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Uberización del empleo: todas las claves para entenderla

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La uberización del empleo es un fenómeno que debe su nombre a la empresa americana Uber. Se trata de un concepto importante para los mercados de trabajo, pero también para los de servicios. Tal ha sido su trascendencia que este término ha estado entre los candidatos a palabra del año 2017 de la Fundación del Español Urgente (Fundeu).

Dos grandes dudas asaltan a muchas personas. La primera es si va a ser positiva o negativa para las empresas, los trabajadores y los consumidores. La segunda es la de si la uberización del empleo se va a ir asentando con el tiempo.

¿Qué es la uberización del empleo?

Estamos hablando de un fenómeno que tiene tres pilares fundamentales: el jurídico, el organizativo y el tecnológico.

El plano jurídico de la uberización de la economía

En primer lugar, la uberización representa una vía de escape frente a los marcos normativos más restrictivos. Fundamentalmente, destacan dos: el laboral y el de la regulación de mercados. No obstante, también tiene repercusiones en otros ámbitos como, por ejemplo, el fiscal o el relacionado con las obligaciones en materia de Seguridad Social.

Las normas laborales tienen una importante característica: una parte sustancial de las relaciones laborales no depende principalmente de voluntad de los contratantes. Las leyes, los convenios o los acuerdos entre las empresas y los representantes de los trabajadores configuran, en buena medida, las circunstancias en las que se desarrolla la relación laboral.

Por el contrario, las normas mercantiles y civiles otorgan a las partes una libertad mucho mayor para configurar la relación. La uberización emplea esos contratos para poder conseguir mayor flexibilidad en la relación.

En ese marco jurídico mercantil o civil, se rompen, por tanto, algunos rasgos de la relación laboral. El profesional no está insertado dentro de una organización y su labor no debe depender de la misma forma que en un empleado con contrato laboral de las instrucciones, organización o medios materiales del empleador. Si no fuese así, no estaríamos hablando de uberización, sino pura y simplemente de un fraude de ley.

En segundo lugar, con frecuencia, la uberización pretende sortear limitaciones relacionadas con la regulación de un sector. Replantea la forma en la que pueden satisfacerse las necesidades de consumidores y empresas.

La cuestión clave, en este sentido, es si esa nueva forma de prestar servicios crea un nuevo sector o está sometida a las regulaciones del que tradicionalmente ha satisfecho esas necesidades. Obviamente, las respuestas varían caso por caso. En fechas recientes, la propia Uber ha sido calificada por una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea como una empresa de servicios de transporte y no de servicios de la información.

El plano organizativo de la uberización

Como en otras formas de externalización, si jurídicamente el profesional no es empleado, se produce un cambio organizativo importante. Las empresas son, al fin y al cabo, organizaciones que desarrollan en su interior transacciones porque les resulta más ventajoso que acudir a acuerdos de mercado con agentes externos.

La uberización, por tanto, requiere soluciones organizativas para que esas relaciones puedan producirse en el mercado. El reto pasa por encontrar la forma de conjuntar el profesional y el destinatario adecuados.

La forma de conseguirlo es, normalmente, la creación de una plataforma que los pone en contacto. Además de ello, la empresa puede ser un adquirente de servicios profesionales que luego venda a los destinatarios.

Cuantos más profesionales y destinatarios se interesen por la plataforma, más sencillo será lograr un buen encaje. De lo contrario, podría suceder que existan necesidades de los usuarios detectadas, pero difíciles de cubrir con una cartera de profesionales pequeña o características valiosas de los profesionales, pero que no tienen suficiente demanda.

Para que el número de participantes interesados en relacionarse con la plataforma sea elevado, la configuración de las condiciones de trabajo y servicio es clave. En general, tanto unos como otros buscan respuestas ventajosas a sus propias necesidades y características.

Pero no todo depende de las características de los profesionales y las necesidades de los destinatarios de los servicios. Existen factores externos ante los que han de saber responder con rapidez y precisión. Por ejemplo, la situación económica puede modificar tanto la demanda de los servicios como la disponibilidad de profesionales. Lo mismo sucede con los cambios tecnológicos, demográficos y regulatorios. En ese sentido, la propia Uber es un buen ejemplo de una plataforma que centra muchos esfuerzos en cada momento y lugar en adaptar las condiciones a los cambios regulatorios.

El elemento tecnológico de la uberización

Empresas que han buscado nuevos marcos legales o que han actuado como intermediarios entre los prestadores de servicios y sus destinatarios han existido desde hace muchísimo tiempo. Sin embargo, la uberización del empleo añade un elemento tecnológico disruptivo.

