato temporal tiene efectos muy diferentes a los del despido de un indefinido, pues en el primer caso se espera una relación de duración limitada y normalmente se establece un menor vinculación emocional. Es decir, en la conversión se establecería una letra pequeña muy poderosa y negativa en el contrato psicológico: «En realidad te hago indefinido para despedirte más barato»

¿La leerán? ¿Cómo puede afectar esto a la motivación y al rendimiento individual? La respuesta es difícil de cuantificar, pero es poco probable que sea positiva. Sin duda hablamos de algo muy sensible y que va más allá de los números, pues tiene que ver con el estilo de liderazgo, e incluso la ética.

Perversiones de la norma

La tarifa plana tiene un fondo muy positivo que beneficia a las empresas que puedan crear empleo, aunque no beneficie a aquellas que ya tienen plantillas establecidas o que han tenido que ir haciendo recortes de personal.

Reforzará la contratación indefinida y la conversión de temporales, pero deberíamos meditar muy bien cómo la aplicamos, antes de producir graves perjuicios en el clima laboral de la organización, con la consiguiente destrucción de buenos equipos de trabajo.

No podemos olvidar que el objetivo de una empresa es confeccionar una plantilla eficientes y comprometida, con las que formar equipos de trabajo que proporcionen buenos resultados. Los trabajadores no son solo números y no responden exclusivamente al dinero. La motivación y la creación de sinergias es algo mucho más complejo, por lo que necesitamos de vistas más amplias.