Al oír o mencionar la palabra acreedor, nos suele venir a la mente el término deudor. Y es que, aunque, aparentemente simples, ambas expresiones pueden confundirse muy a menudo (sobre todo entre las pequeñas empresas).
¿Qué es un acreedor?
Un acreedor representa el lado opuesto del deudor, es decir, es la parte que presta un dinero, un servicio o un bien a una empresa (o persona). Gran parte de los acreedores suelen ser los bancos y otras instituciones financieras, aunque cierto es que, dentro de la evolución que sufre la economía actual, han proliferado otras opciones (como, por ejemplo, los préstamos entre particulares, o de particular a empresa).
No hay que confundir proveedor con acreedor. Por ejemplo, una pequeña empresa que vende material de oficina tendrá como proveedor a aquellos mayoristas a los que les compre folios, lápices, carpetas, etc. Pero, sin embargo, sus acreedores serán los que le proporcionan servicios como la luz o el asesoramiento fiscal.
O una empresa dedicada a la construcción tendrá como proveedores a quienes les suministran lo necesario para construir: el material eléctrico, la grifería, la pintura, etc. Mientras que acreedores serán otros servicios como publicidad, imprenta…que no se destina directamente a las obras que realizan.
¿Qué es un deudor?
En el lado opuesto tendremos al deudor, que es la parte que le debe dinero al acreedor. Puede ser desde una persona física (un particular) a una empresa (da igual el tamaño). O, incluso, es habitual que una administración pública sea quien deba dinero a sus acreedores. Normalmente, el deudor estará obligado a devolver el dinero en un periodo definido, habitualmente con pagos de intereses adicionales que suponen un incentivo para prestar dinero.
Acreedor y deudor en contabilidad
En la rama de la contabilidad, tendrás que tener clara la diferencia entre acreedor y deudor. Esto te será muy útil a la hora de hacer los asientos contables, en concreto, los asientos de compras.
Pero ¿a qué nos referimos con compras? Se trata de la adquisición de los bienes y/o servicios que una empresa se dedica a comercializar directamente. Mientras, el proveedor es quien suministra las compras de la empresa.
En este sentido, cuando las compras no se pagan al contado se produce una deuda que se refleja en la cuenta 400 (denominada Proveedores), y que son las “deudas con suministradores de mercancías y de los demás bienes definidos en el grupo 3” según el Plan General Contable.
Según se sigue indicando en el plan “en esta cuenta se incluirán las deudas con suministradores de servicios utilizados en el proceso productivo. Figurará en el pasivo corriente del balance”. Por eso, cuando le debemos dinero al proveedor, éste resultará ser también un acreedor.
Teoría de partida doble
Dentro de este conocido principio, los términos acreedor y deudor ocupan un lugar importante. En resumen, la teoría de partida doble es un método usado para el registro del sistema contable en el que cada operación implica una doble anotación. En el debe (parte izquierda) se registran los cargos, y en el haber (parte derecha) los abonos. Las cantidades anotadas deberán ser iguales en ambas partes.
A continuación, recordamos los fundamentos de esta teoría:
- No hay deudor sin acreedor; ni acreedor sin deudor
- El que recibe debe a quien da
- Todo lo que entra debe a lo que sale
- Toda entrada debe ser equivalente a la salida
- Todos los objetos deben salir bajo el mismo nombre de la cuenta por la que ingresaron
- Todas las cuentas deben entrar antes de salir, a excepción de las obligaciones a pagar que salen primero (cuando se contraen) y entran después (cuando se pagan)
- Las pérdidas son deudoras y las ganancias acreedoras
Y, si quieres conocer más sobre otros conceptos básicos de contabilidad, echa un vistazo al post “Contabilidad: una introducción a los conceptos básicos”.