¿Cuál será el futuro de los ERTE tras la reforma laboral?

Año nuevo, ERTE nuevo. El Gobierno pretende empezar el 2022 con un nuevo tipo de ERTE. Después de prorrogar hasta el 31 de mayo y casi seguro hasta fin de año los ERTE por COVID-19. Un nuevo ERTE que está previsto se incluya en la nueva reforma laboral.

• Conoce las principales medidas que incluirá la nueva reforma laboral.
• Te explicamos las principales características y cuál será el futuro de los ERTE.

Los ERTE han venido para quedarse. Pueden mutar como el coronavirus, pero su esencia seguirá siendo la misma: proteger a las empresas y preservar el empleo de sus trabajadores en momentos de crisis. Una fórmula que ha demostrado su eficacia en esta pandemia.

El Gobierno ya ha anunciado la prórroga de los ERTE basados en una causa de fuerza mayor y por impedimento en el desarrollo de la actividad, cuya vigencia expira el próximo 31 de mayo. Esta prórroga será por lo menos hasta el 30 de septiembre. Pero lo más probable es que se extiendan hasta fin de año, momento en que está previsto que tomen el relevo los nuevos ERTE.

Los ERTE dentro del Plan de Recuperación y Resiliencia

En el Plan de Recuperación y Resiliencia remitido a Bruselas por el Gobierno, se incluye el establecimiento de un mecanismo permanente de flexibilidad interna y recualificación de trabajadores en transición, dentro del apartado de nuevas políticas públicas para un mercado de trabajo dinámico, resiliente e inclusivo.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es un proyecto de País, necesario para optar a los fondos Next Generation EU, con un presupuesto de 750.000 millones de euros. En este plan se traza la hoja de ruta para la modernización de la economía española, la recuperación del crecimiento económico, la creación de empleo, la reconstrucción económica y para responder a los retos de la próxima década.

¡Comparte! Y conoce cuál será el futuro de los ERTE que ha previsto el Gobierno.

Principales reformas laborales incluidas en el Plan de Recuperación y Resiliencia

Según se recoge en este plan, el Gobierno tiene previsto invertir 2.363 millones en la reforma laboral. El objetivo es corregir los desequilibrios del mercado laboral español, entre los que destaca la elevada temporalidad.

Estos desequilibrios agravan los ciclos económicos recesivos, lastran los aumentos de productividad, aumentan la precariedad y profundizan las brechas sociales, territoriales y de género, perpetuando la desigualdad.

Las reformas que se incluyen en este plan son:

• Establecimiento de un mecanismo permanente de flexibilidad interna y recualificación de trabajadores en transición.
• Regulación del trabajo a distancia.
• Medidas para eliminar la brecha de género.
• Regulación del trabajo de los repartidores a domicilio por parte de las plataformas digitales.
• Simplificación de contratos: generalización del contrato indefinido, causalidad y simplificación de la contratación temporal. Se pretende reducir a tres los contratos de trabajo: estable, temporal y de formación/prácticas, para asegurar que los contratos temporales responden a la naturaleza del trabajo.
• Modernización de políticas activas de empleo.
• Revisión de las subvenciones y bonificaciones a la contratación laboral.
• Modernización de la negociación colectiva.
• Modernización de la contratación y subcontratación de actividades empresariales.
• Simplificación y mejora del nivel asistencial de desempleo.
• Digitalización del SEPE, para su modernización y eficiencia. Con el fin de mejorar su eficacia para el alineamiento de la oferta y demanda de trabajo en todo el territorio nacional.

Entre 2020 y principios 2021, ya se han abordado las reformas más urgentes en respuesta a la pandemia. Como son los actuales ERTE, la regulación del teletrabajo y medidas para favorecer la igualdad de género, entre otras.

Principales características de los nuevos ERTE

Los nuevos ERTE, que sustituirán a los ERTE por COVID-19, serán un mecanismo de ajuste interno que otorgará flexibilidad a las empresas en momentos de crisis y facilitará la recualificación de los trabajadores.

En líneas generales no difieren demasiado de los ERTE actuales, ya que buscan que las empresas puedan reducir la jornada de sus trabajadores. Es decir, desprenderse temporalmente de parte de su plantilla para facilitar la supervivencia de las empresas y preservar el empleo de sus trabajadores.

Creación de un fondo público

La principal diferencia con los actuales ERTE es su financiación, ya que el Gobierno pretende crear un fondo público tripartito. En él, los empresarios y los empleados aportan financiación para ayudar a compañías con problemas cuando llegue otra recesión. Esta contribución se realizaría a través de las cotizaciones sociales, siendo lo más probable que vengan de las cotizaciones por desempleo, que podrían incrementarse.

Actualmente el tipo de cotización para el desempleo de los trabajadores por cuenta ajena fijos es del 7,05%. Aportando la empresa el 5,5% y los trabajadores el 1,55% restante.

Inversión en formación

Además, se pretende reforzar la inversión en formación de los trabajadores durante los periodos de baja actividad, para mejorar su productividad y empleabilidad. Asimismo, se pretende formar a los trabajadores inmersos en procesos de reconversión sectorial que faciliten su adaptación a otros puestos de trabajo o sectores. Una medida de la que sin duda se beneficiaran los empleados de la banca inmersos en un importante proceso de reestructuración bancaria.

El Gobierno pretende cerrar la negociación de estos nuevos ERTE en el marco del diálogo social, antes de que finalice el año.

El gasto en los ERTE durante la pandemia rozará los 40.000 millones de euros. Es necesario que los nuevos ERTE sean una herramienta eficaz y bien utilizada, ya que en caso contrario su coste será difícil de asumir.