Finanzas

[PODCAST] Consejos básicos sobre el flujo de caja

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En este episodio de Sage Advice Podcast, «Gestión empresarial como clave del éxito», Joan Boluda nos cuenta qué es lo básico que necesitan saber autónomos y emprendedores sobre el flujo de caja. ¿Empezamos?

  • Descubre cuáles son esos básicos sobre el flujo de caja que autónomos y emprendedores deben conocer.
  • Todos nuestros podcasts sobre gestión empresarial los encontrarás en Sage Advice Podcasts. ¡Escúchanos!

Como os avanzábamos, en el episodio de hoy hablamos de consejos sobre el flujo de caja. Y, claro, lo primero es aportar un poco de claridad al concepto. Flujo de caja o flujo de tesorería es el término que se emplea técnicamente para referirse a los cobros y los pagos. Porque tenemos dos tipos de flujos: unos de entrada (los cobros) y otros de salida (los pagos).

Qué necesito saber sobre los diferentes tipos de flujo de caja

Si no tenemos muchos conocimientos, es probable que pensemos que el objetivo es acumular sumas importantes en nuestra empresa, es decir, tener muchos cobros y pocos pagos. Nada más lejos de la realidad. Como en casi todo, en la gestión de la tesorería los excesos no son buenos.

En general, nos va a interesar generar una corriente de cobros bien correlacionada con la de pagos. Querremos tener medios suficientes con los que satisfacer desembolsos, pero no un exceso de liquidez. El dinero, al fin y al cabo, no genera rentabilidad.

Entonces, ¿no interesa tener dinero en la empresa? Sí, por supuesto, el necesario para afrontar los pagos y ofrecer a terceros confianza de que lo seguiremos haciendo en el futuro.

¿Cómo mantener el equilibrio en nuestro flujo de caja?

Para lograr un equilibrio en nuestro flujo de caja es fundamental partir de unas buenas previsiones. Nos interesa conocer el cuánto, el cuándo y el cómo tanto de los cobros como de los pagos. Queremos tener un calendario en el cual podamos situar la llegada de flujos de caja por su importe y medio de pago.

Esto último es muy importante en los negocios pequeños. Pensemos en los cobros de un pequeño comercio, por ejemplo. Está bien saber, en una jornada concreta, cuánto esperamos cobrar, pero también hacer una previsión de cuántos cobros serán con tarjeta, cuántos en monedas, en billetes o en otros medios de pago.

Querremos saber, por ejemplo, a qué horas es más probable que, si no tenemos previsión, tengamos problemas con los cambios en metálico o cuándo es más probable tener que hacer un cobro más complejo que demande un esfuerzo mayor de atención al público.

Es solo un ejemplo, pero vemos como un detalle aparentemente minúsculo, como la previsión del movimiento de monedas a lo largo del día o la semana, nos puede facilitar el trabajo y nos puede evitar perder el tiempo.

La importancia de la información contable

En previsión de tesorería los detalles importan y mucho. Y la materia prima para poder hacer previsiones es, fundamentalmente, la información contable. Casi todo lo que sucede en la empresa tiene repercusiones sobre cobros y pagos.

Por ejemplo, debemos predecir el movimiento del inventario, aunque las existencias sean un activo físico y no monetario, porque nos marcará cuándo vamos a realizar aprovisionamientos y cuándo tendremos que pagarlos y cuándo efectuaremos ventas y cuándo las cobraremos. Igualmente, que los procesos de almacenamiento o fabricación evolucionen a un ritmo u otro incidirá en los pagos que necesitamos para ponerlos en marcha.

Y así con todo: amortizaciones, impuestos, inversiones… Y, por supuesto, hay que prestar una atención pormenorizada a las cuentas a cobrar y pagar: las de los clientes y proveedores, pero también las deudas frente a otros acreedores y créditos frente a otros deudores, incluidos entidades financieras y administraciones.

Estado de flujos de efectivo

Un instrumento muy útil es el estado de flujos de efectivo. Aunque no sea obligatorio para autónomos y emprendedores, sí es posible elaborarlo por nuestra cuenta y, para un uso interno. Lo podemos elaborar con el formato que necesitemos.

En este caso, como queremos hacer previsiones, lo podemos emplear como modelo para analizar las expectativas de evolución de los flujos de caja. Es decir, en lugar de analizar lo sucedido en el pasado, proyectaremos cómo creemos que serán los cobros y pagos en el futuro.

Después, llegado el momento, procederemos a controlar los resultados. Si todo va bien, iremos observando que, con pequeñas desviaciones, nuestras previsiones de flujos de caja se van cumpliendo. Si las desviaciones son grandes, debemos analizar por qué nos hemos equivocado, qué implica eso de cara al futuro y cómo podemos corregirlas.

Como ves, la información es el motor de la gestión del flujo de caja. Conviene contar con soluciones digitales que la dejen en buenas manos.

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