Finanzas
Partidas pendientes de aplicación, ¿las aplicamos?

Nos estrenamos con la contabilidad, acabamos de aterrizar en una empresa o asesoría, sacamos un balance de sumas y saldos, sabemos que va a estar allí, pero tenemos que verla, revisamos las cuentas, vamos al grupo cinco y ahí esta radiante, llena de esplendor, la cuenta 555 de partidas pendientes de aplicación.
Maldita cuenta, todos los desechos acaban en ella, en ocasiones parece un vertedero contable, registramos ahí hasta mañana y cuando llega mañana en vez de averiguar el origen del movimiento que registramos, pues registramos otro, y otro más, hasta el nunca acabar. Espejo del mal contable, cuando se convierte en un pozo sin fondo y los apuntes se multiplican y se pierden en ella. Quizás alguien se sintiera más cómodo cambiándole el nombre y rebautizándola como «partidas que nunca se aplicaran».
Cómo define el PGC las partidas pendientes de aplicación
El Plan General de Contabilidad las define como remesas de fondos recibidas cuya causa no resulte, en principio, identificable y siempre que no correspondan a operaciones que por su naturaleza deban incluirse en otros subgrupos. Tales remesas permanecerán registradas en esta cuenta el tiempo estrictamente necesario para aclarar su causa.
Esta cuenta figurará en el pasivo corriente del balance.
Ya el propio PGC especifica que sólo deben de permanecer registrados los apuntes el tiempo estrictamente necesario, pero el tiempo, ¿qué es el tiempo?, horas, minutos, días o años. Quizás hay quien considere que las partidas en esta cuenta recogidas deben de coger solera como los vinos, pero en este caso estamos hablando de vinos jóvenes que si no se consumen se estropean.
«Un hoy vale por dos mañanas»
Benjamin Franklin (1706-1790). Estadista y científico estadounidense
No dejemos para mañana partidas pendientes de aplicación que podamos aplicar hoy.
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