Temporada 2: Da rienda suelta a la productividad

Laura Bornmann Directora ejecutiva de STARTUP TEENS y Gen Talents | LinkedIn Top Voice

Cómo se pueden beneficiar las empresas del potencial de la Generación Z

En este artículo encontrarás una reflexión sobre la Generación Z, que se caracteriza por ser nativa digital y valorar la autorrealización en el trabajo.

  • Esta generación busca un sentido en su labor más allá de ganarse la vida, lo que desafía las estructuras laborales tradicionales.
  • Las empresas deben colaborar con esta generación y crear un entorno propicio para su desarrollo y contribución para mantener su dinamismo y prepararse para el futuro.

La Generación Z está polarizada. Muchos empresarios la consideran perezosa y desleal, es decir, una generación que solo quiere trabajar según sus propias condiciones, pero es importante tomarla en serio y adoptar nuevos enfoques como empresa. Solo así las empresas se beneficiarán a largo plazo, estarán preparadas para el futuro y mejorarán su productividad. Necesitamos personas con ideas nuevas y que cuestionen lo establecido, y eso es precisamente lo que hace la Generación Z.

¿Quiénes forman la Generación Z?

En primer lugar, aclaremos quiénes forman la Generación Z. Sus integrantes nacieron entre los años 1995 y 2010 y se les considera los primeros nativos digitales. Por lo tanto, son grandes conocedores del mundo digital y gozan de una elevada formación. Además, para ellos, disfrutar de actividades gratificantes es más importante que para cualquier otra generación anterior. Alcanzan así la cúspide de la pirámide de necesidades de Maslow: la autorrealización. El trabajo ya no debe tener como único objetivo el de ganarse la vida, sino que debe aportar algo. Además, la Generación Z ya no está dispuesta a resignarse a una cultura del trabajo que, a largo plazo, les perjudica.

En definitiva, la evolución del ámbito empresarial al de los asalariados va a favor de la Generación Z. Por ello, la juventud puede hacer valer sus reivindicaciones.

Ventajas para las empresas

No obstante, estos avances no solo benefician a los futuros empleados. Las empresas también salen ganando, entre otras razones, porque las crisis y la creciente complejidad se convierten en retos que requieren agilidad. Convivir con la incertidumbre y tomar decisiones al respecto es algo habitual, ya que continuamente aparecen nuevas tecnologías en el mercado. Por otra parte, el tiempo de vigencia de los conocimientos disminuye rápidamente. De ahí que las empresas necesiten personas con nuevas formas de pensar, actuar y enfocar situaciones.

Aquí es donde entra en juego la Generación Z. Como nativos digitales, se dice que ya no distinguen entre el mundo real y el virtual. Tienen conexión con todo el mundo y reconocen las tendencias y las innovaciones más rápidamente que los demás.

Un ejemplo

Por ejemplo, en mi anterior empresa, le pedí a un joven colega que desarrollara un programa de tutoría inversa.

  • Consultó su propia red y, en media hora, ya disponía de un programa elaborado que solo tenía que adaptar a sus propias necesidades.
  • El programa estuvo listo en tres horas. De lo contrario nos podría haber llevado semanas.

Puedo dar otro ejemplo, y es que una joven colega quería implantar una herramienta para organizar mejor la cooperación. Como resultado, la eficacia y la productividad se incrementaron muchísimo.

Sentido y cultura del trabajo

Para las empresas, disponer de esta orientación hacia el sentido es una ventaja. En estos tiempos de constantes cambios, se necesitan personas que se pregunten si las tareas siguen teniendo algún sentido. Por ejemplo, un antiguo colega mío introdujo en su equipo un debate semanal sobre el «por qué». Los integrantes del equipo se motivaron más y la fluctuación fue menor, ya que se detectaron y eliminaron las tareas sin valor. De este modo, se disponía de más tiempo para asuntos de mayor importancia.

La gente joven siente curiosidad. Necesitamos esta mentalidad porque el mundo está cambiando cada vez más deprisa. Por ello, las empresas deben fomentar una cultura en la que siempre haya algo nuevo que aprender. Según un estudio de Microsoft, más del 50 % de la gente joven se plantea cambiar de empresa. Sin embargo, el 70 % de este grupo permanecería en su empresa si se le asignara otras funciones en ella. Por tanto, las empresas necesitan personas jóvenes con ganas de aprender siempre algo nuevo para mantener su competitividad.

Asimismo, los jóvenes son valientes a la hora de aportar nuevas ideas porque no le temen tanto a las jerarquías. Sin valentía ni voluntad de cambio, las empresas no mantendrán su éxito en el futuro.

Un ejemplo

A continuación, expongo un último ejemplo de mi experiencia profesional.

  • Por aquel entonces, tenía en mi equipo a una becaria que llevaba con nosotros cuatro semanas y, sin embargo, ya era capaz de señalar qué aspectos podían mejorarse.
  • Eran puntos importantes en los que ni yo me había fijado. A partir de entonces los pusimos en práctica.

La Generación Z quiere cambiar las cosas

Queda claro que los prejuicios contra la Generación Z no son ciertos. Los jóvenes quieren contribuir y mejorar la empresa. Si se les da la oportunidad de hacerlo y trabajan en un entorno favorable en el que puedan progresar, serán fieles a la empresa. Las empresas, por su parte, deben colaborar con las nuevas generaciones si pretenden mantener su dinamismo y prepararse para el futuro en un mercado cada vez más complejo Por lo tanto, ambas partes se benefician si se dan las condiciones generales adecuadas.