Generalmente, en las plataformas uberizadas existe una app que sirve de punto de referencia y conexión a profesionales y destinatarios del servicio. Pretende ser la solución que disminuya los costes y riesgos de entablar una relación comercial.

El objetivo, finalmente, es suscitar confianza. Para lograrlo, se pueden emplear diversas herramientas como puntuaciones o comentarios que valoren experiencias anteriores. En gran medida, el éxito de la plataforma depende de que la realidad acabe confirmando las expectativas creadas por la información compartida a través de la app.

La “materia prima” necesaria para confeccionar una app útil para todas las partes son los datos. La plataforma maneja un volumen muy cuantioso de datos sobre las prestaciones, las características de profesionales y destinatarios del servicio, el entorno en el que se han desarrollado las prestaciones, etc. Y esos mismos datos son una herramienta clave para perfilar las condiciones de trabajo y servicio.

Las ventajas y desventajas de la uberización del empleo

Tanto empresas como profesionales y consumidores se ven afectados por las consecuencias de la uberización del empleo.

Efectos para las empresas

Las empresas destinatarias de servicios uberizados ganan, fundamentalmente, flexibilidad. Pueden acceder a servicios profesionales de forma puntual. Los demandan en función de proyectos o momentos concretos y siempre buscando los más acordes a sus necesidades. Con frecuencia, también es posible que puedan disminuir sus costes laborales.

A cambio, pierden cohesión del equipo, la fiabilidad que concede la experiencia de un grupo estable y tienen mayores dificultades para implicar a los profesionales. Por otro lado, el empleo uberizado puede casar mal con el manejo de información empresarial reservada. No es que el profesional uberizado tenga mayor probabilidad de faltar a la confidencialidad, sino que su experiencia profesional es trasladable a otras empresas, que pueden ser competidoras.

Por otro lado, se ha creado un nuevo sector empresarial: el de las plataformas uberizadas. Obviamente, con su actividad buscan obtener beneficios monetarios.

Efectos para los profesionales

La uberización ha abierto un conjunto de posibilidades laborales. Existe, por ejemplo, una mayor facilidad para prestar servicios a varias empresas, incluso de varios sectores diferentes. Además, se ha convertido en una vía para encontrar empleos con muy diferentes características y condiciones. Y el profesional, al no ser empleado, tiene un mayor margen para configurar su propio trabajo.

Las principales desventajas se relacionan con la pérdida de los beneficios y derechos que implica tener un contrato laboral. Por ejemplo, se pierden programas de beneficios para empleados, así como la protección de las leyes laborales y los convenios. Además, no se debe olvidar el coste y las dificultades que puede tener el profesional para financiar por sí mismo los medios materiales necesarios para desarrollar la actividad y su propia formación continua. Por otro lado, en algunos casos las retribuciones pueden ser menores.

Los efectos para los usuarios particulares

Ganan un conjunto de nuevas posibilidades de elección. Precisamente, los servicios dirigidos a particulares han sido uno de los sectores donde la uberización ha llegado con más fuerza. Fundamentalmente, buscan un menor coste de los servicios y una mejora de la experiencia como usuarios. Una de las labores más importantes de las plataformas es estar pendientes de sus necesidades y buscar no solamente los profesionales más adecuados para cubrirlas, sino también la información necesaria para generar confianza.

Sin embargo, la uberización no es inocua para el usuario particular. Al mismo tiempo que surgen nuevas opciones a su disposición, la supervivencia de otras corre peligro.

¿Se asentará la uberización en el futuro?

Parece claro que tendrá una cierta importancia. Sin embargo, aún es pronto para poder predecir su alcance. La uberización es un concepto con cierta capacidad de cambio. La propia Uber es una empresa que intenta adaptarse a las variaciones que van produciéndose en su entorno. Por ejemplo, las batallas jurídicas que va ganando y perdiendo van moldeando la forma jurídica en la configura los servicios.

Por otro lado, hay que tener en cuenta la reacción social. Coexisten desde fervorosos partidarios de este proceso hasta muchos colectivos que abogan por la desuberización de la economía.

La uberización es un fenómeno complejo, lleno de matices, que suscitará encendidos debates. Es probable que, en el futuro, surjan novedades jurídicas, organizativas y tecnológicas que vayan conformando su evolución y que vayan apareciendo nuevas ventajas y desventajas.

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