Finanzas

¿Qué es el CAPEX?

Explicamos en qué consiste el capex y cómo analizarlo y gestionarlo de forma inteligente. Descubre también cómo calcularlo.

Sage

Respondemos a las principales dudas y cuestiones que rodean al CAPEX y explicamos cómo calcularlo y analizarlo.

  • El cálculo del CAPEX es muy rápido, pero su interpretación requiere una reflexión sosegada.
  • Gastos de capital y gastos operativos están separados por una línea más delgada de lo aparente.

Contenido del post

  1. ¿Cuál es la definición de CAPEX?
  2. El cálculo del CAPEX
  3. Las ratios de CAPEX
  4. ¿Qué es bueno: mucho o poco CAPEX?
  5. El impacto contable y fiscal del CAPEX
  6. La línea que separa el CAPEX del opex
  7. Convertir CAPEX en opex de forma inteligente

Averiguar qué es el CAPEX supone ir un punto más allá de comprender una definición o una fórmula de cálculo. Es necesario, además, adentrarse en las dimensiones cualitativas que están detrás de esta cifra.

¡TUITEALO! Los gastos de capital tienen una importante repercusión empresarial. Aprende qué es el CAPEX.

CAPEX es, en un primer vistazo, un simple acrónimo en inglés (capital expenditure) que podemos traducir como gasto de capital. Pero veamos qué supone y qué utilidad tiene.

1) ¿Cuál es la definición de CAPEX?

Podemos definirlo como los gastos de capital en contraposición a los operativos. Representa la inversión realizada en el activo fijo (también llamado activo no corriente o inmovilizado). Se trata de bienes y derechos destinados a permanecer por más de un año en la empresa.

Esta inversión tiene dos componentes:

  • Un CAPEX de mantenimiento destinado a mantener la capacidad productiva de la empresa en el nivel actual. Se relaciona con las amortizaciones.
  • Un CAPEX de expansión orientado al crecimiento de la capacidad productiva. Se relaciona con los activos fijos nuevos.

2) El cálculo del CAPEX

Con efectos retroactivos, ya con los datos de la contabilidad en la mano, resulta bastante sencillo calcularlo. Simplemente, sumarías a las amortizaciones el incremento del valor del activo no corriente.

Sin embargo, el mayor interés del CAPEX es realizar presupuestos y valorar las necesidades de inversión y de financiación. En esos casos, lo que nos interesa es hacer una predicción del CAPEX o relacionada con él.

Por ejemplo, podríamos emplear un modelo econométrico de regresión en el que se explique en función de un conjunto de variables. Eso nos permitiría estimar a cuánto alcanzaría la inversión necesaria para abordar los proyectos que tenemos.

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Otra posibilidad sería utilizar un modelo que estime la probabilidad de que, dadas unas determinadas condiciones, sea necesario alcanzar una cuantía en concepto de CAPEX.

Con frecuencia, también se emplean previsiones más simplificadas, como las basadas en múltiplos de la cifra de negocios. Supones que más o menos necesitarás una determinada inversión en capital por cada euro que vendas. Por tanto, si planificas un volumen de negocios, aproximas que vas a necesitar un CAPEX que sea el producto de multiplicar las ventas por ese múltiplo.

3) Las ratios de CAPEX

Una de las grandes cuestiones es si el CAPEX es elevado o reducido en relación con los datos de la misma empresa o algún competidor muy relevante.

Ahora bien, para establecer esas comparaciones suele ser conveniente recurrir a cocientes que calculan la proporción que supone el CAPEX sobre una determinada magnitud. Representan qué inversión en capital fijo se necesita para lograr una unidad monetaria de la magnitud de comparación que puede ser, por ejemplo:

En otros casos, no es la rentabilidad de los activos lo que nos interesa, sino otros factores como:

  • La repercusión del CAPEX en la dimensión del inmovilizado. Podemos tomar el ratio CAPEX/activo fijo o el ratio CAPEX/activo fijo material.
  • El crecimiento. Una de las formas más simples de medirlo es calculando el ratio CAPEX/amortizaciones. Si es elevado, implica, en principio, que gran parte de la inversión en capital fijo es de expansión. Si es reducido, lo que predominará es el mantenimiento.

4) ¿Qué es bueno: mucho o poco CAPEX?

No existe una respuesta universal. Mientras en unas empresas un CAPEX elevado y creciente es muestra de que existen proyectos reales que reclaman inversiones, en otras puede denotar una sobreinversión. Incluso, en ciertas ocasiones, existen perturbaciones transitorias que elevan o reducen el CAPEX de la empresa sin consecuencias importantes a largo plazo.

