Finanzas

[MONOLOGO] 6 buenas prácticas de cualquier autónomo

Si has decidido ser tu propio jefe (es decir, autónomo) debes tener claro cuáles son las aptitudes y buenas prácticas que necesitas.

Sage

Si has decidido ser tu propio jefe (es decir, autónomo) debes tener claro cuáles son las aptitudes y buenas prácticas que necesitas para ser un buen trabajador por cuenta propia.

  • En este post trataré de dejarte claro cuáles son para que empieces a asumirlas como propias lo antes posible.
  • Quejarse mucho, no tener amigos o decir no constantemente son solo algunas de ellas. ¡Descúbrelas y comprueba cuáles cumples!

Inevitablemente, si quieres emprender y ser tu propio jefe, tarde o temprano, tendrás que darte de alta en el RETA o lo que es lo mismo, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Y sí, lo de régimen es porque te pasarás los primeros años de autónomo cenando kikos y tranchettes delante de la pantalla del ordenador. Pero bueno, este no es el tema, el caso es que desde el preciso momento en el que te des de alta, te convertirás en el autónomo que siempre habías soñado (dreamer) y en el pringado de manual que jamás habías pensado.


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Porque sí amigo, ser autónomo, además de que no podrás volver a ver la luz del sol (como los vampiros, los orcos o los informáticos), implica adquirir ciertas aptitudes vitales que no podrás esquivar de ninguna de las maneras. Todas ellas forman parte intrínseca de la naturaleza del autónomo. Terminarás cayendo en ellas del mismo modo que las moscas acuden a la miel o el jubilado es atraído inexorablemente por las obras de una rotonda.

Aptitudes para ser un buen autónomo

A continuación, te hago un pequeño spoiler de tu futuro como autónomo a modo de lista de dichas aptitudes y buenas prácticas indispensables para ser un auténtico y buen trabajador por cuenta propia. Si intentas resistirte, será peor. En serio, hazme caso, más vale que empieces a asumirlas como propias lo antes posible, no vaya a ser que encima tengas que pagar un psicólogo por no aceptarte a ti mismo/a y suficiente tenemos con la declaración trimestral del IVA. Ahí van:

Quejarse mucho

Imprescindible. Si no te quejas, no puedes ser autónomo. Pero de todo, ¿eh? De los impuestos, de la cuota, de que los asalariados tienen vacaciones y tú no, de que nunca te pones enfermo e incluso de que tus propios clientes que no te dejan en paz ni a las nueve de la noche de un domingo. Puedes quejarte tanto como quieras, pero es recomendable hacerlo como mínimo dos veces al día, una queja después de cada comida. Evita a toda costa quejarte en ayunas, pueden venirte mareos.

No tener amigos

No hay tiempo. Así de simple. Los amigos son un lujo para los asalariados/as. Si eres autónomo, puedes tener socios, colegas de profesión e incluso algún amigo en Facebook o cualquier otra red social. Esto de los amigos de carne y hueso, en 3D, no es para nosotros. Las veces que se ha intentado no han salido bien porque ellos están disfrutando de la vida y tú pensando en ese email que tienes que responder al idiota de turno.

Decir continuamente anglicismos

O dicho de otra manera, ser un flipado de manual. Cómo el resto de la sociedad te verá como un ser perdido y sin rumbo en la inmensidad de la vida laboral, solo te quedará soltar de vez en cuando anglicismos para parecer más guay y darle algo de sentido a tu existencia. Este comportamiento también sirve para que los autónomos nos identifiquemos entre nosotros. No te preocupes, no hace falta que aprendas inglés, solamente debes conocer algunas palabras sueltas sin saber necesariamente su significado. Algunos anglicismos recomendables son ‘multitasking’, ‘engagement’ o mi favorito, ‘maker’, que en castellano significa “pringao”.

Aprender lenguaje élfico

Además de algunas pinceladas de inglés para poder aplicar el punto anterior, también es recomendable conocer el lenguaje que Tolkien se inventó para adornar El Señor de los Anillos: el élfico. Te resultará más fácil de entender que la jerga de nuestra querida Agencia Tributaria y por lo menos te lo pasarás bien.

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Dominar el arte de decir que no

Cuando eres autónomo, mucha gente quiere robarte tu tiempo proponiéndote encargos que no te interesan. Que ya te pagarán o todavía peor, que te pagarán con visibilidad, una suerte de moneda que se han inventado con la que yo todavía no he logrado comprar ni el pan. A esa gente hay que decirle que NO. Y no es necesario decirlo de malas maneras. Una buena práctica son las mentiras piadosas. Este punto también lo puedes aplicar a tu pareja cuando, la pobre, quiera pasar más tiempo contigo. Con quién se piensa que está saliendo ¿Con un asalariado?

Tener un ordenador portátil debajo de la almohada

Si te pones enfermo o te rompes una pierna, los emails seguirán entrando en tu bandeja de entrada como si no hubiera un mañana. Así que más te vale tener un dispositivo electrónico desde el que poder trabajar a menos de dos metros en cualquier punto de tu casa porque te tocará trabajar sea cual sea la extremidad de tu cuerpo que te hayas fracturado, roto o amputado.

Y hasta aquí las características que terminarás adoptando si te embarcas en el fantástico camino vital de ser tu propio jefe. Espero que este post te haya servido de ayuda y que estés buscando trabajo fijo. Yo me voy ya que tengo un brunch con unos business angels in the morning. ¡Mucha suerte!