Debes tener en cuenta que, a la hora de medir el CAPEX, puedes incluir o no los intangibles (dependiendo de lo que quieres medir). Pero, en todo caso, muchas empresas que tienen uno reducido están realizando fuertes inversiones inmateriales que no siempre tienen registro en la contabilidad.

Existen muchos recursos importantes, incluso imprescindibles, cuya consecución puede reclamar un gasto continuado. Sin embargo, no aparecen en la contabilidad por alguna de las siguientes causas:

  • No se puede decir que la empresa los controle.
  • Son inseparables y no proceden de derechos contractuales o legales.
  • Carecen de una valoración fiable. 

Ejemplos de esta clase de recursos no faltan:

  • El know-how.
  • El capital humano atesorado por la plantilla.
  • La valoración de la clientela.
  • Los contactos de la empresa.
  • La fortaleza y flexibilidad organizativa.

Disponer de estos recursos reclama gastos que no se reflejan en un mayor CAPEX. Sin embargo, aquellos persiguen una filosofía muy semejante a los que sí aparecen en las cuentas anuales y que se pueden conocer fácilmente. Ambos pretenden dotar a la empresa de recursos que permanecerán a largo plazo en la misma para fortalecer su capacidad productiva.

5) El impacto contable y fiscal del CAPEX

Contablemente, el gasto que se realiza en los bienes de capital fijo se reparte a través de las amortizaciones. Además, en determinadas condiciones, puede ser necesario dotar una determinada corrección por deterioro.

No siempre el CAPEX se imputa contable y fiscalmente en el mismo período e igual cuantía.

Fiscalmente, la deducibilidad queda, en general ligada, en primer lugar, a su imputación contable. Sin embargo, la normativa fiscal marca diversas matizaciones que pueden hacer que el gasto contable representativo del CAPEX lo sea fiscalmente en un período distinto. Existen casos en los que puede que no sea deducible en ningún período a pesar de que esté contabilizado, como determinadas operaciones con paraísos fiscales.

6) La línea que separa el CAPEX del opex

Cuando realizas unas inversiones en capital fijo, su puesta en marcha reclamará diversos tipos de gastos operativos (opex) como:

Sin embargo, la línea de separación entre gastos operativos y de capital puede ser mucho más fina de lo que parece. Por ejemplo, los arrendamientos que contablemente son calificados como financieros u operativos en función de la transmisión de riesgos y beneficios. 

En cualquier caso, existen decisiones que pueden disminuir el CAPEX sin necesidad de que ello impacte en una menor capacidad productiva como, por ejemplo:

  • La externalización de algunas tareas. Puedes seguir empleando recursos con ciertas diferencias organizativas, una reducción del CAPEX y un aumento del opex.
  • El consumo de recursos compartidos. Por ejemplo, puedes hacer uso de la economía colaborativa para usar determinados bienes y servicios cuando se necesitan.
  • La nube. Un ejemplo es el software como servicio, en el que se sustituye la inversión en equipos y programas complejos por un pago por uso. Sage 50 en la nube es una buena muestra de que puedes contar con las herramientas más avanzadas sin grandes desembolsos.

7) Convertir CAPEX en opex de forma inteligente

En principio, la inversión tiene dos caras contrapuestas:

  • Entre dos empresas con el mismo beneficio, será más rentable aquella que lo logre con un activo menor y el ingreso del inmovilizado. Las empresas que logran transformar CAPEX en opex pueden mejorar su rentabilidad.
  • El CAPEX tiene un papel clave en la expansión de las empresas:
    • en su transformación tecnológica
    • en el avance de la productividad y,
    • en la viabilidad de proyectos necesitados de inversión en capital fijo.

Convertir CAPEX en opex implica renunciar a una parte del control de las inversiones que sustentan las perspectivas de avance de la empresa. Por tanto, hay que atender a aspectos cualitativos que te indiquen hasta qué punto se está haciendo de forma inteligente. Para ello, deberás:

  • Conservar cierta capacidad para adaptar los bienes o servicios a la empresa. Un ejemplo lo tienes con las oportunidades de personalización de soluciones estándar en la nube.
  • Aprovecharte de la parte de pérdida de control para “empaparte” de todo lo positivo que puedan aportar tus proveedores. Por ejemplo, es posible que un servicio externalizado te reste cierta autonomía, pero te puede ofrecer a cambio la profesionalidad de un proveedor especializado.
  • Disponer de un perfecto conocimiento del marco jurídico de los contratos que te permitan convertir CAPEX en opex.

El CAPEX representa los gastos asociados a los bienes y derechos que la empresa ha de controlar a largo plazo para desarrollar sus proyectos. Es importante contar con soluciones informáticas como Sage 50, que te permitan disponer fácilmente de la información necesaria para poner esta cifra en su contexto.

Nota del editor: Este artículo fue publicado con anterioridad y actualizado a 2023 por su relevancia.